La izquierda confía en mantener sus feudos y batalla por un vuelco en la Comunidad de Madrid y Castilla y León
Y al cuarto domingo, otras elecciones. Doce días después del último recuento, arranca otra campaña electoral que decidirá el Gobierno de 12 comunidades autónomas, las ciudades de Ceuta y Melilla y 8.116 ayuntamientos. El PSOE parte con ventaja. Su llegada al Gobierno colocó al partido como primera fuerza que casi dobla en diputados al PP de Pablo Casado, sumido en una gravísima crisis. Los socialistas pugnan por mantener sus gobiernos autonómicos (Extremadura, Castilla La Mancha, Aragón, Baleares, Asturias) y arrebatar al PP feudos históricos como Castilla y León, Murcia o La Rioja. Los populares se juegan más que gobernar esos territorios, está en el aire su propia hegemonía en la derecha que el PP lidera desde hace 30 años. En disputa están bastiones como Castilla y León, donde no ha habido otro color diferente al azul en los últimos 32 años, o la Comunidad de Madrid, con 24 años de gobierno ininterrumpido del PP.
De momento, el mapa que anticiparon los resultados de las generales y que ha pintado el CIS este jueves es el del dominio del PSOE: en todas las comunidades autónomas donde se celebran autonómicas excepto en dos los socialistas se convertirían en primera fuerza, pero dependen de pactos con el resto de formaciones, y el PP podría sumar en Murcia y Castilla y León. Las tres derechas concurren separadas, salvo en Navarra, y perdura la incógnita de si Vox conseguirá representación en esos parlamentos regionales.
Podemos aspira a reeditar parte del éxito de 2015 -pero después de que varias alianzas territoriales hayan saltado por los aires- y podría ser clave para los pactos de gobierno en varias comunidades.
Andalucía
En esta comunidad están en juego las alcaldías de 786 municipios, aunque el 80% de la población se concentra en las ocho capitales de provincia y en las 29 localidades de más de 50.000 habitantes. En 2015, esta superficie del mapa andaluz era azul, dada la superioridad del PP sobre el PSOE (los únicos dos partidos que presentan candidatos en todos los municipios). Las generales del 28 de abril tiñeron estas mismas zonas de rojo, los socialistas fueron primera fuerza en el 93,3% de las localidades y aspiran a repetir resultado. En Andalucía está la mayor capital que gobierna el PSOE en España (Sevilla) y la plaza más importante que conserva el PP (Málaga).
Los socialistas gobiernan ahora en 448 municipios andaluces, pero su implantación es más rural que urbana. El PP, en cambio, controla 183, pero gobierna sobre una población similar a la de los socialistas, porque en 2015 logró más alcaldías en las grandes ciudades. Ciudadanos triplica este año el número de candidaturas, pasando de 111 a 323 municipios, pero su presencia sigue siendo eminentemente urbana y su déficit sigue estando en las zonas del interior. En cuanto a Podemos e IU, se presentan en coalición en unos 200 municipios, pero en muchas más localidades concurren por separado y compiten entre sí. En las municipales, a diferencia de otras elecciones, IU tiene más peso que Podemos gracias a su arraigo histórico y a su implantación territorial (con sedes del PCA en docenas de pueblos).
Aragón: Lambán necesitará la suma de las izquierdas
Aunque con altibajos, la legislatura ha sido relativamente plácida para el Gobierno de coalición de PSOE y CHA con el apoyo de Podemos e IU. La izquierda ha sacado adelante leyes de calado como la de memoria democrática, la LGTBI o la de igualdad entre mujeres y hombres. Las relaciones entre PSOE y Podemos, algo más fluidas tras la marcha de Pablo Echenique a Madrid, vivieron uno de sus momentos más bajos con la reforma del impuesto de sucesiones, que los socialistas sacaron adelante con la derecha. Aquello fue entendido por Podemos como un claro acercamiento de Javier Lambán a Ciudadanos.
