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Las alianzas autonómicas a la izquierda del PSOE avanzan con dificultades a la espera de Yolanda Díaz

Iñigo Aduriz

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El “proceso de escucha” de Yolanda Díaz tiene nombre, 'Sumar', y el objetivo de poner en marcha un “nuevo contrato democrático” con la ciudadanía. Con esa asociación, registrada oficialmente ante el Ministerio del Interior, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo pretende perfilar su candidatura a las próximas elecciones generales, aunque su equipo insiste en que esa no es la marca electoral definitiva y en que la hipotética candidatura de Díaz saldría del proceso que se abrirá, oficialmente, tras las elecciones andaluzas del 19 de junio.

La “escucha”, se traducirá, según los estatutos de la asociación, en un ejercicio para “pensar en común ese proyecto de país que renueve la esperanza” de los españoles con reuniones por todo el país con agentes sociales y distintos colectivos. Díaz no quiere tutelas ni condiciones de los partidos a la izquierda del PSOE a cuyos electores quiere aunar en su candidatura, que pretende que sea aún más transversal. Esa postura le ha enfrentado desde hace meses especialmente a la dirección de Podemos, que lamenta que la vicepresidenta, a la que consideran su candidata, actúe por libre, sin consultarles los pasos que está dando en su propio proceso pero tampoco en cuanto a posicionamientos políticos.

A la espera de que se concrete el proyecto de Díaz, los distintos partidos concernidos –Podemos, IU, En Comú Podem o Más País, entre otros–, conscientes del auge de la derecha que aventuran la mayoría de las encuestas, ya han empezado a poner en marcha sus respectivas confluencias para unir a la izquierda en los territorios. Lo hacen a distintos ritmos en función de la realidad política de cada comunidad, pero sobre todo de cara al ciclo electoral que se abrirá el 19-J y que proseguirá el año que viene con las elecciones autonómicas y municipales.

El primer ensayo se dio precisamente en Andalucía, donde Podemos, IU, Más País y otras fuerzas más pequeñas se vieron apremiadas a buscar un acuerdo para concurrir juntas a los comicios del próximo mes. La de la creación de Por Andalucía –así se llama la coalición– fue, sin embargo, una negociación compleja marcada por los reproches y las desconfianzas sobre todo entre IU, el partido con mayor implantación territorial en Andalucía, y Podemos. Finalmente se llegó a un acuerdo in extremis, a punto de que se cerrara el plazo de inscripción de coaliciones, justo unos minutos antes de las doce de la noche del viernes, 6 de mayo.

Podemos aceptó que la candidata sea la planteada por IU, Inmaculada Nieto, y no el que había sido elegido por primarias por el partido de Belarra, Juan Antonio Delgado. Además se produjo un error, del que se reprochan mutuamente IU y Podemos, ya que la coalición se registró sin el nombre ni la firma de Podemos, lo que condiciona el acceso de este a las subvenciones públicas pese a que haya integrantes de la formación en las listas. Mientras ambas partes siguen negociando cómo resolver ese embrollo jurídico, todas las fuerzas integrantes en Por Andalucía quisieron escenificar una imagen de unidad el pasado 11 de mayo, en la presentación oficial de la coalición que tuvo lugar en Sevilla, y en la que Nieto pidió disculpas por las diferencias aireadas por todos los partidos.

Ante la tormentosa negociación, Díaz, que fue quien medió entre IU y Podemos en el último momento y que apostó por la candidata finalmente elegida, quiso desvincularse de lo ocurrido en Andalucía asegurando que su proyecto pretende trascender las dinámicas de los partidos para que surja de la ciudadanía. No obstante, desde su equipo sí consideraron que la confluencia andaluza –de la que se quedó fuera Adelante Andalucía, el partido encabezado por Teresa Rodríguez– ha sido un “primer paso” en el proceso para aunar a ese espectro de fuerzas a la izquierda del PSOE.

