El lenguaje gamberro que utiliza Amos Yee para tratar temas sensibles se topa con la justicia del puritano Singapur, en un juicio que Naciones Unidas expone como ejemplo de la represión contra la libertad de expresión en la ciudad-estado.
El bloguero de 17 años podría ser sentenciado con hasta tres años de prisión por seis delitos al herir los sentimientos religiosos de musulmanes y cristianos en varios vídeos publicados entre noviembre de 2015 y el pasado mayo en su perfil de YouTube y Facebook.
Con ropa informal y larga melena, el adolescente singapurés llegó hoy al tribunal que dirimirá hasta el próximo miércoles si vulneró los derechos religiosos de otros ciudadanos de la ciudad-estado, estipulados en la sección 298 del Código Penal.
En las grabaciones denunciadas, el joven ofrece su particular versión sobre los hechos relatados en el Corán y la Biblia a fin de refutar los credos que se basan en ambos libros, considerados sagrados por sus seguidores.
David Kaye, relator de Naciones Unidas para temas de libertad de opinión y expresión, advirtió este lunes de que Yee es considerado un menor conforme a las leyes internacionales para los derechos humanos y que el proceso se basa en una acusación contra “una expresión legal” según los principios universales.
“La ley internacional para los derechos humanos permite que sólo los casos graves y extremos de incitación al odio sean tipificados como delito, no otras formas de expresión, aunque sean ofensivas, perturbadoras o chocantes”, remarcó Kaye en un comunicado.
Según el relator, el juicio contra Yee, quien se representará a si mismo durante las vistas, es una muestra más de los crecientes casos de represión en la ciudad-estado contra opositores políticos y disidentes al gobierno.
Singapur mantiene vigentes unas estrictas leyes internas que tienen por objetivo mantener la armonía entre las religiones que se profesan en el país asiático para así evitar posibles conatos de violencia sectaria.
Conforme a los datos del censo de 2010, el budismo es la religión mayoritaria de Singapur (practicada por el 33 por ciento de la población), seguida por los cristianos (18 %), musulmanes (15 %), taoístas (11 %) e hinduistas (5 %), entre otras minoritarias, con un 17 por ciento de ciudadanos que se declara sin credo.
Las autoridades de la pluricultural sociedad singapuresa arrestaron el pasado 11 de mayo a Yee al pender sobre este cinco cargos por proferir comentarios ofensivos contra la religión musulmana y un cargo por el mismo delito contra el catolicismo,
El bloguero fue puesto en libertad bajo fianza el mismo día, tras depositar un pago de 5.000 dólares locales (3.700 dólares estadounidenses o 3.300 euros), mientras la fiscalía reclamaba un juicio rápido en aras de atajar el “comportamiento ofensivo” del joven.
Yee también se enfrenta a dos delitos por no personarse en dos ocasiones ante la Policía tras recibir una citación judicial.
A su corta edad, Yee ya es un conocido para la justicia singapuresa que en 2015 le sentenció a cuatro semanas de cárcel por ridiculizar en un vídeo al ex primer ministro considerado padre de la moderna Singapur, Lee Kuan Yew.
La condena, no obstante, no se hizo efectiva ya que el joven, que por entonces tenía 16 años, estuvo encerrado durante 53 días antes del juicio en el penitenciario Changi y posteriormente fue enviado dos semanas, por recomendación médica, a un instituto de salud mental.
La organización garante de los derechos humanos Human Rights Watch recordó, en su informe anual, el “pésimo respeto de Singapur a la libertad de expresión” al llevar ante los tribunales a un menor de edad y la persecución contra blogueros independientes para enmascarar la represión y censura de la ciudad-estado.