Albares choca con el Congreso por el giro respecto al Sáhara y presume de “la normalización completa” con Marruecos
Pocas veces en el Congreso se ve un rechazo total al Gobierno que una a Vox y PP con los socios de la coalición, incluido Unidas Podemos. Pero ha sucedido durante la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para defender el nuevo marco de relaciones con Marruecos que lleva aparejado un cambio histórico de la posición de España respecto al Sáhara que el jefe de la diplomacia niega. “No se puede hablar de un giro de 180 grados”, ha afirmado Albares, que al final de su comparecencia ha admitido una cierta variación reconocer que hay una “profundización” en posturas anteriores para acabar hablando de “cambio de posición” en respuesta a una pregunta sobre si le había trasladado a la UE. “No nos informamos de estos cambios de posición, porque no son posiciones que se toman en el marco de la UE, Alemania no me informó”.
En todo caso, Albares sostiene que el Gobierno no toma partido por Marruecos, a pesar de apoyar su propuesta de autonomía para el Sáhara -que rechaza el Frente Polisario- como la base “más seria, realista y creíble” para solucionar un conflicto “enquistado desde hace 46 años”. “Ha llegado la hora de pasar a la acción para contribuir a esa opción mutuamente aceptable”, es la justificación que utiliza Albares. Sin embargo, no lo ven así los grupos parlamentarios, que le han advertido de que Pedro Sánchez no tiene el apoyo del Congreso en ese nuevo marco de relaciones con el reino alauita.
Preguntas sin respuesta
Moncloa había descargado en la comparecencia de Albares en el Congreso todas las explicaciones sobre el acuerdo con el régimen marroquí, pero no ha dado todos los detalles que el martes reclamaban los periodistas y que este miércoles exigieron los diputados. No ha revelado si Rabat filtró la carta de Sánchez a espaldas del Gobierno -un extremo que han dado por hecho varios portavoces, incluido el del grupo confederal, Gerardo Pisarello-, si Argelia estaba informada previamente ante las dudas existentes o si hay una respuesta por escrito de Marruecos a la carta de Sánchez, cuyo contenido íntegro ha publicado El País, algo que también le han recriminado los diputados que le habían pedido previamente la misiva. El ministro de Exteriores no se ha salido prácticamente de lo que había dicho hasta ahora.
Lo que sí ha querido es dar un titular: viajará a Rabat el 1 de abril para reunirse con su homólogo para reactivar la normalidad de las relaciones. “En el orden del día que estamos perfilando está la normalización completa de las conexiones con España, incluidas las marítimas, y la Operación Paso del Estrecho que empezaremos a diseñar ese mismo día”, ha dicho en su intervención inicial. Marruecos dejó los puertos españoles fuera de las últimas campañas que suponen un importante flujo de personas que regresan al continente desde Europa en los periodos vacacionales.
Al igual que ha hecho esta mañana Pedro Sánchez, Albares ha puesto en énfasis en la necesidad de acabar con la “tensión” con el reino alauita, aunque ha asegurado que ha habido una “interlocución continua y discreta” en este tiempo con la que “la seguridad de los españoles ha estado en todo momento garantizada”, a pesar de que el Gobierno ha justificado la necesidad de un nuevo acuerdo en garantizar la integridad territorial sugiriendo que ha estado en peligro en algún momento. Durante estos meses, el Gobierno no ha emitido ningún síntoma de preocupación al respecto y ha presumido de la colaboración de Marruecos en el control migratorio.
Albares ha asegurado en el Congreso que era un nivel de cooperación que debía reforzarse. “A lo largo de estos meses solo ha habido un objetivo: los intereses de los españoles económicos, de seguridad, restablecer sus lazos humanos”, ha dicho. “No he oído críticas a que se haya cerrado una crisis, tampoco a que se establezca una nueva hoja de ruta. Si a alguien le parece mal que se hay puesto fin a la crisis o que hay una alternativa a una hoja de ruta sólida con Marruecos que lo diga y explicite cuál sería”, ha dicho tras escuchar las críticas de todos los grupos. “Lo que busca es terminar con las mafias que trafican con seres humanos, ponen presión migratoria sobre nuestros dos países, con el drama humano que ha costado la vida a mil personas solo en la ruta canaria; reforzar la estabilidad entre los dos países y eso no es posible hacerlo sin una conectividad”, ha agregado.
El ministro ha asegurado que España seguirá “comprometido” con el pueblo saharaui a través de donaciones como hasta ahora. “Pero no es suficiente [ha advertido]. Tenemos que contribuir a abrir perspectiva política de solución mutuamente aceptable para una situación que lleva enquistada cinco décadas”. “Hoy hay una gran oportunidad para que España tome una posición activa en su resolución”, ha señalado.
“No tiene el apoyo del Congreso”
Las reproches, no obstante, han sido generalizados. “Todos los grupos, y mire que tengo poco en común con ellos le están diciendo cosas razonables y duras”, le ha dicho el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros. “Pedro Sánchez unilateralmente entrega el Sáhara Occidental a Marruecos”, ha agregado el dirigente de la extrema derecha, pero la expresión, en esta ocasión, la firman el resto de partidos prácticamente sin matices. “Para hacer política de Estado tendría que contar con el PP”, le ha reprendido la portavoz conservadora Valentina Martínez, a quien Albares ha recordado que en la crisis de Perejil José María Aznar no avisó al jefe de la oposición ni compareció en el Congreso. “Para hacer política de Gobierno debería contar con su socio. No es entendible lo que ha hecho”, ha añadido la diputada del PP.
Y es que Unidas Podemos ha dejado claro su rechazo a la decisión de Sánchez. Su portavoz en la Comisión de Exteriores ha lamentado que el Gobierno haya confiado “ingenuamente en un autócrata” en relación al rey de Marruecos. “¿Con qué autoridad se va a defender la libre determinación del pueblo ucraniano que incluye el derecho a ser independiente cuando se le niega al pueblo saharaui?”, se ha preguntado Pisarello, que considera que se ha acabado “blanqueando la brutal ocupación del pueblo saharaui”.
“Avalar la propuesta marroquí es rechazar la posibilidad de celebrar un referéndum de autodeterminación del Sáhara Occidental y avalar la ocupación marroquí”, ha dicho en la misma línea la diputada de ERC Marta Rosique, que ha señalado que “sería interesante hacer una votación para ver si el Congreso apoya” el cambio respecto al Sáhara. “De hecho si la hiciéramos a mano alzada usted no podría ir a Rabat el 1 de abril”, ha advertido. Vox ha cogido el guante y ha planteado, con el PP, una modificación del orden del día para incluir esa votación, pero el presidente de la comisión, el socialista Pau Marí Klose, lo ha rechazado.
“Cuando vaya a Rabat recuerde usted que no tiene el respaldo de este Parlamento”, ha sentenciado, muy enfadado, el vasco Aitor Esteban, que ha sido uno de los más beligerantes contra el giro del Gobierno.
Varios grupos han preguntado al ministro por Argelia ante el temor de que corte el suministro de gas. De hecho, el portavoz del PNV ha pronosticado que no cerrará el grifo pero que “va a salir a millón”. “Es un socio sólido fiable, estratégico, un suministrador de gas fiable que siempre ha respetado sus contratos y por eso le tenemos en tan alta estima. No debe quedarle ninguna duda sobre la solidez de Argelia como Estado, como suministrador de gas”, ha respondido Albares.
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