El 'Acuerdo del Turia'

Desde la vicepresidencia segunda se mira con atención el proceso de confluencia que se escenificó también, hace un par de semanas, en la ciudad de Valencia. Allí, Más País, Compromís, la Chunta Aragonesista, Més per Mallorca y Verdes-Equo suscribieron el Acuerdo del Turia, un espacio político de izquierdas que dice estar alineado con los movimientos europeos. Íñigo Errejón, representante de Más País, abrió además la puerta a una alianza más amplia en la que se pueda incorporar Unidas Podemos: “Quien quiera sumarse, es bienvenido”, aseguró. En la misma línea se manifestó el diputado de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, que quiso dejar claro que el acuerdo está abierto a seguir creciendo, con la mirada puesta en Esquerra Unida –la marca de IU en la Comunitat Valenciana– y también En Comú Podem, la aliada de Unidas Podemos en Catalunya.

Como suele remarcar la propia Yolanda Díaz, el primer ensayo de las llamadas confluencias de la izquierda ocurrió en Galicia, hace ya una década. Se llamó Alternativa Galega de Esquerda y contó, sobre todo, con dos protagonistas: el histórico nacionalista Xosé Manuel Beiras y la entonces aguerrida líder de Esquerda Unida, Yolanda Díaz. En 2012 y, partiendo de la nada, obtuvo nueve escaños en el Parlamento de Galicia. Cuatro años después, con Díaz en el Congreso en Madrid, incorporó a Podemos y algunos contingentes nacionalistas y se transformó en En Marea. Fue la segunda fuerza en la Cámara autonómica. En 2020, consumida por brutales guerras intestinas y dividida en dos candidaturas -En Marea y Galicia en Común-, su rastro desapareció del mapa político gallego.

El candidato de Galicia en Común, Antón Gómez-Reino, próximo a Yolanda Díaz, continuó en política, pero en Madrid. Es diputado en Cortes por A Coruña. Lo que en su día también fue denominada izquierda rupturista se quedó sin ningún referente a nivel gallego. Hasta el punto de que el discurso de investidura del sustituto de Feijóo, Alfonso Rueda, al frente de la Xunta de Galicia, este martes, no suscitó comunicación alguna de ese espacio político. La presencia de Díaz en Galicia es, sin embargo, constante. Solo hace unas semanas transcendía una comida en la que compartió mesa con los ex alcaldes de Santiago, Martiño Noriega, y A Coruña, Xulio Ferreiro, en su día cabezas visibles de las mareas municipalistas gallegas.

Son estas, ahora en la oposición y sin líderes como Noriega o Ferreiro, lo más parecido a las confluencias de izquierda que existe en Galicia, aunque sin excesiva coordinación en la instancia autonómica y ninguna en la estatal. De hecho, Podemos abandonó la Marea Atlántica de A Coruña.

Reticencias de la izquierda en Madrid, Asturias o Euskadi

Donde también se manifiestan dificultades para la confluencia es en la Comunidad de Madrid, al menos de cara a las elecciones autonómicas de 2023. Allí, los partidos reconocen que la posibilidad de una gran coalición a la izquierda del PSOE está lejos de materializarse. “Ya hay un frente amplio, que es Más Madrid”, zanjan fuentes de la principal fuerza de la oposición en la Asamblea madrileña. Su portavoz, Mónica García, fue clara hace unas semanas al afirmar que no tiene “ni la más mínima intención de reproducir nada de lo que está ocurriendo” en Andalucía. Por el momento, de las cinco encuestas conocidas en los últimos días, cuatro le dan una subida a la que es en este momento la fuerza hegemónica de la izquierda en la Comunidad.

Pese a que tanto desde Más Madrid como desde el PSOE han descartado esta coalición, Unidas Podemos sí apuesta por ese frente amplio a la izquierda de los socialistas. “Mantenemos la mano tendida”, indican fuentes de Podemos, que aclaran que “Madrid no es Andalucía” y que todavía “queda tiempo”. “Si no, no vamos a ganar a Ayuso”, aseguran. Por su parte, desde Izquierda Unida entienden que “no hay otra solución”. “Es una demanda de la mayoría social que todas las organizaciones políticas a la izquierda del PSOE tenemos que trabajar para ello”, asegura su coordinador general en Madrid, Álvaro Aguilera, que consideraría “una grave irresponsabilidad que hubiese una división del voto de izquierdas”.