Comienza una campaña electoral en la que, según los datos del CIS, los socialistas revalidarían el poder apoyados, de nuevo, en Podemos, IU y CHA. El PSOE obtendría entre 20 y 22 diputados (tiene 18 en la actualidad), de 18 a 19 serían para el PP (21 ahora), Podemos se quedaría en una horquilla de 10 a 12 (14 son los actuales), Ciudadanos pasaría de 5 a 9 o 10 (insuficiente para conformar un gobierno con el bloque de la derecha), el PAR bajaría de 6 a 3 o 4, IU subiría de 1 a 3, CHA pasaría de 2 a 0 o 1 y Vox no tendría representación. Poco que ver con lo que indicaba la extrapolación de datos de las elecciones generales, que mostraba un liderazgo de la derecha. Todos se han afanado en aclarar que no aplicable esta norma, y que la ciudadanía votará en clave autonómica.
Asturias: el PSOE espera mantener la presidencia
Las elecciones a la Junta General de Principado de Asturias dejarán el parlamento más fragmentado hasta la fecha en la región, con tres partidos a izquierda y cuatro a derecha. La legislatura que termina, no obstante, no ha estado marcada por estos bloques, tan presentes en las últimas semanas. De hecho, el PSOE consiguió la presidencia gracias a los votos de IU y la abstención de Podemos y Ciudadanos, con PP y Foro en contra, pero Javier Fernández ha conseguido sacar adelante presupuestos a ambos lados. De hecho, el primer gran acuerdo presupuestario entre las tres izquierdas no se produjo hasta diciembre de 2018.
El PSOE tiene por delante el reto de mantener la presidencia, con Adrián Barbón, afín a Sánchez, como relevo de Fernández, el dirigente que presidió la gestora cuando el líder socialista fue forzado a dimitir. El PP, con una candidata puesta a dedo por Casado, y Ciudadanos compiten por ser primera fuerza de la derecha y encabezar un gobierno alternativo si logran sumar. Foro, por su parte, necesita ser clave en esa suma o gobernar alguna gran ciudad si no quiere caer en la irrelevancia durante los próximos cuatro años. Podemos e Izquierda Unida, que no mantienen buenas relaciones en la región, comparten el discurso de ser el único voto útil para la formación de un gobierno de izquierdas, mientras todos los pronósticos aseguran la entrada de Vox.
Islas Baleares: El Pi podría ser clave para decantar
En Baleares, la izquierda espera repetir el pacto de Gobierno que aupó a Francina Armengol a la presidencia en 2015. La socialista gobierna el archipiélago con la formación nacionalista Més y, además, cuenta con el apoyo parlamentario de Podemos. El CIS publicado este jueves da a las fuerzas progresistas un mínimo de 31 escaños y la mayoría parlamentaria está en 30. Durante estos cuatro años, Baleares ha sido un particular “laboratorio” de la izquierda, que ha conseguido aprobar importantes medidas medio ambientales, de memoria histórica o residuos.
Si las fuerzas progresistas consiguen sumar de nuevo, conformarían el primer Ejecutivo que consigue la confianza de los baleares dos veces seguidas. Las encuestas apuntan a que El Pi, partido de centro-derecha con un fuerte carácter autonomista, será clave para decantar la balanza a izquierda o derecha. La formación de momento no plantea cordones sanitarios, pero asuntos como la radicalidad de Vox contra el catalán pueden ser determinantes para que El Pi entregue su apoyo a uno u otro bloque.
Islas Canarias: ¿el final del 'tripartidismo'?
El tripartidismo imperfecto que viene gobernando Canarias entre CC, PP y PSOE hace 30 años vuelve a ponerse en juego. Coalición Canaria ha ocupado desde 1993 la Presidencia del Gobierno de manera ininterrumpida. Como el juego de las sillas, en el que tres dan vueltas para ocupar dos asientos, CC se ha apoyado siempre en el PP o el PSOE para no perder comba. Pero desde hace años, con la ruptura nacionalista por la izquierda de Nueva Canarias, CC se ha ido dejando apoyos por el camino, sobre todo en Gran Canaria.
