Casado rechaza negociar con Sánchez si no rompe con “sus socios” y el Gobierno acusa al PP de seguir “en el bloqueo”
Pedro Sánchez y Pablo Casado se han reunido en Moncloa durante una hora y media, pero no ha habido avances en su encuentro. El líder del PP ha desatendido la mano tendida del presidente del Gobierno para llegar a entendimientos en “asuntos de Estado” como la renovación de órganos constitucionales –entre ellos el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en situación de interinidad desde diciembre de 2018– o la financiación autonómica. “Sigue instalado en su estrategia de bloqueo”, señalan fuentes gubernamentales. “No se ha movido ni un milímetro”, ha dicho posteriormente la portavoz, María Jesús Montero.
El propio Casado ha reconocido que no habrá acuerdos posibles con el principal partido de la oposición si el Ejecutivo no renuncia a todas sus políticas y a los socios con los que piensa llevar a cabo dichas medidas. “Si Sánchez rompe con los batasunos, los independentistas y los nacionalistas aquí tiene al PP para sentarse a hablar de las preocupaciones reales de los españoles”, resumía el líder de los populares en rueda de prensa, lanzando una suerte de ultimátum.
Él considera que “la pelota está en el tejado de Sánchez”, pero Casado no ha dejado margen para el acuerdo, ya que además de pedirle al jefe del Ejecutivo que rompa con sus socios también le ha pedido que renuncie a su política del diálogo en Catalunya o al nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado. “En términos generales, no suelo salir más tranquilo de las reuniones con Pedro Sánchez”, ha resumido, además, Casado.
Desde Moncloa expresan que, pese a la “actitud del PP” contraria a alcanzar hipotéticos acuerdos, Sánchez “mantiene su compromiso de que esta sea la legislatura del diálogo entre las fuerzas políticas para desbloquear asuntos tan importantes para la ciudadanía como la financiación autonómica, el Pacto de Toledo sobre las pensiones, o la renovación de puestos en organismos de gran transcendencia para el país”.
El Ejecutivo ni siquiera ha esperado a enviar ese comunicado a que compareciera en la sala de prensa el líder del PP, como estaba previsto. “No hemos encontrado en el señor Casado la actitud de colaboración que entendemos que la situación de España requiere”, ha expresado posteriormente la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que ha acusado al jefe de la posición de instalarse en una “actitud negacionista” y de pretender “dictar” la política desde la oposición, donde los ciudadanos le colocaron en las urnas. Ese ha sido el mensaje que ha reiterado la ministra.
Ultimátum de Casado: ruptura con los “radicales”
Casado ha ofrecido una rueda de prensa una hora después de que finalizara la reunión y ha comenzado su intervención explicando las reclamaciones que le ha hecho a Sánchez: que renuncie a la mesa de diálogo con la Generalitat que pactó con ERC en la que no habrá “líneas rojas”, que garantice la inhabilitación de Quim Torra, que no rebaje las penas por sedición en el Código Penal “como indultos encubiertos” a los líderes del procés y que no designe a la exministra Dolores Delgado. En materia de política exterior, le ha exigido que reconozca a Juan Guaidó como presidente de Venezuela y que otorgue toda la información del encuentro de José Luis Ábalos con la vicepresidenta de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez. También le ha pedido que mantenga la reforma laboral de Mariano Rajoy, cuyo desmontaje inicia el Gobierno este martes con la derogación del despido procedente por bajas médicas.
“El PP es un partido de Gobierno incluso cuando estamos circunstancialmente en la oposición. No podemos limitarnos solo a la crítica ni quedarme con brazos cruzados cuando en España hay dos millones de parados (...) y los radicales campan a sus anchas imponiendo las políticas. Somos el partido de los moderados, la fuerza tranquila”, ha expresado Casado, que ha asegurado que mantiene “la mano tendida para llegar a pactos de Estado para que no tenga que depender de radicales”. “Le he ofrecido un compromiso por España”, ha afirmado el líder del PP, que plantea que para llegar a entendimientos con su partido tiene que romper con los “radicales” independentistas. “Si rompe con ellos, con batasunos, independentistas, nacionalistas, aquí tiene al PP para sentarse a hablar de las preocupaciones reales de los españoles”, ha aseverado.
Sobre la exigencia del líder conservador de que no se reúna la mesa de diálogo con la Generalitat, la portavoz del Gobierno ha reprochado que se instale en el “no por sistema”. “No tiene ninguna solución para Catalunya. Él pide que no dialogue pero no aporta ninguna solución”, ha expresado Montero.
Moncloa: El PP de usa las instituciones como “rehenes”
Casado ha insistido en que no apoyará la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) si Sánchez no se compromete a despolitizar al justicia -comenzando por el cese de Delgado como Fiscal General y por que se “cumplan las resoluciones de los tribunales europeos o que no se insulte a las decisiones que tomen los jueces” en referencia al cuestionamiento que hizo Pablo Iglesias (y que Moncloa avaló)-. “El problema no es que el PP bloquee, sino el Gobierno que daña independencia de otras instituciones”. “No se pueden coger a las instituciones como rehenes de lo que no se ha ganado en las urnas”, ha respondido la portavoz del Ejecutivo, que ha asegurado que el Gobierno tratará de “impedir” que el PP mantenga su intención de hacer de estos órganos “rehenes”.
Montero ha insistido en dos mensajes fundamentalmente: que Casado pretende marcar la acción de Sánchez desde la oposición pese a no haber tenido los votos para gobernar y en que ha vinculado la renovación de los órganos constitucionales o de la negociación del sistema de financiación autonómica a cuestiones que nada tienen que ver con esas ellas. “Uno no puede pretenden imponer el proyecto de presupuestos al Gobierno”, ha dicho a modo de ejemplo la portavoz. “Si el PP hubiera ofrecido al Gobierno una estabilidad, el señor Sánchez la hubiera aceptado”, ha zanjado Montero, que ve en las propuestas de Casado “palabras huecas”.
Gobierno y PP tenían pocas expectativas puestas en este primer encuentro puesto que los puntos de partida eran muy alejados. Aún así, Sánchez citó al líder conservador al que reclama “lealtad” en su labor de oposición. La mano tendida que mostró el presidente el pasado miércoles en la sesión de control se evidenció con esta convocatoria en la que Sánchez pretendía, además, que el PP se aleje de las posiciones más extremistas como las de Vox.
La de este lunes ha sido la primera reunión de los dos dirigentes desde que el pasado mes se constituyera el Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos. Las relaciones entre ambos políticos han sido pésimas y casi inexistentes en los últimos meses. Desde que uno es presidente y el otro líder de la oposición, se han reunido solo cinco veces.
La última fue en diciembre, después de que Sánchez hiciera público su acuerdo de Gobierno con Unidas Podemos y el líder del PP se enterara del mismo “por la prensa”, en medio de una reunión de la Junta Directiva, máximo órgano entre congresos del partido, algo que molestó sobremanera en Génova 13, donde esperaban poder tener un mínimo margen de negociación con el PSOE para los próximos cuatro años. En ese encuentro de hace dos meses se escenificó la ruptura total entre ambos.
Casado llegó a pedir la dimisión del candidato socialista la noche del 10N, tras ganar por segunda vez las elecciones. Y en un escenario político polarizado, los acuerdos entre Sánchez y Casado habían resultado imposibles. La reunión de este lunes no ha hecho más que confirmar que la ruptura entre ambos dirigentes es total.
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