La situación es similar en Asturias. El secretario de estrategia política de IU Asturias, Alejandro Suárez, aseguró recientemente que “en estos momentos” no hay pretensión de liderar una confluencia con Podemos de cara a los comicios del año que viene. “No hay nada de eso, en estos momentos; las cosas tienen que hacerse con más calma y tienen que hacerse con el concurso de la militancia, de forma democrática y participando el mayor número de personas y militantes posibles de todas las fuerzas políticas que se involucren en un posible acuerdo”, señaló, según informa la agencia Europa Press. Algo parecido ocurre en La Rioja, donde Podemos e IU mantienen disputas continuas pese a compartir gobierno con el PSOE.

También se antoja compleja una alianza más amplia en Euskadi, donde Podemos e IU están coaligados en el Parlamento Vasco bajo el nombre de Elkarrekin Podemos-IU. Tienen cuatro y dos escaños, respectivamente. Antes de las elecciones autonómicas de 2020 expulsaron a Equo por haber apoyado en Madrid al partido de Íñigo Errejón aunque en las instituciones locales elegidas en 2019 sí se mantiene la fórmula a tres, como es el caso de las tres capitales. En el caso de Vitoria, por ejemplo, el portavoz es de Equo. Pero Más País ha iniciado un proceso fundacional independiente en el que rescata para sí las históricas siglas EE (por Euskadi Eraikiz), que recuerda a Euskadiko Ezkerra, extinta formación ahora integrada en el PSOE.

En Navarra, Podemos e Izquierda Unida, que en las elecciones forales de 2019 se presentaron por separado, firmaron en noviembre de 2021, junto a Batzarre –otra formación de izquierdas– un acuerdo para confluir en “un frente amplio de izquierdas” a los comicios de 2023. Las tres formaciones reconocieron que se “confundieron” presentándose por separado en 2019, lo que llevó a una “desmovilización del electorado de izquierdas” y a unos peores resultados a los logrados en 2015. Las tres formaciones, más algunos independientes que también se han sumado al proyecto, todavía no han decidido un nombre para la confluencia, ni tampoco han pactado el peso que tendrá cada una de ellas en las listas, si bien es algo que están negociando y esperan anunciar antes de verano. No obstante, a preguntas de este periódico, la principal impulsora de la confluencia, la coordinadora de Podemos Navarra, Begoña Alfaro, prefiere mantenerse al margen de Yolanda Díaz y defiende que este es un proyecto “trabajado desde hace más de un año desde Navarra y para Navarra”.

La confluencia aragonesa, al margen de los partidos

En Aragón, Podemos e IU trabajan “desde hace tiempo” en la búsqueda de espacios comunes que desemboquen en una confluencia de izquierdas en las próximas elecciones autonómicas y municipales. El coordinador de IU en Aragón, Álvaro Sanz, admite que ambos partidos mantienen reuniones periódicas “dentro de lo que es la relación lógica de dos formaciones que tienen muchas cuestiones en común”. La voluntad de ambos es “seguir avanzando” en una alternativa que garantice la pluralidad política y el respeto a la diversidad. El máximo responsable autonómico de IU reconoce que la estrategia a corto plazo se centra en la construcción de este proyecto, “pero el tiempo dirá si se materializa en algo más”. Sanz niega que lo sucedido en Andalucía haya provocado tensiones en Aragón. Desde el principio, IU es “absolutamente defensora de la unidad de espacios que sumen y que ilusionen”. La clave de ese objetivo radica en la capacidad de “confluir en torno a un programa ilusionante”.

Por su parte, la responsable de Podemos en Aragón, Maru Díaz, se apresura a marcar distancias con la coalición electoral en Andalucía. “Es importante diferenciar el frente amplio de Yolanda Díaz y que defendemos en Aragón con la coalición de partidos de Andalucía”. Para Díaz, que es consejera de Universidad del Gobierno del socialista Javier Lambán, ese frente amplio “debe ser algo más que una relación de partidos. No puede ser la lógica tradicional de partidos, sino que hay que abrir espacios con asociaciones y colectivos”. La dirigente de Podemos-Aragón considera que los próximos meses son claves para tejer esa alternativa y darla a conocer a la sociedad tras el verano. “No nos va a pillar el toro como en Andalucía”, concluye.

