El el PP fue secretario general y el Gobierno de José María Aznar vicepresidente y ministro de Fomento. Francisco Álvarez Cascos ocupó esas responsabilidades durante los años en los que la trama Gürtel se hacía de oro cobrando el 3% de las grandes obras del Estado. Él, sin embargo, se ha desentendido de esas prácticas argumentando que siempre garantizó la transparencia en las concesiones: “Jamás recibí ninguna llamada o indicación relacionada con adjudicaciones”.
Durante su comparecencia como testigo en el juicio de la primera época de Gürtel, Álvarez Cascos ha presentado su etapa al frente de Fomento como la de mayor “transparencia y objetividad” hasta la época. Se ha atribuido el mérito de haber cambiado un sistema de adjudicaciones poco fiable.
Desde su llegada el Ministerio, se puso en marcha unos concursos públicos en los que “la objetividad, la transparencia y el automatismo estaban asegurados”. “En el Ministerio de Fomento en mi época eran imposibles los tratos de favor”, ha añadido para contrarrestar las afirmaciones del cabecilla de la trama, Francisco Correa.
Durante su declaración el pasado mes de octubre, Correa afirmó que él y Luis Bárcenas, en calidad de tesorero del PP, ayudaban a las grandes empresas a hacerse con los contratos de obras de ministerios como Fomento o Medio Ambiente. A cambio, los empresarios pagaban comisiones del 3% que iban a los bolsillos de los implicados y a la caja B del PP.
Álvarez Cascos ha negado esa versión y ha asegurado que “era materialmente imposible ningún criterio de discrecionalidad”. “El ministro de Fomento no intervenía en los procesos de contratación”, ha respondido al abogado de Bárcenas, y ha añadido que no tiene constancia de que sus subordinados recibiesen ningún tipo de indicación por parte de cargos del PP para beneficiar a determinados empresarios.
Así, ha considerado “inverosímil” la grabación en la que Correa habla de los “mil millones” que le ha llevado a Bárcenas y al PP y que eran fruto del cobro de comisiones a empresarios.
Niega el cobro de comisiones
El exsecretario general del PP ha negado el cobro de comisiones que le atribuyó la Policía Nacional, que le definió en un informe como “el mayor perceptor de fondos” de la Gürtel. Los agentes le relacionaron con multitud de anotaciones de la contabilidad B de las empresas de Correa, y en concreto con las siglas “PAC”.
Álvarez Cascos ha recordado que Correa ya le desvinculó de ese apelativo aunque no supo concretar a quién se refería y ha añadido que no tenía ninguna responsabilidad en el partido que justificase el cobro de esas dádivas. “No tenía ningún cargo en el partido, no participé en ninguna de las campañas electorales, no conozco a ninguna de las empresa del informe de la UDEF”, ha afirmado.
A preguntas de la fiscal, ha vuelto a negar el cobro de sobresueldos en efectivo y se ha remitido a su declaración en el caso de los papeles de Bárcenas. El abogado del extesorero ha interrumpido a la fiscal en varias ocasiones y ha protestado por esas preguntas, que consideraba alejadas de lo que se está juzgando.
Todo dependía de “la Tesorería”
Durante su declaración, Álvarez Cascos ha hecho un relato del funcionamiento del partido durante los años de Gürtel en el que ha presentado la Tesorería del partido casi como un ente autónomo. Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas eran quienes controlaban los donativos y pagos al partido sin necesidad de contar con nadie: “Todas las competencias en asuntos de carácter económico corresponden a la Tesorería del partido”.
Ninguno de ellos le llamó nunca para beneficiar a un empresario, ha repetido en varias ocasiones. En concreto, durante sus cuatro años como ministro Lapuerta no le llamó “para nada”, y Bárcenas menos porque “sus responsabilidades estaban subordinadas a las del señor Lapuerta”.
También ha descartado que ellos pretendiesen influir en los procesos de contrataciones de las empresas que se encargaban de las campañas electorales. El procedimiento interno, ha explicado, descarta “absolutamente” la posibilidad de que influyesen de alguna manera , aunque sí admite que tenían la capacidad de “proponer” algunos proveedores.