Por eso, esta campaña que empieza se da en clave de tumbar a CC de la Presidencia y del Gobierno, a pesar de su éxito en las elecciones generales obteniendo dos diputadas por la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Según el CIS, el PSOE podría desbancar al presidente Fernando Clavijo y alcanzar entre 20 y 23 escaños, mientras CC se quedaría entre 12 y 15. Así, ese tripartidismo imperfecto heredado de la Transición llega a su fin. Ya en 2015 entró Podemos en el Parlamento. Ahora lo hará también Ciudadanos, que en la última cita se quedó fuera con 55.000 votos por no superar la barrera del 6% que exige la ley regional, mientras la Agrupación Socialista Gomera obtenía 3 escaños de su isla con solo 5.000 votos. Para esta cita los topes se han rebajado al 4% regional y del 30 al 15% en cada isla. Hasta Vox tendría cabida en la Cámara con un PSOE que parte como favorito para ganar y desbancar de una vez a Coalición Canaria si no vuelven al juego de las sillas.
Cantabria: el PRC espera ganar por primera vez
El presidente Revilla llega crecido después de que su partido, el PRC, haya conseguido escaño en el Congreso y espera revalidar el Gobierno autonómico ganando las elecciones por primera vez en su historia. El CIS pronostica que podría hacerlo. Además, el PSOE cuenta con el 'efecto Sánchez' como empuje para conseguir un buen resultado, tras haber sido primera fuerza en la Comunidad el 28A. Ciudadanos, satisfecho con el apoyo que recibió en las generales que le sirvió para mantener el diputado, se presenta con la incógnita de qué aceptación tendrá Félix Álvarez (Felisuco) como candidato, y Vox, que se quedó cerca de obtener representación en abril, amenaza con irrumpir en la Cámara autonómica.
Por su parte, PP y Podemos llegan a estos comicios en horas bajas, mermados por sendas crisis internas y arrastrando la debacle electoral que sufrieron en las generales. Además, los populares siguen lamiéndose las heridas tras la proclamación fallida de Ruth Beitia como candidata. En cuanto a las municipales de Santander, tras 40 años del PP en el Ejecutivo, se respiran aires de cambio, después de que el PSOE fuera la lista más votada el 28A. Los socialistas confían en ganar las elecciones y conseguir sumar con otras fuerzas para destronar a los populares por primera vez en democracia.
Castilla y León: el PSOE podría ser el partido más votado
Castilla y León está ante una cita histórica. Por primera vez en 32 años, el PSOE sería el partido más votado. Según la encuesta del CIS, los socialistas obtendrían un 32,9% de los votos y entre 30 y 31 escaños mientras que el PP cae al 30,4% con entre 28 y 29 diputados. El sondeo otorga a Ciudadanos entre 10 y 13 representantes, 8 a Podemos y baraja que entre Vox en las Cortes con un diputado. Los resultados que arroja el CIS son algo distintos a los de la extrapolación de resultados de las Generales: 28 escaños para el PSOE, 24 para el PP, 14 para Ciudadanos, 9 para Vox y 6 para Podemos. Así, según la encuesta, Vox a duras penas conseguiría un parlamentario, y la subida de Ciudadanos, no sería tan grande.
Desde que un joven José María Aznar aterrizó en la Junta de Castilla y León en 1987 bajo las siglas de AP (Alianza Popular), refundado en 1989 como Partido Popular, en el Colegio de la Asunción, sede de la Presidencia, no ha habido otro color distinto al azul. La mayoría absoluta del PP se resintió ya en los pasados comicios, cuando el presidente Juan Vicente Herrera fue investido en la segunda vuelta gracias a la abstención de Ciudadanos. Curiosamente, el mismo grupo político que le permitió revalidar la presidencia la pasada legislatura, puede dinamitarla ahora. Según el CIS, no hay una mayoría clara ni en derechas ni en izquierdas. Tomando el lado más alto de la horquilla en la que se mueve, con un PP con 29 diputados; Ciudadanos, 13; y Vox 1, el PP tendría la mayoría absoluta. Sin embargo el pacto con el partido de Albert Rivera no es tan sencillo. Al desplome del PP se suma otra circunstancia: el relevo de Juan Vicente Herrera y el aterrizaje como candidato de Alfonso Fernández Mañueco, que dividió al partido en dos facciones.
