El Ministerio de Exteriores de Arabia Saudí pidió hoy a los ciudadanos del país que abandonen el Líbano y se “abstengan de viajar” a ese Estado “por su propia seguridad”.
En un comunicado, el ministerio también solicitó a los saudíes que solo se queden en el Líbano por “extrema necesidad” y que, en ese caso, tomen medidas y se pongan en contacto con la embajada saudí en Beirut.
El anuncio ministerial coincide con una crisis política desatada entre ambos países, después de que el Líbano se abstuviera en varios foros regionales e internacionales de condenar los ataques contra dos misiones diplomáticas saudíes en Irán.
Dichos ataques, registrados el pasado enero, se produjeron en respuesta a la ejecución en Arabia Saudí del destacado jeque chií Nimr Baqr al Nimr.
El pasado día 19, Arabia Saudí anunció la suspensión de una ayuda militar al Líbano de 4.000 millones de dólares y justificó su medida asegurando que el Líbano había mostrado “una postura contraria” a la de Riad “en el ámbito árabe, regional e internacional”, la cual “no está en armonía con la relación fraternal que une a ambos países”.
El origen del conflicto se encuentra en la cada vez mayor polarización de las posiciones de los distintos movimientos y regímenes suníes y chiíes en la región, especialmente Irán y Arabia Saudí, que recientemente rompieron relaciones diplomáticas.
Mientras que Arabia Saudí es aliada de las fuerzas suníes en el Líbano y de los grupos rebeldes e yihadistas en la vecina Siria, Irán es el principal apoyo del grupo chií libanés Hibulá, que en Siria lucha hombro con hombro con las tropas del régimen de Bachar al Asad, fuertemente respaldado, a su vez, por Teherán.