Alberto Luceño y Luis Medina celebraron sus comisiones millonarias el día de las 211 muertes en Madrid: “Pa la saca”
30 de marzo de 2020. Según las cifras que hará públicas al día siguiente el Ministerio de Sanidad, en la Comunidad de Madrid fallecen 211 personas. A las 17:18 horas, Alberto Luceño escribe un correo electrónico a Luis Medina con un fichero adjunto y el asunto “2 transfer”. En el cuerpo del mensaje, escribe: “Pa la saca”. La Fiscalía Anticorrupción ha acreditado que Medina recibió al día siguiente, 31 de marzo, dos transferencias en su cuenta por valor de 750.000 y 250.000 euros. Ese mismo día, Luceño recibió cuatro ingresos por un valor total de tres millones de euros, aunque terminaría embolsándose cinco. El correo electrónico está incorporado al sumario que instruye un juzgado de Madrid, al que ha tenido acceso elDiario.es. Es uno de los que entregó el propio Luis Medina a requerimiento de la Fiscalía Anticorrupción.
El hermano del Duque de Feria fue quien contactó con el Ayuntamiento de Madrid exhibiendo su intención de colaborar ante la tragedia que vivía el país por la pandemia de la COVID, que se cebaba especialmente con Madrid. Algunos de los mensajes incorporados a la causa muestran una actitud muy diferente. El 21 de marzo, después de utilizar sus contactos para llegar hasta la responsable de las compras del material sanitario, esta le pregunta por los test que ofrecía Medina, sobre el “pedido mínimo” que podía hacer el Ayuntamiento y el “precio unitario”. Luis Medina le adjunta unas muestras de las pruebas y se muestra condescendiente: “Venderé a Colombia pero podría reservar una parte pequeña para vosotros”.
De los 250.000 test que terminó comprando el Ayuntamiento de Madrid a los imputados solo 75.000 “tenían un nivel de sensibilidad aceptable”, 115.000 alcanzaban el 80%, y el tercero, de 60.000 unidades se quedaba en el 66,7%. Esto provocó que la responsable del Ayuntamiento, Elena Collado, pidiera a Luceño que devolviera al vendedor ese tercer lote y recuperar el precio pagado por él. Alberto Luceño contestó que el vendedor malayo no estaba dispuesto y que, a cambio, entregaría unos reactivos que mejorarían su calidad. Los reactivos jamás llegaron y el Ayuntamiento tampoco denunció la estafa. Entre esos mensajes, intercambiados por Collado y Luceño figura uno que señala que el alcalde Martínez-Almeida llamó a Medina mientras los comisionistas negociaban con el Ayuntamiento.
Anticorrupción dice en su querella que Luis Medina se sirvió de su fama y de su “amistad” con el primo de Martínez-Almeida para llegar hasta el alto cargo que compraba a la desesperada material sanitarios. De las intenciones de Medina, y especialmente de las de Luceño, Anticorrupción hace un relato demoledor: “Ni tenía experiencia significativa en negocios de importación ni disponía de fábricas en China, del mismo modo que tampoco era agente exclusivo de ninguna empresa malaya ni actuaba movido por ninguna intención altruista”.
Los dos supuestos empresarios estafaron el dinero de los madrileños al Ayuntamiento, según las Fiscalía, en el peor momento de la pandemia. Inflaron en un 148% el precio de los productos vendidos y se llevaron comisiones de hasta el 80%. Luceño se embolsó 5 millones de euros y Luis Medina un millón. Pero además, se estafaron entre ellos. Alberto Luceño amortiguó las pérdidas que para él iban a suponer la devolución de los guantes que entregó defectuosos al Ayuntamiento de Madrid sisando una comisión a Medina. Le hizo creer que tenían que renunciar a la que habían pactado para devolver un aparte del dinero al Ayuntamiento, que se quedó con los guantes sin capacidad profiláctica a menos precio. Lo que no sabía Medina es que Luceño se siguió embolsando una segunda comisión de la que él nunca tuvo noticia.
Con las ganancias llegó el episodio más obsceno del caso: la compra compulsiva de coches, relojes y un piso de lujo, noches de hotel a 10.000 euros, todo ello por parte de Luceño. Y el barco por más de 300.000 euros que Luis Medina Abascal compró en Gibraltar para ahorrarse impuestos con una sociedad allí radicada que comparte con su hermano, el duque. Le puso de nombre ‘Feria’ y se fotografió navegando al timón, flanqueado por una bandera de España. Cuando el juzgado ha querido embargar sus bienes se ha encontrado con menos de 250 euros en sus cuentas.
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