Castilla-La Mancha: ¿conseguirá revalidar García-Page?
Hasta cinco partidos políticos confían en obtener representación en las Cortes de Castilla-La Mancha. El Gobierno actual del PSOE, con Emiliano García-Page a la cabeza, repite el mismo 'mantra': quieren conseguir la mayoría absoluta para dar continuidad a la era post-Cospedal iniciada hace cuatro años cuando la ex presidenta del PP perdió el Ejecutivo castellano-manchego. La fragmentación de las derechas es en este caso un arma de doble filo y abre muchas vías. Desde la Junta creen que puede aupar a García-Page hasta la mayoría absoluta, pero también es posible que PP, Ciudadanos y Vox sumen lo necesario para gobernar. La traslación de los resultados del 28A lo hubiera permitido aunque, según el CIS, el PSOE roza la mayoría absoluta. Además, entrarían en el parlamento regional, de sólo 33 diputados, Ciudadanos, con entre dos y tres escaños, y Vox, con hasta uno.
El mensaje socialista se centra en la necesidad de dar continuidad a las políticas de “reversión de recortes” de los últimos cuatro años. Pero en el camino de esta legislatura, el PSOE no ha estado solo. Las elecciones de 2015 no le otorgaron mayoría suficiente para gobernar sin el apoyo parlamentario de los dos diputados de Podemos. El ecuador de la legislatura fue crucial para poner a prueba esa alianza. El pacto para la investidura de García-Page se había roto meses antes porque Podemos consideraba que los acuerdos no se habían cumplido y los presupuestos de ese año fueron rechazados. Comenzaron así frenéticas negociaciones que alumbraron en agosto de 2017 el primer (y hasta ahora único) gobierno autonómico PSOE-Podemos. Se ha mantenido, pero sin los resultados previstos. La cuestión es: ¿volverá la formación morada a ser determinante o tirará García-Page del hilo naranja si la suma lo permite? García-Page ha admitido que hay “un espacio de consenso” con los de Rivera.
Catalunya: Colau y Maragall se la juegan por la mínima
Ada Colau y Ernest Maragall disputarán una ajustada carrera electoral hasta el 26M que debería finalizar con el vencedor recibiendo la vara de alcalde de Barcelona. Este es el escenario que desvela la encuesta del CIS, que deja a los ‘comuns’ por encima de ERC por la mínima, en lo que se podría considerar un empate. Pero los republicanos, así como el PSC, confían en ir a rebufo de sus buenos resultados en las generales para arrebatar una parte del electorado de Barcelona en Comú.
El inicio de la campaña ha estado marcado por los posibles pactos postelectorales, conscientes todos los aspirantes de que no quieren gobernar en minoría como lo ha hecho Colau este mandato, con 11 de 41 concejales. La primera en mover ficha ha sido la alcaldesa, que ha ofrecido un pacto de izquierdas a ERC y PSC. Los republicanos no se cierran a ello y, de hecho, han evitado atacar demasiado a Colau, lo que ha aprovechado JxCat para acusarles de preferirla a ella frente al independentismo. Quien se lleva los peores pronósticos antes de arrancar la campaña es Manuel Valls, que tras presentar su candidatura hace nueve meses ha visto como esta se apagaba hasta constatar que el CIS le da casi los mismos concejales que ya tiene Ciudadanos.
Incógnita en la ciudad de Valencia
La Comunitat Valenciana celebró sus elecciones autonómicas el pasado 28 de abril, coincidiendo con las generales. Ahora donde se mantienen las incógnitas es en la ciudad de Valencia. Compromís, y por tanto Joan Ribó, se impuso en las elecciones autonómicas en la ciudad de Valencia con el 20,8% de los votos (94.352 sufragios), y eso pese a perder dos puntos y algo más de 1.800 votos respecto a los mismos comicios de 2015; y tres puntos si la referencia son las municipales de ese mismo año. Si tomamos como referencia las autonómicas del 28A, el bloque de derechas obtuvo 2.000 votos más que el de izquierdas (aunque en ese reparto no se incluyen los apoyos a PACMA, que no se presentará a las municipales). Es decir, todo hace indicar que la alcaldía de Valencia se decantará, de nuevo, por un concejal.
