El juicio contra Quim Torra, acusado de desobediencia por no haber retirado los lazos amarillos de las sedes gubernamentales en la precampaña electoral de abril, como le ordenó la Junta Electoral Central, por el que la Fiscalía pide 20 meses de inhabilitación y una multa de 30.000 euros, ha quedado visto para sentencia. Lo ha hecho tras una última palabra del president, de marcado caráctor político, en la que ha reconocido que desobedeció a la Junta Electoral y no retiró los lazos de la Generalitat.