El comisario jubilado José Villarejo ha asegurando ante el juez Manuel García Castellón que tiene “cien veces más material” del que obra en los informes que son objeto de investigación en la Audiencia Nacional. El expolicía ha hecho esta afirmación por videoconferencia desde la cárcel de Estremera (Madrid), en la que permanece internado desde noviembre de 2017 acusado de liderar la presunta organización criminal que se investiga en la Operación Tándem, informan fuentes jurídicas.
Asuntos Internos se incautó durante los registros de hace dos años de material grabado por Villarejo durante décadas y que ocupa casi 30 terabytes de espacio. En los mismos hay unos 400 dosieres de encargos o trabajos realizados por el comisario valiéndose de su condición de comisario. Algunos de ellos ya han servido para abrir 18 piezas separadas de la Operación Tándem.
Villarejo cumple dos años en prisión provisional el 5 de noviembre. De ahí que se haya celebrado este jueves en la Audiencia Nacional una vista de prórroga en la que las partes se han posicionado sobre si debe seguir en prisión preventiva hasta el máximo legal de cuatro años mientras no medie juicio y condena o si, por el contrario, aconsejan su puesta en libertad. En esa misma vista, Villarejo ha asegurado también que la ministra de Justicia, Dolores Delgado, es su “amiga”.
La Fiscalía Anticorrupción ha pedido al juez que lo mantenga en prisión con la justificación de que su riesgo de fuga no se ha reducido pese el tiempo transcurrido de instrucción y de que existe riesgo de que destruya u oculte pruebas y siga cometiendo delitos. El juez García Castellón tomará una decisión en las próximas horas.
La acusación popular que ejerce Podemos también se ha opuesto a su excarcelación alegando, entre otros motivos, que el “horizonte lejano de enjuiciamiento” de alguna de las causas en las que está siendo investigado o los “ingentes fondos” y “domicilios desconocidos”, incluido viviendas en el extranjero, a las que puede tener acceso acrecientan su riesgo de fuga. Esta acusación considera, asimismo, que las copias ocultas de la información incautada que el expolicía ha asegurado tener en su poder pueden ser utilizadas para extorsionar a terceros para colaborar en la fuga o la destrucción de pruebas.
Su defensa, sin embargo, ha aludido a sus graves problemas de salud y ha pedido medidas cautelares menos gravosas como una pulsera telemática o comparecencias en un juzgado de la localidad madrileña de Boadilla del Monte en la que tiene su domicilio. Según fuentes jurídicas presentes en la vista, Villarejo ha dicho textualmente ante el juez que no quiere morir en prisión.
A esta circunstancia, Podemos ha replicado con el informe de la prisión en la que se destaca que los “múltiples episodios de descompensación” que sufre el comisario son relacionados por el propio interno con el “stress que le produce viajar para las declaraciones en el juzgado”.
Según el juez García Castellón, Villarejo es el supuesto líder de un “clan policial mafioso” con el que montó una estructura paralela desde la que ofrecía todo tipo de servicios a la élite empresarial (informes para desacreditar a adversarios, extorsiones, chantajes...).