Los resultados del CIS son todavía mucho más optimistas para la renovación de un gobierno de izquierdas en Valencia. Valencianistas y socialistas, que en la mejor de las previsiones podrían alcanzar la mayoría absoluta, podrían sumar además el apoyo de Podemos, a quienes el CIS otorga 4 ó 5 regidores. Actualmente, el consistorio está gobernado por el propio Ribó gracias a un acuerdo de gobierno con el PSPV y València en Comú (la marca en la que se integró Podemos hace cuatro años) con un concejal más (17) que los que suman PP y Ciudadanos (16). La fuerza más votada en mayo de 2015 fue el PP, que consiguió una representación de 10 concejales, nueve de los cuales están imputados por el presunto blanqueo de dinero negro en el grupo municipal en la anterior legislatura. No repite ninguno de los diez ediles en la candidatura que encabeza María José Catalá para el 26M.
Euskadi: 217.000 indecisos
Euskadi arranca la campaña electoral -esta vez triple: municipales, forales y europeas- con 217.000 personas indecisas y otras 141.000 que van a cambiar de papeleta en tan sólo unas semanas. Solamente un 69% de los electores de las generales va a ser fiel al partido que eligió, según datos del Sociómetro elaborado por la empresa privada Gizaker para el Gobierno vasco y que ha sido publicado en los prolegómenos de la campaña. Otro dato: el voto joven es mucho más volátil ya que sólo el 52% de los menores de 30 años repetirá elección, frente a un 82% de mayores de 65 años. En general, en Euskadi apenas el 50% vota siempre, ocurra lo que ocurra, se elija la institución que se elija, a la misma formación política.
Estos trasvases de voto, además, tendrán una incidencia dispar en función de los partidos. Mientras PNV y EH Bildu presentan una fidelidad muy alta entre sus seguidores (del 87% y del 88%, respectivamente) y parecen en condiciones de repetir un gran resultado e incluso de arañar en otros caladeros, el PSE-EE, Elkarrekin Podemos y el PP parten en la pelea con menos certezas.
Extremadura: en disputa las dos mayores alcaldías
Las autonómicas en Extremadura se plantean como una redistribución entre las fuerzas de la derecha, PP y Ciudadanos, y una posible ampliación del arco político a un quinto partido, la extrema derecha de Vox, que se situó en las generales como cuarta fuerza por delante de Unidas Podemos –aunque por muy escaso margen–, pero al que sin embargo la encuesta del CIS de este jueves no otorga representación. Según este sondeo, el PSOE, que gobierna en solitario con 30 diputados entre 65, sin mayoría por tanto y con apoyos parciales fundamentalmente de Podemos (pero también a veces en lo presupuestario con la abstención del PP), podría mejorar resultado frente a un PP de José Monago hundido en las encuestas. También está la incógnita de en qué se traducirá el posible ascenso de Ciudadanos, que ahora solo tiene un diputado pero podría alcanzar la llave necesaria para Vara, algo que también podría retener Unidas Podemos. Se considera que el PSOE de Vara no tendrá problemas, así como muy poco probable un acuerdo a tres PP-Ciudadanos-Vox.
En cuanto a las municipales, se mantiene la incertidumbre de si el PP podrá retener las dos mayores alcaldías -Badajoz y Cáceres- mientras no se duda de que PSOE conservaría la de la capital autonómica, Mérida, pero tampoco está claro el destino político de la cuarta ciudad, Plasencia, también en manos del PP. Además, mientras en Badajoz Ciudadanos ha sostenido al alcalde del PP, Javier Fragoso, en Cáceres ha sido beligerante con la alcaldesa popular hasta el punto de haber provocado que haya tenido que renunciar a ser candidata en el último momento.
