Albania no se convertirá en una ruta alternativa para el paso de los refugiados e inmigrantes bloqueados en Grecia a países de Europa Occidental y mientras no exista una “puerta de salida” hacia estos países, solo permitirá la entrada a las personas que soliciten asilo.
“Hasta que no exista una puerta de salida los inmigrantes que lleguen a Albania tienen que pedir protección humanitaria y no el tránsito hacia otros países”, declaró hoy a los medios locales el director de la Policía de la Frontera, Genc Merepeza.
Para rechazarlos en la frontera la policía solicitará la ayuda del Ejército si fuera necesario, añadió.
En el norte del país, la vía terrestre que les conduciría a Alemania está bloqueada, ya que los países que tienen que atravesar como Croacia, Eslovenia, Serbia, Hungría, Austria han cerrado sus fronteras.
La otra posibilidad para llegar desde Albania a Italia en barcos de los traficantes ilegales por el estrecho de Otranto, en el mar Adriático, sería una aventura peligrosa y costosa.
En la década de 1990 miles de albaneses, que acababan de salir del comunismo más duro de Europa, llegaron ilegalmente a Italia en busca de una vida mejor subiendo en lanchas rápidas de los traficantes en la costa sureña de Vlora.
Pero el ministro del Interior, Saimir Tahiri descartó la posibilidad de que las mafias de traficantes reactiven esta ruta del Adriático, una probabilidad que calificó de “nula”.
Merepeza reforzó esta declaración del ministro al confirmar que de momento “no se ha registrado ninguna tentativa” de los grupos del crimen organizado para llevar a los inmigrantes, a través del territorio albanés, a otros países.
De todas formas, Albania ha pedido ayuda a la policía italiana para asegurar un control más eficaz de sus fronteras, y para prevenir y gestionar el posible flujo migratorio.
El ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, visitará Tirana en los próximos días, mientras se espera el envío de 20 policías italianos para asistir a las fuerzas de seguridad albanesas en la identificación de terroristas infiltrados en el caso de un posible flujo migratorio.
Actualmente han aumentado las patrullas policiales que vigilan los principales ejes nacionales cerca de la frontera griega, mientras que en los pueblos fronterizos de Gjirokastra y Korca se han establecido unidades de intervención rápida.
Las autoridades de Tirana han reiterado que Albania contribuirá a la solución de la crisis de los refugiados de acuerdo a sus posibilidades, y dentro de un marco común europeo.
“Albania, como país democrático y parte de la comunidad euroatlántica y europea con que comparte valores, dará su contribución, pero dentro de sus posibilidades y capacidades”, subrayó este domingo el presidente del Parlamento, Ilir Meta, líder del gobernante Movimiento Socialista para la Integración.
En todo el país hay sólo un centro de acogida, con una capacidad máxima para 200 refugiados, mientras que dos viejos cuarteles militares situados cerca de los pasos fronterizos con Grecia destinados a la acogida de refugiados carecen de luz y agua potable.
Albania, miembro de la OTAN y aspirante a ingresar a la Unión Europea, es uno de los países más pobres de Europa.
Un total de 65.935 albaneses emigraron el año pasado a Alemania y otros países de Europa en busca de mejor vida, lo que los convierte, después de sirios, afganos, iraquíes y kosovares en la quinta nacionalidad que más entradas registraron esas naciones.
“El Gobierno haría bien ayudarnos a nosotros y no a los sirios porque somos pobres y vivimos como si fuéramos refugiados en nuestra patria”, se quejó a Efe Afrim Kasa, cuya familia de cuatro miembros sobrevive con el sueldo de 200 euros de su mujer que cose camisas en una fábrica.
“¡Qué vengan a nuestras casas!. Les daremos pan, sal y nuestro corazón”, según dice un dicho albanés, le contradice su amigo Ismail, un pensionista.