Dirigentes del PP temen que la irrupción de Vox pueda dejarles sin representación en Catalunya el 28A
Las elecciones catalanas de 2017 supusieron un duro golpe para el PP, que quedó relegado como séptima fuerza del Parlament con solo cuatro diputados de 135 –sin ni siquiera tener la posibilidad de conformar grupo parlamentario propio– en un proceso en el que Ciudadanos logró capitalizar la mayor parte del voto antiindependentista de centro derecha, al lograr ser el partido más votado de Catalunya rompiendo así años de hegemonía nacionalista.
Dirigentes populares consultados por eldiario.es advierten ahora de que la debacle puede ser aún mayor en las próximas elecciones generales del 28 de abril, en las que temen que la irrupción de Vox, sumada a la huida de votos de los últimos meses del PP a Ciudadanos, les deje sin representación de diputados catalanes en el nuevo Congreso de los Diputados. La de los populares, que ya está en el Grupo Mixto en el Parlament, quedaría así relegada a una fuerza residual en Catalunya.
La dirección nacional del PP ha asumido que la marcha de su tradicional electorado hacia los partidos de Albert Rivera y Santiago Abascal de los últimos meses se reflejará en las generales en un retroceso generalizado en el número de escaños que obtendrá el partido en la Cámara Baja y que el equipo de Pablo Casado cuantifica ya en una pérdida aproximada de 30 representantes, pasando de los 134 actuales a quedar “por encima de los 100”, como ha asegurado el propio líder del PP en las últimas semanas.
En Catalunya, donde el 28A se juegan 47 escaños, dirigentes populares se muestran preocupados por no poder mantener los seis representantes que logró el PP en las generales de 2016. Consideran que la “radicalización” del electorado podría hacer que los votos contrarios a la independencia se concentren en Ciudadanos pero especialmente en Vox, con lo que ambas fuerzas políticas serían las que concentrarían el voto antiindependentista de centro derecha en detrimento de los populares.
“Mucha fuerza” en Tarragona
Miembros de la dirección de Casado explican que la principal preocupación es la circunscripción de Barcelona –que es la que pone en juego más representantes en el Congreso, 31– donde las “posiciones extremistas sobre la aplicación del 155 pueden ganar posiciones”, lo que haría que entrara Vox y el PP se quedara sin representación en la que, junto a la Comunidad de Madrid, es la provincia más importante del país en número de escaños por ser la segunda en población.
Dirigentes del equipo del líder nacional de los populares niegan, en cambio, que entre sus temores esté quedarse sin representación por Catalunya porque, explican, el PP “tiene mucha fuerza” en el sur de la comunidad y, en concreto, en la provincia de Tarragona. A pesar de poner en cuestión los resultados en Barcelona, las fuentes del equipo de Casado dan por hecho que sí lograrán escaños tanto por Tarragona como por Lleida, aunque también dan por perdida la circunscripción de Girona, principal bastión del independentismo.
Cargos de la máxima responsabilidad del PP catalán restan importancia a esos temores expresados tanto por dirigentes cercanos a Casado como por otros del sector crítico que en las primarias se posicionaron a favor de Soraya Sáenz de Santamaría. Fuentes de la cúpula de los populares catalanes recuerdan en declaraciones a este diario que encuestas recientes como la de Gad3 para La Vanguardia dan al PP entre cinco y seis diputados al Congreso. “Las que menos nos dan, entre tres y cuatro. Estamos muy tranquilos”, aseguran.
La preocupación extendida por el partido podría incidir, sin embargo, en la configuración de las listas para el 28A, ya que si el PP asume la posibilidad de no lograr representación en el Congreso por Catalunya el equipo de Casado podría tener que reubicar en las listas de otras provincias a diputados catalanes del equipo más próximo a Casado, como la propia portavoz parlamentaria de los populares, Dolors Montserrat, que es diputada por Barcelona.
“Poner orden” en Catalunya
Pese a los malos augurios de varios dirigentes populares, Génova pretende mantener su estrategia de los últimos meses sobre Catalunya marcada por el giro a la derecha emprendido por Casado nada más llegar a la presidencia del PP. El partido centrará su campaña de las generales en el conflicto catalán atacando al Gobierno por negociar con la Generalitat y las fuerzas independentistas, y prometiendo la aplicación “inmediata y sin límite de tiempo” del artículo 155 de la Constitución si el PP logra recuperar la Moncloa tras el 28A.
El próximo 28 de abril, según Casado, los ciudadanos votarán “si quieren que en España siga mandando Torra o que el Gobierno de España ponga orden en Catalunya”.