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Los accidentes mortales en carretera cayeron un 60% durante el estado de alarma

La paralización de la actividad económica generada por el confinamiento decretado durante el estado de alarma hizo descender los accidentes mortales de tráfico en un 60%, lo que supuso que 139 personas menos perdieron la vida durante el centenar de días que duró el confinamiento en comparación con el mismo periodo de 2019, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). 

Esta reducción sin precedentes fue acorde con la disminución del volumen de coches en las carreteras de manera proporcional de “uno a uno mientras duró el confinamiento. Si el tráfico disminuyó en un 60%, los accidentes también”, explica Pere Navarro, director de la DGT. “Sin embargo, ahora, con un 10% menos de tráfico que en otros momentos, hemos vuelto a tener los mismos accidentes”. 

Mientras duraron las prohibiciones de desplazamientos entre provincias y los controles restrictivos, en días festivos como los de la Semana Santa o el Puente de Mayo el tráfico descendió en hasta un 86%, dejando cifras históricas. Por provincias, las reducciones más grandes de muertos en accidentes de tráfico con respecto al mismo periodo de 2019 corresponden a Barcelona, A Coruña, Madrid o Tarragona, donde el número de accidentes se redujo a la mitad. 

Las provincias de Guadalajara, Jaén, Palencia, Segovia, Valencia, Zamora, Ceuta y Melilla se mantienen con el mismo número de accidentes que el año pasado sin confinamiento. Y, sin embargo, Burgos, Castellón, Ciudad Real, Cuenca, León, Rioja, Málaga, Salamanca, Sevilla, Soria y Zaragoza registran un leve aumento de los accidentes mortales en las carreteras.

Desde que finalizara el estado de alarma la DGT lleva advirtiendo en cambio de los repuntes en la mortalidad, que en apenas semanas aumentó en un 22%, y de conductas irresponsables al volante. Por ejemplo, desde mediados de junio los excesos de velocidad han aumentado en un 30% respecto a los registrados en febrero, antes de que pudiera entreverse la venidera pandemia. 

“El confinamiento puede haber cambiado la conducción, hay quien confunde libertad con correr y, además, que haya menos coches invita a que corras más, casi sin darte cuenta”, continúa Navarro. Hay muchos otros factores que explican estos repuntes, como la pérdida del hábito de conducir después de tres meses de confinamiento y las ganas por llegar a la segunda residencia o a visitar a personas queridas, incluso sin hacer paradas durante el camino por miedo a los contagios en lugares concurridos. Además de que, debido a la situación de crisis social y económica, “los problemas te los llevas también cuando estamos al volante” provocando baja concentración, explica el director de Tráfico.  

De cara al periodo de vacaciones y para volver a poner en agenda la precaución al volante, la DGT acaba de lanzar una campaña para prevenir los accidentes de tráfico. Una iniciativa que no está exenta las críticas habituales que suelen acompañar a los ‘spots’ de Tráfico. El anuncio lo protagoniza el campeón de patinaje Javier Fernández, al que se le puede ver actuando en la pista del Palacio de Hielo de Madrid, el espacio reconvertido en morgue durante las etapas más duras de la crisis de la COVID-19.  

“Este país no puede soportar más muertes”, reza el eslogan publicitario con el que la institución pretende explicar que “los accidentes de tráfico también son una pandemia”, según argumenta Navarro al teléfono. “Si estás pendiente de lavarte las manos, estate pendiente de no distraerte al volante; si sigues las instrucciones de los expertos, también cuando coges el coche”, enumera el máximo responsable de Tráfico. 

Pese a la imposibilidad de prever el número de desplazamientos en un verano totalmente atípico, el Ministerio del Interior ya anunció que para los meses de julio y agosto desplegará más de 1.300 radares de control de velocidad (78 más que el pasado verano), 15 furgonetas camufladas, 12 helicópteros, 216 cámaras de control de cinturón de seguridad y uso del teléfono y 11 drones. 

El uso del coche privado frente a otras alternativas de transporte, la reducción de visitantes internacionales pero el esperado aumento del turismo nacional, así como los focos de rebrotes y confinamientos parciales en algunas zonas del país hacen suponer que este año no se llegará a los 91 millones de desplazamientos que se produjeron entre julio y agosto de 2019, un año que cerró con las cifras más bajas de muertos registradas desde 2015.

Según dijo el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una rueda de prensa junto a Navarro, este verano predominarán los “desplazamientos cortos, más viajes de reencuentro y más movimientos hacia los grandes núcleos urbanos en busca de actividades de ocio”. Las fases de la operación de Tráfico se reforzarán coincidiendo con los fines de semana en los que se espera mayor bullicio en las carreteras: terminando julio y los primeros días de agosto, a mitad y a finales de mes.