“Dijeron en las plazas que sí se puede y nosotros queremos decir hoy que podemos”. Hace cuatro años un profesor universitario, entrenado en el debate político en los platós de televisión, presentaba así un nuevo proyecto que pretendía ser la “palanca del cambio”.
¿Qué era Podemos? ¿Cómo ha cambiado desde entonces?
Los protagonistas de aquella rueda de prensa en un pequeño teatro del barrio madrileño de Lavapiés, que entraron como un ciclón en el escenario político español, responden para EFE esas preguntas.
PABLO IGLESIAS (secretario general de Podemos y diputado):
“El Podemos que presentamos aquel 17 de enero de 2014 pretendía algo que nunca hemos olvidado y nunca vamos a olvidar, y era dar la palabra a la gente, que fuera la gente normal quien empezase a hacer política por sí misma, negando aquello que muchos defendían entonces: que la política estaba hecha solo para los políticos.
Por supuesto que Podemos ya no es lo mismo que aquel día. Entonces éramos solamente un grupo de compañeros quienes nos juntamos en el Teatro del Barrio con el objetivo de llevar a las instituciones el cambio que ya se había producido en la sociedad española y que se expresó en el 15M.
Hoy somos más de cinco millones de personas que formamos un gran espacio del cambio con presencia en todo el territorio y un enorme peso en el Parlamento español y los parlamentos autonómicos, y ya gobernamos las principales ciudades del país, demostrando que se puede hacer una gestión honesta en las instituciones que mejore la vida de la gente, sin mentir y sin robar.
Lo logrado en estos cuatro años era inimaginable aquel día en el Teatro del Barrio cuando presentamos Podemos, y debemos estar orgullosos de lo que hemos hecho. Representamos el futuro de España e incluso las fuerzas progresistas de otras partes del mundo nos toman como ejemplo y nos miran con esperanza.
También hemos cometido errores, y seguramente seguiremos cometiéndolos, pero nunca hemos dejado de ser honestos. Y al igual que dijimos cuando sacamos 5 eurodiputados en aquellas elecciones europeas, hoy tenemos que reiterar que aún no hemos conseguido el objetivo para el que nacimos: en España sigue habiendo desahucios, la desigualdad es mayor que nunca, ha habido un deterioro sin precedentes de las condiciones de trabajo, un tercio de compatriotas está en riesgo de pobreza, continúan los recortes en sanidad y educación, las pensiones están en peligro y la corrupción sigue socavando la calidad de nuestra democracia, con un Gobierno que continúa robando a los ciudadanos y gobernando al servicio de las élites.
Pero a pesar de las dificultades y los errores, no hay que perder la perspectiva: hoy estamos en una posición mucho mejor que hace 4 años para echar a M. Rajoy de la Moncloa, ganar el gobierno para la gente y construir una España que no deje a nadie atrás.
Seguiremos dejándonos la piel. Y, como entonces, la última palabra será siempre de la gente“.
ÍÑIGO ERREJÓN (diputado y secretario de Análisis Estratégico de Podemos):
“En aquella presentación en el Teatro del Barrio de Lavapiés éramos apenas una aventura y una intuición sobre las posibilidades de que en España naciese una nueva mayoría que renovase el país y equilibrase la balanza. Una aventura imposible de imaginar sin los lazos de amistad y confianza que se habían construido en años anteriores. Nuestra intuición se reveló lúcida y bien fundamentada sobre la capacidad de imaginar y de ilusionar más allá de los manuales y de las etiquetas tradicionales, de ahí su capacidad de sumar transversalmente. Este espíritu innovador e inconformista ha sido nuestro mayor patrimonio y es preciso seguir alimentándolo cada día.
Cuatro años después, Podemos es hoy un actor consolidado, que ha modificado la conversación política en España (las formas, los temas en agenda, la ambición para imaginar transformaciones), y ha contribuido de forma decisiva al cambio político en comunidades autónomas y municipios, siendo parte fundamental de los ayuntamientos del cambio que gobiernan en las grandes ciudades españolas demostrando que las políticas del cambio son posibles, palpables y eficaces. La gestión de los ayuntamientos del cambio, con Manuela Carmena como máximo exponente, son hoy nuestra mejor carta de presentación.
Podemos abrió en el plano electoral e institucional el proceso de cambio que el 15M abrió culturalmente en España. Pero ese proceso no es ni lineal ni tiene una dirección unívoca preestablecida. Su continuidad, su profundidad, su orientación van a depender de lo que ocurra en 2019 en las elecciones municipales y autonómicas. Ahí se juega que el proceso de cambio político en España avance o se cancele.
Han sido cuatro años intensos, acelerados y abruptos, no sólo en lo político sino también en lo personal. Han sido años de maduración, de sumar algunas cicatrices, de aprender en los éxitos pero sobre todo en las dificultades, de ganar capacidad de levantar la cabeza por encima de lo inmediato y mirar un poco más lejos, con una perspectiva temporal más sólida y más larga“.
TERESA RODRÍGUEZ (coordinadora de Podemos Andalucía y diputada autonómica):
“Hace 4 años solamente y parece que han pasado 40. Estoy muy orgullosa de lo que hemos conseguido.
Aquel día en el Teatro de Barrio yo venía desde Cádiz, era completamente ajena a las expectativas que la iniciativa había levantado. Me dijeron que yo iba a una rueda de prensa para construir un nuevo sujeto político para las europeas. Compañeros de Anticapitalistas que participaban del manifiesto fundacional de Podemos “Mover Ficha” me mandataron para ir. Era una rueda de prensa pero resultó que allí no había prensa, más que algunos medios alternativos, pero sí se había desbordado la sala y había el doble de gente en la puerta. Fue muy especial.