También el ex alcalde de Zaragoza y actual concejal de Zaragoza en Común (ZeC), Pedro Santisteve, es firme defensor de una coalición de izquierdas. “Si la gente tiene altura de miras y hace autocrítica de los errores cometidos, lo lógico es que sea posible la unidad de la izquierda en Aragón”, asegura. A su juicio, hay que evitar que se repita lo ocurrido en las pasadas elecciones autonómicas y municipales en Aragón, cuando las fuerzas de izquierda concurrieron divididas y seriamente enfrentadas. Santisteve asistió el pasado mes de noviembre al acto protagonizado en Valencia por la vicepresidenta Yolanda Díaz, junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la líder de Más Madrid, Mónica García y la diputada autonómica de Ceuta y portavoz del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, Fatima Hamed Hossain, que se interpretó como el primer acto del futuro proyecto de la vicepresidenta segunda.

En Castilla y León, Izquierda Unida y Podemos se aliaron junto a Alianza Verde para concurrir juntos en el adelanto electoral celebrado el pasado febrero, aunque finalmente solo obtuvieron un diputado autonómico por Valladolid que se llevó el leonés Pablo Fernández, coportavoz estatal de Podemos. Esta unión parece que se mantendrá en futuras convocatorias electorales nacionales, aunque está por ver todavía si Yolanda Díaz tiene especial interés en la comunidad, bastión del PP y en la que ni IU ni Podemos consiguieron ningún diputado para el Congreso, en 2019. La ministra solo se acercó a Castilla y León en una ocasión durante la campaña: fue al pequeño municipio vallisoletano de Castronuño, bastión de Izquierda Unida desde los años 80.

En cambio, hace dos semanas quedó oficialmente constituida la formación Más País Castilla-La Mancha con el objetivo de “sumar y construir en el cambio social y con una fórmula de hacer política práctica y cercana que hable de los problemas de la gente”, explican fuentes del partido. La formación errejonista no tiene intención de concurrir en solitario a las próximas elecciones autonómicas y municipales. “Somos conscientes de que todo pasa por sentarse a hablar con más gente y construir entre todos”. Más País cree que la hoja de ruta a corto plazo “pasa por el proceso de escucha que ha puesto en marcha Yolanda Díaz. Nos debe servir de aglutinante en todos los territorios”. Toda una declaración de intenciones por la que Podemos, Izquierda Unida, Más País, Equo e incluso el Partido Castellano podrían conformar una hipotética confluencia en lo autonómico y en lo municipal en un proceso que, de entrada, no se atisba sencillo.

La pasada semana, no obstante, José Luis García Gascón, coordinador autonómico de Podemos Castilla-La Mancha, reconoció que el proceso “se ha acelerado” en las últimas semanas con el objetivo de “que el frente amplio pueda incorporar a todas las sensibilidades sociales y políticas progresistas, más allá del PSOE de Page”. 

Dificultades en Extremadura, optimismo en Murcia y Cantabria

El panorama es aún más complejo en Extremadura donde la coalición Unidas por Extremadura, formada por Podemos, IU y Extremeños, parece tener los días contados. La vuelta a la secretaría general de la formación regionalista de Estanislao Martín aleja la posibilidad de que en las autonómicas de 2023 se repita el acuerdo, en el que hasta la mitad de la legislatura también estuvo Equo. La coordinadora de Podemos, Irene de Miguel, ya ha asegurado que desde Extremadura trabajarán por convertir a Yolanda Díaz en la próxima presidenta del Gobierno, mientras que los partidos tradicionalmente regionalistas, Extremeños (progresistas) y Extremadura Unida (conservadores), han iniciado contactos con partidos y formaciones locales y provincialistas.

Este intento de ‘confluencia’ daría como resultado una amalgama de ideologías de izquierda a derecha. De hecho, de las seis fuerzas que iniciaron estas negociaciones hace dos semanas solo quedan cuatro. Juntos por Extremadura, a la derecha, ha decidido abandonar tras la primera reunión alegando que el resto de partidos “buscan sillones a toda costa”. Por la izquierda, Una Extremadura Digna también ha rechazado una plataforma regionalista con partidos de derecha. Su coordinador, Óscar Pérez, ha negado, además, sintonía con Yolanda Díaz: “Somos un partido de la clase trabajadora y hay aspectos, como la reforma laboral, que se han quedado muy cortos”.

