El camino para lograr candidatura unitarias entre Podemos, IU y Equo en el próximo ciclo electoral se aclara. En plena tormenta política por la polémica del chalé, la sentencia del caso Gürtel y la consecuente moción de censura que ha llevado a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno los partidos han comunicado el acuerdo marco en el que llevan meses trabajando y que sienta las bases para una confluencia cuyos detalles deberán cerrar las organizaciones en cada nivel territorial.
La “declaración conjunta”, como es ha denominado finalmente al documento [aquí en PDF] fija algunas cuestiones. El nombre de la coalición, por ejemplo: “Unidas Podemos Izquierda Unida Equo”. Pero también deja otras en el aire y no será hasta finales de año o principios de 2019 cuando se aterricen.
La fórmula jurídica: coalición electoral
Podemos nació impugnando, entre otras cosas, las coaliciones electorales. Las “sopas de siglas”. Los acuerdos de despacho. Pero el entramado burocrático y jurídico deja poco margen para otras opciones cuando la intención es sumar a otros actores que no quieren diluirse y tiene una estructura propia que alimentar.
En las elecciones generales de 2016 ya se utilizó la fórmula de la coalición. Y, antes, en Catalunya. En 2019 será la fórmula general tanto para las europeas y municipales (con una coalición estatal) como en las autonómicas. Esto permite, por un lado, fijar un reparto de recursos. Y también sumar el máximo número de votos para la elección de órganos supramunicipales como las diputaciones provinciales.
Primarias separadas y negociación posterior
La composición de las listas también será negociada. Al menos en la mayoría de los casos. El acuerdo establece que una apuesta “por la celebración de primarias de cada una de las organizaciones para después confluir en una papeleta de unidad”. Los tres partidos consideran que este método “combina el principio democrático con el respeto a la identidad de cada una de las partes”.
“El resto de los detalles de los acuerdos”, apunta el documento, “corresponderá a los ámbitos territoriales”. Es decir, serán las direcciones regionales las que determinarán cómo se compondrán las papeletas que estarán en los colegios electorales.
El acuerdo abre más la mano en el ámbito municipal: “Para facilitar la elaboración de candidaturas (...) se podrían llevar a cabo primarias conjuntas apostando por sistemas los más proporcionales posibles”.
“Se generarán censos únicos para cada proceso”, concluye el documento.
Andalucía, el verso libre
La norma general de las primarias propias y la negociación posterior ha sido asumida por la mayor parte de las direcciones autonómicas de uno y otro color. Solo en Andalucía tanto Podemos como IU han apostado por unas primarias conjuntas.
Así lo recoge el “Preacuerdo político para la unidad en Andalucía” [aquí en PDF], suscrito por Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, de forma expresa: “Celebración de unas primarias conjuntas como forma de elección de las listas electorales”.
El documento andaluz contraviene el protocolo estatal aprobado por el Consejo de Coordinación de Podemos para las próximas elecciones [aquí en PDF]. El documento asegura: “Se deberá acordar con las fuerzas aliadas del espacio del cambio la distribución de lugares que correspondan a cada actor político, así como la posible inclusión de personas independientes de la sociedad civil en la papeleta y como parte del acuerdo de coalición”.
Las diferencias entre las direcciones estatal y andaluza de Podemos se tendrán que resolver pronto. La posibilidad de un adelanto electoral, que depende exclusivamente de Susana Díaz, ha impuesto un calendario especial para Andalucía que anticipa los plazos varios meses.
¿Cabe alguna fórmula intermedia?
El reglamento de Podemos establece que “las personas asignadas a los lugares que correspondan a Podemos deberán aparecer en el orden fijado por las primarias de Podemos, aunque el puesto concreto pueda haber sido desplazado como resultado del acuerdo”.
Esto bloquea las opciones de unas primarias abiertas puras. Pero no cierra la puerta a otras sistemas de ratificación siempre y cuando se respeten los plazos y normas recogidas en su reglamento.
Las relaciones actuales entre las Secretarías de Organización estatal de Pablo Echenique y la dirección de Podemos Andalucía de Teresa Rodríguez atraviesan momentos muy malos. Pero todavía hay margen para la negociación.
La relación entre Alberto Garzón y su dirección andaluza es, sin embargo, excelente. Y puede ayudar a desatascar la situación.
Madrid y Asturias: los otros quebraderos de cabeza
Andalucía es el problema más inminente. Pero no el único.
En Podemos y en IU dan por perdida la confluencia en Asturias pese a que con el sistema electoral del Principado creen que podrían competir con ganar el Gobierno regional.
En este caso, en Asturias nadie quiere. Y si en las direcciones estatales alguien piensa fórmulas para intentar forzar un acuerdo sus probabilidades de éxito son ínfimas.
Por el contrario en Madrid nadie duda de que habrá un acuerdo. Tampoco está en tela de juicio la figura de Íñigo Errejón como candidato. Pero la dirección autonómica de IU en Madrid está haciendo una apuesta cerrada por unas primarias abiertas “superadoras” a principios de otoño como fórmula para configurar la lista definitiva.
Una opción inviable pero que sirve para presionar en la negociación y que ha permitido a Anticapitalistas buscar una fórmula para lograr la que ha sido una de sus reivindicaciones habituales. Este miércoles, precisamente, dirigentes de Anticapitalistas y activistas participan en la presentación de un Manifiesto por Madrid en el que se reclaman “unas primarias abiertas, proporcionales y democráticas”.