Casado, tras verse con Sánchez: “Vamos hacia un Gobierno débil, que tendrá una oposición fuerte pero responsable del PP”
“Vamos a una legislatura con un Gobierno débil que tendrá una oposición fuerte, firme, pero responsable”. Esa es la “primera impresión” que ha sacado el líder del PP, Pablo Casado, tras su encuentro en la Moncloa con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la que ha sido la primera cita de la ronda de contactos iniciada por el líder socialista tras su triunfo en las elecciones generales del 28A.
Casado ha adelantado que el PP no facilitará la formación de gobierno: “No va a contar ni con el apoyo ni con la abstención del PP”, ha sostenido. No obstante, ha reconocido que la reunión ha supuesto un antes y un después en su relación con el Ejecutivo. “Hoy parece que ese cordón sanitario contra el PP se ha roto”, ha afirmado.
Durante la rueda de prensa ofrecida en Moncloa, el presidente del PP se ha reivindicado además como líder de la oposición. “El líder de la oposición es aquel que representa al segundo partido en votos”, ha insistido. Casado ha pedido una y otra vez que el futuro gobierno no dependa de “aquellos partidos que han demostrado una gran deslealtad” y ha insistido en que hay “otras opciones” de acuerdo para el PSOE, como pactar con Ciudadanos, una fuerza “constitucionalista”.
El líder del PP ha esquivado la pregunta acerca de si durante su reunión ha pedido o no disculpas al presidente del Gobierno por llamarlo “traidor” o “felón”. Según ha dicho, “las descalificaciones quedan dentro de la confrontación política” y considera que no traspasó “el terreno personal” cuando le dedicó aquellas palabras en plena precampaña.
De “encuentro cordial” ha tildado Sánchez el mantenido este lunes con Casado. A través de su cuenta de Twitter, el presidente del Gobierno en funciones ha considerado que la reunión es la “toma de contacto” con el principal partido de la oposición “con el objetivo de trasladar una imagen de unión del país en los asuntos clave, reforzar la institucionalidad y normalizar las relaciones entre los líderes políticos”.
Fuentes de Moncloa han asegurado, por su parte, que la reunión “ha sido cordial, afable y fluida”. “Se trataba de una toma de contacto para normalizar las relaciones y se ha conseguido”, han apuntado desde el Gobierno. El Ejecutivo también ha anunciado que “se mantendrán encuentros regulares” con el PP, de tal modo “que no sea noticia una reunión por sí misma, sino por los temas tratados”.
Moncloa apunta a que Sanchez y Casado han centrado su conversación “en cuestiones de gran importancia para los ciudadanos, como el Pacto de Toledo y las pensiones, el impulso a la ciencia y la transición ecologica”. “Se trata de temas de Estado en los que siempre se buscará una relación constante”, explica el Gobierno.
La situación territorial, y en especial Catalunya, “han ocupado un espacio importante en este encuentro, una cuestión sobre la que se ha decidido mantener una comunicación permanente”, aseguran en Moncloa. “Hoy se trataba de dar una imagen de unión del país en los asuntos clave y reforzar la institucionalidad. No se ha hablado sobre acuerdos postelectorales, ni otras cuestiones, cuyo desarrollo compete a los grupos parlamentarios”, recalcan..
Sánchez y Casado han estado reunidos durante una hora y media en la que ha sido la primera cita de ambos dirigentes desde que el socialista dio por rota la relación con el líder del PP, hace siete meses, después de que éste le acusara de ser “responsable del golpe de Estado” en Catalunya.
Hasta este lunes, los dos líderes habían mantenido un único encuentro, en agosto, que se prolongó durante tres horas, apenas dos meses después de que el líder del PSOE llegara a la Moncloa al ganar la moción de censura que presentó contra el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Sánchez esperó a que se solucionara la crisis de liderazgo en el PP tras la salida de Rajoy para iniciar una ronda de contactos en la que finalmente solo se reunió con Casado y el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias.
El encuentro de este lunes se ha producido después del vuelco político que supusieron las generales. En su última reunión Casado ejercía de representante del partido político con más fuerza parlamentaria –134 diputados– frente a un presidente del Gobierno débil –el PSOE tenía entonces 84 escaños en el Congreso– que llegó al poder gracias a una moción de censura apoyada por Unidos Podemos y las fuerzas nacionalistas e independentistas.
Ahora Sánchez partía de una posición más fuerte, tras ganar las generales con 123 diputados, y ante un líder del PP más frágil que nunca, con 66 parlamentarios, menos de la mitad de los obtenidos por su predecesor, Mariano Rajoy, en 2016.