Galicia: ascenso del PSdeG y siete ciudades en liza
En Galicia, el eventual ascenso del PSdeG-PSOE y su posible traducción en más poder territorial más allá de donde ya lo tiene, comenzando por los ayuntamientos de Vigo y Lugo, será uno de los termómetros de la noche electoral. El partido confía en seguir impulsado por la ola de Pedro Sánchez en las generales y su secretario general, Gonzalo Caballero, dice aspirar a estar en el gobierno en las siete principales ciudades, donde quieren crecer pescando en los caladeros de votos que fueron proclives a las mareas municipales hace cuatro años. Ahora mismo gobierna en Vigo, con una aplastante mayoría de Abel Caballero, y Lugo. Otro de los grandes focos será, precisamente, el que apunta hacia los ayuntamientos urbanos gobernados por las mareas: A Coruña, Santiago y Ferrol. En Pontevedra, el BNG aspira a revalidar el emblea de su gestión, con Miguel Anxo Fernández Lores, al frente de la alcaldía desde 1999.
¿Y el PP? Como en los compases finales del fraguismo, los de Feijóo salen a la carrera electoral a defender una única alcaldía urbana, que mantienen sin mayoría, en Ourense. Allí existe una variable que no se da en ninguna otra ciudad gallega, el partido local Democracia Ourensana, que hace cuatro años cuatriplicó su representación hasta lograr 8 de los 27 ediles de la corporación, sólo dos menos que los populares, y que ahora aspira a gobernar.
Navarra: única comunidad con las derechas unidas
La campaña para las elecciones forales arranca en Navarra con el convencimiento de los partidos de que suponen un punto y aparte respecto a las generales. La Comunidad foral es la única en la que las derechas concurren unidas, bajo la marca Navarra Suma, en la que Unión del Pueblo Navarro -que volverá a ser a buen seguro el partido más votado- ha aglutinado a PP y Ciudadanos, para evitar la dispersión del voto. Sin embargo, la concurrencia de Vox, que cuenta con firmes posibilidades de entrar en el Parlamento de Navarra -la barrera es el 3% del voto-, complica la formación de gobierno a los de Javier Esparza, que ven lejos los 26 escaños necesarios si no cambian mucho las cosas en el PSN, y no parece que María Chivite tenga ninguna intención de apoyarle: lo ha negado en reiteradas ocasiones.
En el otro lado del arco parlamentario, la presidenta Uxue Barkos afronta una campaña difícil, marcada por la crisis interna de Podemos, que puede dejar también al cuatripartito que sustenta su gobierno -Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra- sin la mayoría necesaria de 26. Y en este punto muerto se reivindican los socialistas. El PSN aprovecha el tirón del efecto Sánchez, y María Chivite sabe que sus votos serán imprescindibles para la gobernabilidad. Por eso evita situar la confrontación en el eje nacionalismo vasco-nacionalismo español y prioriza un gobierno progresista, porque sabe que si las negociaciones entre PSOE y Podemos avanzan en Madrid abonan la posibilidad de conformar un entente progresista también en Navarra, al que además podrían sumarse Geroa Bai e Izquierda Ezkerra. En cuanto a las municipales, en Pamplona, la ciudad más grande gestionada por EH Bildu, la coalición Navarra Suma sí tiene posibilidades reales de arrebatar la Alcaldía a Joseba Asiron. Enrique Maya (UPN) aprovechará a buen seguro la desunión de las izquierdas.
Madrid: alerta en el PP por perder su gran bastión
Las elecciones del 26M han puesto por primera vez en alerta al PP en la Comunidad de Madrid. Es su gran bastión, y el 28A y la demoscopia han desarmado su confianza en preservarlo. Esta preocupación atravesará la campaña autonómica, cuyos resultados no solo determinarán el color político del nuevo gobierno sino un posible cambio de modelo forjado a base de mayorías del PP durante 24 años. Bajos impuestos, bonificaciones fiscales, respaldo a la educación concertada, privatización de servicios... Todo eso también está en juego este 26M. Una cita con las urnas que determinará si el PP resiste como fuerza hegemónica o deja paso a un ciclo inédito de izquierdas. La formación también pugna por mantener su liderazgo entre las derechas ante la posibilidad de un sorpasso de Ciudadanos y no está claro cómo será el equilibrio entre los tres partidos si Vox entra también en la Cámara. El 27% de indecisos, según el CIS, aún puede trastocar cualquier previsión.
