Anticorrupción pedirá que Esperanza Aguirre sea condenada a pagar 26.000 euros por la caja B del PP de Madrid

Pedro Águeda

12 de abril de 2024 13:11 h

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La Fiscalía Anticorrupción, que en 2022 pidió el archivo de la causa de la caja B del PP de Madrid para Esperanza Aguirre, solicitará durante el juicio que la ex presidenta madrileña y de la formación regional sea condenada como responsable civil a título lucrativo. Anticorrupción considera que, sin haber participado en los delitos que se juzgan, Aguirre se benefició de la trama y deberá abonar por ello 26.000 euros en concepto de responsable civil a título lucrativo.

En su escrito de conclusiones, Anticorrupción pide condenar a 7 años y 10 meses años de cárcel al exconsejero de la Comunidad de Madrid Francisco Granados y a 3 años y 6 meses de prisión al que fuera gerente del PP madrileño Beltrán Gutiérrez, al considerar que son máximos responsables de la presunta 'caja b' del partido a nivel regional, solicitando igualmente la declaración como testigo de la expresidenta Esperanza Aguirre durante el juicio.

En ese escrito, recogido por Europa Press, el Ministerio Público también considera responsable civil a título lucrativo a Ignacio González, al que reclama 28.293,22 euros. Según ha adelantado la cadena Ser y ha confirmado elDiario.es, Anticorrupción solicitará en el trámite de las cuestiones previas, al inicio del juicio, que Aguirre y González sean condenados en la citada modalidad.

La Fiscalía pide distintas penas de cárcel e inhabilitación para a la que fuera directora de Comunicación de la Comunidad de Madrid, Isabel Gallego, al exjefe de gabinete de la presidenta, Borja Sarasola, al exdirectivo de la Comunidad José Martínez Nicolás, al presunto 'conseguidor' de Púnica, Alejandro de Pedro, y a Diego Mora.

Según Anticorrupción, Granados y Gutiérrez aprovecharon sus cargos orgánicos dentro del PP de Madrid --siendo el primero secretario general y gerente regional el segundo-- “sabedores de que en mayo del año 2011 correspondía la celebración de las elecciones autonómicas a la Comunidad de Madrid y que iban a ser designados como director de la campaña y administrador electoral de la misma respectivamente”.

De esta forma, “se concertaron para, de forma similar a campañas anteriores, buscar, localizar y tratar con compañías de publicidad 'afines' a las que encargar actos electorales que serían abonados al margen de los procedimientos regulados de conformidad con la normativa del proceso electoral, así como posteriormente, ocultados a la cámara de cuentas de la Comunidad de Madrid”.

“Así las cosas, Granados comenzó a programar los actos desde, al menos, inicios del mes de septiembre de 2010 de tal manera que, con fecha 8 de noviembre de 2010 el mismo ya había adjudicado la principal ejecución material de la campaña a la mercantil El Laboratorio de Almagro 36, S.L., así como consensuado con su responsable, María Luisa de Madariaga, realizar la misma y cómo se debería de facturar por parte de su empresa, así como a qué persona jurídica”, relata la Fiscalía.

Finalmente, recuerda el escrito, las elecciones fueron convocadas por Aguirre, abriéndose “el denominado periodo electoral que, a efectos económicos, supone la aplicación de los límites de gasto electoral previstos, tanto en la Ley Orgánica Electoral General como en la ley Electoral de la Comunidad de Madrid”.

Tal y como ya se preveía, apunta Anticorrupción, el principal responsable de la campaña electoral fue Granados, al tiempo que el encargado de los fondos a título de gerente de la campaña, como en las anteriores, fue Beltrán que, igualmente, fue designado ante la Junta Electoral Provincial como administrador electoral.

El organigrama principal de la campaña se desglosaba a su vez en múltiples responsables de cuestiones sectoriales, entre los que la Fiscalía destaca al responsable de campañas locales y actos públicos, Borja Sarasola y, como en las elecciones autonómicas del 2007, a la responsable de los medios de comunicación, Isabel Gallego.

En su escrito, la Fiscalía detalla una serie de ingresos y gastos y relata que, “a efectos de dar cumplimiento a la normativa electoral, Beltrán Gutiérrez, en su condición de administrador electoral y con conocimiento del también acusado, director de la campaña, presentó escrito ante el registro de la Cámara de Cuentas de Madrid el día 23 de septiembre de 2011, por el que presentaba la documentación comprensiva de la contabilidad de la campaña electoral del citado partido, aún a sabiendas de que la información presentada no respondía a la realidad global de los costes”.

Y esto era así, apunta Anticorrupción, en tanto que “el total del coste declarado fue de 2.986.624*89 euros, remitiéndose como adjunto al escrito la información contable oficial del Partido Popular de Madrid en que se basaba y justificaba tal cifra”.

“Conforme a la misma, se declararon un total de 35 proveedores, al tiempo que se remitieron las facturas presentadas por estos, la contabilidad analítica y por cuentas de estas, el libro diario de operaciones y los medios de pago, así como el extracto de movimientos de la cuenta de campaña”, añade el escrito.

Sin embargo, explica la Fiscalía, “tal cuantía era muy inferior a la realmente incurrida, pues por parte de los acusados se autorizaron gastos electorales que no fueron declarados a la Cámara de Cuentas, ni se pagaron a través de la cuenta de campaña, de tal manera que la contabilidad presentada ante el órgano fiscalizador no respondía a la realidad de lo sucedido”.

“Para poder ejecutar tal plan, era necesario contar, como se había hecho en periodos electorales previos, desde el punto de vista de los prestadores de los servicios, con empresarios afines que, realizando el servicio, posteriormente lo facturasen bajo otros conceptos y, desde la perspectiva de los ingresos y gastos, se hacía necesario, por una parte, utilizar fuentes de captación de recursos, bien opacas, bien alterando el destino declarado y, por otra, trasladar esos recursos a los prestadores de los servicios, bien en metálico, bien a través de las facturas alteradas”, aduce.

La Fiscalía argumenta que “la principal fuente irregular de captación de recursos fue a través de aportaciones de dinero en efectivo que le eran entregadas, directa o indirectamente, a Granados”. “Una vez entregadas, el mismo registraba los pagos de forma manuscrita en una libreta negra, tras lo cual, descontaba de las cantidades una cuantía que retenía para si o para terceras personas ajenas al partido y, el resto, lo hacía llegar a Gutiérrez, que se encargaba de hacer los pagos en efectivo que no deseaban hacer constar ante la Cámara de Cuentas”, explica.