El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, ha arrancado el curso político de 2017 con dos advertencias. La primera, que la “Gran Coalición” entre PP y PSOE se está consolidando y tendrá como máximo exponente la negociación de los Presupuestos Generales del Estado de este año. La segunda, que dicha Gran Coalición busca una reforma cosmética de la Constitución que permita que “todo siga igual”. Para ello precisan, ha denunciado, de una “izquierda domesticada” que repita “la táctica y estrategia de Santiago Carrillo” durante la Transición. Un papel que el líder de IU asegura que su formación no va a jugar: “Nosotros vamos a seguir defendiendo una postura rupturista, de proceso constituyente”.
Garzón ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha explicado que “PSOE y PP reconocen que se necesitan mutuamente”. Especialmente el Gobierno, que precisa de los votos socialistas para sacar adelante sin problemas proyectos como las cuentas de 2017, que ya van con retraso. El PSOE, por su parte, “necesita evitar elecciones toda costa”, ha asegurado Garzón.
El líder de IU ha puesto como ejemplo la aprobación del techo de gasto, que contó con el apoyo del PSOE. “Si su apoyo, el PP no podría estar gobernando”, ha lamentado.
Estos acuerdos prueban, en su opinión, la buena sintonía entre el PSOE y el PP y el Gobierno. “2017 va a ser el año de la Gran Coalición”, ha apuntado Garzón, quien ha advertido de que PSOE y PP planean además una reforma parcial y cosmética de la Constitución que sirva de “salida en falso de la crisis de régimen para que no cambie nada de lo importante”.
“Hay intereses en las oligarquías por ir a una segunda Transición caracterizada por los mismos rasgos que la primera: reformas hechas desde arriba con muy poca transparencia”, ha dicho Garzón. Esas “oligarquías” son las mismas, ha asegurado, que “han promovido la Gran Coalicion”.
Garzón ha declarado que tanto IU como Unidos Podemos están a favor de una reforma de la Constitución, pero su intención es que esta sea “total” y que pase por un refrendo de la ciudadanía. Su objetivo: un blindaje absoluto de los derechos positivos que recoge la Carta Magna, como el derecho a la vivienda o al trabajo. Que la reforma “no sea mera retórica ni papel mojado”.
“Si vamos a una reforma parcial hecha por las élites, desde Unidos Podemos vamos a trabajar activamente para que pase cualquier reforma por un referéndum”, ha comprometido.
El líder de IU cree que “quienes promueven una salida en falso de la crisis de régimen quieren construir una izquierda domesticada que entre al juego de las reformas parciales y de parches, soluciones que no son reales y que prolongan los problemas hacia el futuro”.
Garzón ha sido tajante en este punto: “No vamos a ser una izquierda domesticada”.
“La oligarquía teme por su propio estatus y para evitar una transformación social han previsto un escenario de reforma de la Constitución con cambios superficiales sin tocar lo importante, que es la estructura productiva”, ha expuesto Garzón.
En su opinión, la estrategia es la misma que tras la muerte de Franco y pasa por un “llamamiento al consenso” para que “la ciudadanía esté al margen de este tipo de decisiones”. Ese consenso obligaría, según Garzón, a que la izquierda que quisiera participar en el proceso tendría que renunciar a sus posiciones, lo que plantearía un escenario similar al que llevó a la Constitución de 1978.
“A la oligarquía de nuestro país le gustaría contar con una izquierda domesticada que repitiera la táctica de Santiago Carrillo en la primera Transición”, ha asegurado Garzón para reiterar: “Nosotros decimos que no vamos a ser esa izquierda domesticada”. El líder de IU responde así a las críticas vertidas en los últimos días contra su estrategia de impugnar la Transición y que tuvo su máximo exponente en un artículo de Javier Cercas en El País el día de Año Nuevo y que defendía el papel del PCE en aquellos años.