En el Ayuntamiento, Manuela Carmena inicia la campaña con una noticia de la Junta Electoral: finalmente podrá participar en debates electorales y tener un espacio gratuito de publicidad. Según el CIS, Carmena revalidaría la Alcaldía sumando con el PSOE y se convertiría en el partido más votado en las elecciones, aunque lejos de la mayoría absoluta. Más Madrid y PSOE sumarían entre 31 y 35 concejales -la mayoría está situada en 29- y Ciudadanos se quedaría como cuarta fuerza, lejos de dar el ansiado sorpasso. VOX entraría por primera vez en el Ayuntamiento de Madrid pero por la mínima: obtendría el 5,8% de los votos y entre dos y tres escaños.
La Rioja: los regionalistas podrían ser la llave
Se cumplen 24 años desde que el PSOE gobernó por última vez en La Rioja. Este 26M podría volver a ocurrir: el PSOE, con una horquilla de entre 12 y 14 escaños, se convertiría en la fuerza más votada (36%), según el CIS. Es un escenario similar al que pronosticaban las elecciones generales -donde el PSOE fue asimismo la fuerza con más sufragios-, pero todo parece indicar que la llave del gobierno estará en los regionalistas: la suma de PSOE y Unidas Podemos alcanzaría los 17 escaños en el mejor de los casos, pero también lo haría la unión de PP y Ciudadanos. Para convertir a Concepción Andreu en la primera presidenta mujer de La Rioja podría ser necesario el apoyo de los regionalistas del Partido Riojano (PR+).
En el caso de las municipales, el candidato del PP en Logroño, Conrado Escobar, aspira a mantener al partido como la primera fuerza -una posición que ocupa desde 2011- con un programa centrado en el transporte público, la peatonalización o un proyecto para recuperar locales comerciales cerrados. Escobar fue designado candidato después de que Cuca Gamarra, actual alcaldesa, se presentase en las listas al Congreso.
Murcia: las elecciones más igualadas
Las próximas elecciones en la Región de Murcia serán las más igualadas de su reciente historia democrática, según indica la macroencuesta del CIS, y el PSOE podría ser el partido más votado por primera vez en 28 años con un 31,1% (14-17 escaños), seguido del PP, que se desplomaría, y obtendría el 26,1% de los apoyos (12-14 diputados). Si hay una formación que tendrá un papel decisivo en la composición del nuevo gobierno de Murcia será Ciudadanos. La formación naranja ya decantó la balanza en las elecciones de 2015 con sus cuatro diputados a favor del PP cuando este se quedó a un solo escaño (22 diputados) de reeditar otra mayoría absoluta.
Otra de las singularidades de las próximas autonómicas en la Región de Murcia será la nueva ley electoral que se aprobó en la pasada legislatura. La nueva norma abre la posibilidad a que fuerzas minoritarias puedan tener representación en la Asamblea Regional, ya que la barrera electoral pasa del 5% al 3%. El CIS no ha realizado encuestas en ninguna ciudad de la Región, aunque parece claro que la constitución de los nuevos ayuntamientos tras las elecciones municipales también estará marcada por los pactos electorales. Por otra parte, el futuro del Ayuntamiento de Murcia se asemeja al contexto autonómico. El PP no pierde unas elecciones (ya sean municipales, autonómicas o generales) en la ciudad de Murcia desde 1995 y en las del 28A también fueron la fuerza más votada. En el peor de los casos, los populares, aunque tengan menos apoyos que en comicios anteriores (en las municipales de 2015 dobló en concejales al PSOE que fue segundo), tendrían asegurado gobernar cuatro años más si hacen un pacto a la andaluza (entre PP, Cs y Vox sumaron casi el 60% de los votos en las últimas generales).