En la Región de Murcia las conversaciones entre Podemos e Izquierda Unida son fluidas desde que Javier Sánchez Serna –coportavoz estatal de Unidas Podemos y miembro de la Mesa del Congreso– asumió el cargo de coordinador del partido en la comunidad en diciembre de 2019. Serna sustituyó a Óscar Urralburu, que salió de la formación para crear la marca murciana de Más País. Ambos protagonizaron fuertes desencuentros públicos por las decisiones que se estaban tomando desde la dirección del partido antes de las últimas elecciones autonómicas. Según fuentes consultadas, tanto IU como Podemos tienen sobre la mesa la confluencia para los siguientes comicios, pero queda por ver si encajará en la unión de siglas el proyecto Más Murcia.

En cambio, la confluencia de izquierdas en Cantabria ya está garantizada para 2023. Podemos e IU anunciaron hace un año que concurrirán juntos a las próximas autonómicas y municipales, y a día de hoy ese pacto se mantiene sólido. “Sabemos que la unidad de acción es el camino más óptimo para responder a las necesidades que tienen nuestros pueblos y ciudades, y Cantabria en su conjunto”, señalan sus portavoces a elDiario.es, quienes explican que trabajan a un año de la cita con las urnas en “un frente amplio en el que caben más partidos y personas independientes”. Así, ambas formaciones actualmente extraparlamentarias no contemplan un escenario de confrontación como el andaluz, sobre todo después de que el partido de Belarra perdiera sus tres escaños en los últimos comicios precisamente por sus luchas internas ya extinguidas hace tiempo.

Díaz: “El protagonismo va a ser ciudadano”

En Canarias distintas fuerzas progresistas avanzan hacia el camino de la gran confluencia. Tanto desde Podemos como desde IUC afirman que la situación de Andalucía nada tiene que ver con la de esta comunidad y confían en que haya margen de aquí a 2023 para cerrar el acuerdo. “Hay predisposición en las negociaciones y yo creo que lo vamos a conseguir”, asegura el coordinador general de IUC, Ramón Trujillo. El camino no es solo reeditar las alianzas actuales entre Sí se Puede (partido con gran arraigo en Tenerife), Izquierda Unida Canaria y Podemos, sino ampliar el espacio a otras fuerzas y colectivos sociales que quieran sumar. El objetivo es lograr una confluencia “más amplia”, añade Trujillo.

Desde Podemos Canarias señalan que se va a convocar una reunión próximamente para seguir avanzando en esta negociación y que se están celebrando talleres de metodología participativa entre las fuerzas progresistas que ayuden a superar las disidencias. Otra de las formaciones que ha estado predispuesta a avanzar en la construcción de ese frente amplio es Sí se puede, un partido muy arraigado en Tenerife. Por su parte, Más Canarias sigue en su proceso de construcción en el Archipiélago. 

Con todo, Yolanda Díaz se ha esforzado en remarcar en cada una de sus intervenciones públicas que su proyecto pretende trascender los partidos políticos de los que incluso reniega, pese a militar en el PCE. “Los partidos políticos, como el sindicalismo, tienen que hacer autocrítica. Siguen tratando a la ciudadanía como si fueran menores de edad. Tienen que hacer autocrítica no solo por los índices de afiliación, tienen unos niveles de mejora intensos. Han de modernizarse, responder a los retos del siglo XXI. La buena política no es el partidismo, es mejorar la vida de la gente”, sostuvo recientemente. En su “proceso de escucha”, apunta, “el protagonismo va a ser ciudadano”.

*Con información de: Daniel Cela, Laura Martínez, Daniel Salgado, David Noriega, Iker Rioja, Rodrigo Sáiz, Candela Canales, Alba Camazón, Carmen Bachiller, Santiago Manchado, Santiago Cabrera, Rubén Alonso, y Jennifer Jiménez.