El último bandazo de Rivera: su hundimiento en las encuestas le fuerza a levantar el veto a Sánchez

Albert Rivera ha vuelto a lograr este domingo ser el foco informativo al anunciar que tras el 10N está dispuesto a sentarse con Pedro Sánchez para alcanzar un gran “Pacto Nacional” para evitar que España “vuelva al bloqueo”. El líder de Ciudadanos ha supeditado ese acuerdo a que el presidente en funciones regrese a la senda “del constitucionalismo”, rectifique sus pactos con Otegi y los nacionalistas y acepte un decálogo de reformas que el propio Rivera ha asegurado estar dispuesto a “liderar” si los españoles le dan los apoyos “suficientes”. Su oferta ha sido acogida con suspicacia por los demás partidos.

El anuncio de que levanta el veto al PSOE llega cuando todas las encuestas pronostican un desmoronamiento de Ciudadanos en estas nuevas elecciones con la pérdida de hasta tres puntos de apoyo, mientra el PP se recupera. Esto impediría a las tres derechas poder sumar para gobernar, como ya lo han hecho en comunidades como Andalucía, Madrid, Murcia o Castilla y León. Ante este escenario los asesores del partido han aconsejado a Rivera que no se cierre a permitir un gobierno de izquierdas sin los nacionalistas, “tutelado y condicionado desde la oposición” por la formación naranja.

Pero llega también un día después de que Felipe Gonzalez y Mariano Rajoy abogaran, en un coloquio en el que ambos participaron en Galicia, por un entendimiento entre los “grandes partidos” para “facilitar un Gobierno estable”, incluso “con mayorías incómodas”, que fue de inmediato interpretado como un llamamiento a la “vuelta del bipartidismo”.

Rivera ha recogido el guante y en el primer gran acto de precampaña celebrado este domingo en Madrid, rodeado por los dirigentes de esta autonomía en la que Ciudadanos ha cerrado un Gobierno con el PP apoyado por Vox, ha señalado que tras el 10N es necesario ese gran acuerdo poniendo “encima de la mesa lo que nos une, no lo que nos separa”.

Su oferta a pactar, por lo tanto, ya no la circunscribe únicamente al PP, como había hecho hasta ahora asegurando que llamará a Pablo Casado si la noche del 10N “sumamos un escaño más”, sino que también la extiende a los socialistas, siempre y cuando estén dispuestos a frenar al president de la Generalitat, Quim Torra: “Todo lo que pueda pasar en el futuro en este país pasa por que el PSOE cambie de aliados y escoja bien quiénes son sus adversarios”, ha advertido Rivera, que ha sentenciado entre los aplausos cerrados de los suyos: “Me comprometo a convencer al PSOE de que rectifique, de que vuelva al constitucionalismo, al consenso y a los grandes pactos de Estado, de que vuelva a sentarse con nosotros para apoyar o para liderar, dependiendo de lo que digan los españoles, estas reformas”.

Niegan que tras el 10N vayan a entrar en el Gobierno

Fuentes de la dirección nacional niegan que el líder del partido esté abriéndose a entrar en un Ejecutivo de Sánchez después de las elecciones recordando que en su discurso ha dejado claro que su oferta “no va de sillones”.

Pese a los dementidos, entre los demás partidos e incluso dentro del suyo nadie descarta categóricamente la posibilidad de que si Sánchez ofrece a Rivera una alianza de Gobierno este la vaya a rechazar. “Es su última oportunidad para poder ser alguien e influir en la política nacional despues de todos sus errores”, afirma uno de los críticos, que se congratula de la rectificación pese a considerar que llega “tarde”. “Se está preparando su coartada por si fracasa para no tener que irse el 11N”, opina otro de los díscolos.

El artículo 43 de los Estatutos del partido sentencia que “ninguna persona podrá desempeñar un cargo público con responsabilidad de Gobierno en representación del partido más de dos legislaturas completas”, pero añade: “o bien cuatro legislaturas (sin especificar ”completas“) si lo desempeñase en instituciones de distinto nivel administrativo”. Si se atiene a esta disposición, Rivera no podrá volver a ser candidato a la presidencia del Gobierno.

Ya ofreció a Sánchez su abstención “con condiciones”

Esta es la segunda vez que Rivera anuncia su disposición a levantar el veto a Sánchez como le han estado pidendo sin éxito los críticos de su partido. La primera fue unos días antes de que expirara el plazo para la convocatoria de nuevas elecciones, ante la constatación del fracaso de las negociaciones entre el presidente en funciones y el lider de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Entonces Rivera supeditó la abstención de Cs a su investidura a que cumpliera tres condiciones: que rompiera el acuerdo con Bildu en Navarra; que se comprometiera a aplicar el artículo 155 en Catalunya ante el llamamiento de Torra “a la desobediencia”; y que abandonara “las políticas suicidas de subidas de impuestos a las familias, a los autónomos y a la clase media trabajadora”. Ahora amplía estas condiciones a ese decálogo de reformas que ya presentó en las anteriores elecciones.

Este intento de “dar a España una solución de Estado” fue rechazado por el líder socialista que, días antes, en uno de los últimos plenos de la legislatura, había llamado “hipócrita” a Rivera y este le había replicado que “España no se merece tener un presidente como usted”.

Como gesto de que su ofrecimiento está “por encima de siglas o de partidos”, nada más empezar su intervención en el acto de este domingo en Madrid Rivera ha destacado el hecho de que no se viera por ningún sitio el logo de Ciudadanos sino el lema que utilizarán en la campaña: “España en marcha”, emulando al movimiento que llevó al Elíseo a Emmanuel Macron. “Esto no va de siglas”, ha afirmado el líder de Cs al lanzar su oferta.

Ahora, con este definitivo bandazo que supone una enmienda a la totalidad a su anterior estrategia, los dirigentes de Ciudadanos creen posible convencer a su volátil electorado de que vuelven al disputado espacio del centro. Sobre todo después de ver que Sánchez ha endurecido su discurso contra Torra y los independentistas y que Casado ha moderado también sus ataques al Gobierno y ha dirigido sus dardos contra Cs y Vox, lo que deja en buena medida a Ciudadanos en campaña desarmado.

El decálogo que ofrece Rivera para alcanzar pactos de Gobierno