Cuatro años después hemos hecho lo que no ha hecho ningún partido en la historia de este país: irrumpir empatando en votos con el PSOE y a poca distancia del PP en el Congreso, tener más del 20% en algunos parlamentos autonómicos y representación relevante en todos ellos. Echar al PP del gobierno en seis comunidades autónomas y varias decenas de ayuntamientos. Gobernar las principales ciudades de este país. Estoy orgullosísima. Pero no hay que ser autocomplacientes nunca. Los poderes fácticos reaccionaron con virulencia, desde las propias cloacas del estado. Era normal, vinimos y seguimos estando para darle la vuelta a la tortilla y mandar a la jubilación o al paro a los burócratas apesebrados que llevan 30 años calentando un escaño. Era normal.
Si nos atacan es porque seguimos siendo un riesgo para sus intereses, y eso es que algo estamos haciendo bien. No tener más interés que el de la mayoría social, renunciar a la política como profesión para enriquecerse, proveerse de la inteligencia más afilada y de la correlación de fuerzas más potente con la gente que sufrió la crisis y que sufre la precariedad son los retos que tenemos por delante. Rendirse nunca.
Cuatro años después, con más motivo y con más rabia y con más ilusión y con más coraje, seguimos en la lucha. Merece la alegría.
MIGUEL URBÁN (eurodiputado y responsable de Acción Europea):
“Si algo caracterizó a aquel primer Podemos, del que ya se cumplen cuatro años de su nacimiento público, fue la sensación de desborde: la gente haciendo política sin esperar a nadie, la auto-organización popular, creando y animando Círculos aun cuando no existía una estructura de partido formal, lanzando propuestas, echando raíces en sus territorios en un proceso de empoderamiento popular que venía directamente del espíritu del 15M.
Necesitamos más que nunca un bloque social y político contra-hegemónico para el próximo periodo que adopte formas distintas pero complementarias en los barrios, en los centros de trabajo, en las calles y en las instituciones.
Para ello es fundamental recuperar ese impulso de desborde popular que nos sorprendió y superó en el inicio de Podemos, volver más a los conflictos concretos de la gente, necesitamos un partido-movimiento, necesitamos reinventar Podemos para que no se convierta en un partido más sino en una herramienta de las clases populares para cambiar sus vidas, para cambiarlo todo“.
JUAN CARLOS MONEDERO (profesor de Ciencia Política y miembro del 'Gobierno en la sombra' de Podemos):
“Cuando los caminos se acaban es cuando empieza el verdadero viaje. En 2014 notamos que se habían agotado todos los caminos, así que teníamos que ponernos en marcha con algo nuevo. El Estado social y democrático de derecho se estaba vaciando. Y fuimos coherentes con una manera de estar en el mundo. Sin miedo.
Han querido hacernos pagar un precio muy alto por nuestra osadía, pero no han logrado lo que lograron siempre en la historia de España: acobardar a los que defienden una alternativa.
Cuatro años después, hay una España que quiere regresar a antes del 15M y el nacimiento de Podemos. Esta semana, la impunidad y la chulería de la política ha vuelto a expresarse con Rato, con el Director de la DGT, con Zoido, con Solbes y sus puertas giratorias, con Elena Salgado y su justificación de los recortes en Educación y Sanidad o con el PP y Ciudadanos envalentonados porque creen que arrodillando a media Catalunya van a solventar algo. La cobardía de Sánchez vuelve a hacer cierto que el PSOE y el PP son demasiado parecidos y que la salida de Pérez Tapias del PSOE marca un fin de época. Esta semana, como todas, los casos de corrupción del PP siguen abofeteándonos.
Hoy sabemos más que hace cuatro años, algunos seguimos sin tener miedo y en mi caso sigo creyendo que la política progresista en el siglo XXI va a expresarse en frentes amplios, tiene que decir la verdad aunque enfade al poder o a los votantes cómodos y tiene que apostar por una España diferente que no tiene nada que ver ni con la caricatura que quieren los independentistas ni con el cuartel, la plaza de toros o la multinacional tristes que quieren el PP y Ciudadanos.
Sólo porque damos la cara en todo lo que hacemos es que tenemos esperanza. Podemos ha cambiado España. Sin Podemos, no habría 850 cargos del PP imputados, Urdangarín y Rato estarían más tranquilos, y la gente joven de España tendría menos esperanza.
Podemos tiene aun pendientes tres tareas: reinventar en el siglo XXI esa España de la gente llena de vida y luces que el franquismo exilió, encarceló o metió en cunetas, hacer un partido enraizado en la ciudadanía que logre separar la dirección del partido de los cargos institucionales, y recuperar el horizonte de un proceso constituyente que, más tarde o más temprano, será la única manera de enfrentar todos los retos que tiene una España que cada vez está más en la periferia“.
Así han visto los actores principales los cuatro años de Podemos que han revolucionado el panorama político más de lo que se podían imaginar. Han llegado en tiempo récord al tercer puesto en la política nacional, lo que conlleva el riesgo de envejecer más rápido de lo deseable.
Su principal reto ahora es mantener la ilusión que despertaron para poder cumplir su objetivo de lograr mayorías de gobierno.
Visto el resbalón en Cataluña y las últimas encuestas, no parece tarea fácil.