Gobierno y PP intentan escenificar la vuelta del bipartidismo
La reunión que han mantenido este jueves en el Palacio de la Moncloa el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado, ha estado acompañada de múltiples gestos para tratar de escenificar una vuelta del bipartidismo. Tanto el Ejecutivo como los conservadores han querido dejar claro que la batalla por la gobernabilidad en España es cosa de ellos dos y que se reconocen mutuamente como los únicos rivales políticos, dejando al margen a las nuevas fuerzas surgidas precisamente por el hastío con el bipartidismo, como Ciudadanos y Podemos.
La propia duración del encuentro, que se prolongaba durante casi tres horas, daba a entender, según explicaban tanto fuentes de Moncloa como del entorno de Casado, la importancia institucional que ambas partes concedían a la reunión. Una relevancia que Sánchez no ha dado en cambio a quienes le hicieron presidente apoyando su moción de censura. Con Pablo Iglesias, líder de Podemos, se vio en Moncloa en junio pero en secreto, al igual que sucedió con la cita que mantuvo el presidente del Gobierno con el máximo jefe del PNV, Andoni Ortuzar.
El encuentro con Casado se producía, en cambio, habiendo sido previamente anunciado por ambos equipos. Además, Moncloa decidía conceder al líder del PP la “deferencia” de que ofreciera su rueda de prensa en la sala principal del edificio del Portavoz del Gobierno, un espacio reservado habitualmente a las comparecencias posteriores al Consejo de Ministros, y a las del jefe del Ejecutivo y los líderes internacionales que le visitan en el palacio presidencial.
Una reunión “de trabajo”
Fuentes del Gabinete ponían el traje de único líder de la oposición al presidente del PP al considerar “un gesto de elegancia” que este jueves únicamente compareciera públicamente Casado –“hemos considerado que hoy es el día del presidente del PP, decían– y que el Gobierno se haya reservado sus declaraciones sobre el encuentro a la rueda de prensa que ofrece este viernes el propio Sánchez para poner fin al curso político. Esas mismas fuentes insistían en que la reunión se había desarrollado ”bien“, y que había sido una ”larga“ entrevista que ”ha dado para trabajar muchas cosas“.
“Incluso en los detalles hay que estar a la altura”, aseguraban fuentes de Moncloa al referirse a la cesión de la sala principal del palacio al líder del PP. Desde la Presidencia del Gobierno insisten en que la reunión es un “acto de Gobierno y Estado”, y que por eso el Ejecutivo le ha dado la importancia “que merece”.
Hasta este jueves el cruce de acusaciones entre Gobierno y PP ha sido constante, sobre todo a raíz del giro a la derecha emprendido por Casado que le ha llevado a acusar al Ejecutivo de dar “papeles para todos” los inmigrantes y acusarle de actuar con “demagogia” ante ese fenómeno. Desde el equipo de Sánchez acusaban al líder conservador de “alinearse” con la ola xenófoba que recorre Europa. Ambas partes trataban de remarcar este jueves que esos enfrentamientos continuarán, porque son rivales políticos, pero aseguraban que las dos reconocen el papel institucional del otro.
La “lealtad” del líder del PP
Asimismo, tras sus feroces críticas de los últimos días, en los que ha acusado a Sánchez de provocar un efecto llamada de inmigrantes, de ser cómplice del independentismo o de incluso traicionar a las víctimas de ETA, el entorno de Casado reconocía que el líder del PP había optado por una rueda de prensa de “guante blanco”.“Le he transmitido al señor Sánchez que el PP va a colaborar lealmente en las garantías de la defensa de España, del estado de derecho y de la Constitución y las instituciones”, le decía.
Esa “lealtad”, explican fuentes cercanas al líder del PP, es la que ha hecho que Casado no haya revelado ni una coma de las ideas que le ha transmitido el jefe del Ejecutivo y que incluso haya dicho que “se quiere fiar” de Sánchez en cuanto a la política contra los independentistas se refiere. El entorno del dirigente conservador han insistido en que Casado ha acudido a la Moncloa “con la mejor predisposición sobre todo por España”.
Pero además, trataba de dejar claro que lo que ha evidenciado este primer encuentro es que PSOE y PP van “a ejercer el bipartidismo”. “La reunión nos la hemos tomado muy en serio las dos partes, y eso explica el muy buen tratamiento que nos ha brindado la Moncloa”, añadían. El entorno del líder del PP reconoce, en todo caso, que “el equilibrio del bipartidismo es muy complicado” dado que se debe conjugar el enfrentamiento político con la responsabilidad institucional, sobre todo porque dicen tener claro que de ambos partidos “depende la estabilidad nacional”.