El liderazgo de Inés Arrimadas sigue intacto pese a las críticas que le han lanzado dentro y fuera de su partido y las fuertes tensiones que ha tenido que afrontar a lo largo de estas últimas semanas. Primero, por la debacle en Catalunya; luego por el fiasco de la moción de censura en Murcia que ahora pende de la decisión que adopten los diputados escindidos de Vox. Y, finalmente, tras la fuga al PP del exsecretario de Organización, el riverista Fran Hervías, que ha supuesto todo un mazazo para el partido. Un goteo de bajas y fugas que se ha iniciado en Ciudadanos tras la opa hostil del PP y que tampoco este lunes conseguía frenar Arrimadas.
La dirigente de Ciudadanos intentaba contener la espita de la bomba de relojería en la que se ha convertido su formación y llegaba por la mañana a la reunión de la Ejecutiva, que se presentía tensa, con su propuesta de remodelación del Comité Permanente debajo del brazo para calmar las aguas, consistente en abrir su hasta ahora reducido núcleo duro, compuesto por ella y seis dirigentes más, ampliarlo y dar entrada a varios barones regionales, como el andaluz, Juan Marín, e incluso a una de las principales voces críticas que le han reclamado estos días que diera un golpe en la mesa, como Toni Cantó.
En su lista figuraban la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el exvicepresidente del Gobierno regional, Ignacio Aguado, a los que ha querido reforzar para darles más protagonismo justo en víspera de unas difíciles elecciones autonómicas en las que el partido se juega su supervivencia. Previamente, Arrimadas había aceptado las dimisiones de los dos vicesecretarios, Carlos Cuadrado y José María Espejo Saavedra, a los que son muchos los que culpan de las crisis que atraviesa partido. Ambos, no obstante, continuarán en la cúpula pero sin el poder de antaño.
La idea, según les explicó la líder, es repartir más juego y abrir la toma de decisiones sobre la estrategia a un abanico más amplio de dirigentes que se quejan de que no se les consulta y le reprochan que se enteran por los medios de muchas de las importantes medidas que se han adoptado. Como ocurrió la semana pasada con la moción de censura de Murcia; o como ha ocurrido cuando han decidido apoyar los estados de alarma del Gobierno de Sánchez. Arrimadas señaló que a partir de ahora ese reducido grupo pasará a ser una “Permanente de Concentración”, un órgano de nuevo cuño para “afrontar los retos que tiene el partido por delante”. A este grupo también propuso entrar, además de los antes citados, al eurodiputado catalán Jordi Cañas; a los diputados del Congreso, Guillermo Díaz y Sara Giménez; al portavoz municipal valenciano, Fernando Giner; y al líder aragonés, Daniel Pérez.
Del nuevo diseño sale también reforzado Edmundo Bal que se ocupará tanto de la Portavocía nacional como de la del Congreso en detrimento de la canaria Melisa Rodríguez a la que se la relega a portavoz adjunta. Rodríguez, a juicio de algunos de sus compañeros, no ha sido una buena comunicadora para unos tiempos muy complicados en los que el partido necesita contraatacar las embestidas que están sufriendo ahora por parte del PP, un partido con el que han roto relaciones tras la opa hostil que les ha lanzado Pablo Casado.
Arrimadas no ha incluido en este nuevo sanedrín a la exconsejera de Cultura de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, que forma parte de la Ejecutiva ampliada. En el partido hay quien la ve más cerca del PP que de Ciudadanos.
Toni Cantó le rompe el guion con su dimisión
Todos aceptaron la invitación de entrar en el nuevo órgano de dirección, menos el coordinador en Valencia, Toni Cantó, quien, para contrariedad de la dirección que intentaba que de esta reunión salieran con un “cierre de filas” total y finalizara con las aguas más calmadas, se llevó el titular de la jornada. El actor valenciano abandonaba bruscamente la sede del partido a media mañana para anunciar a los periodistas su dimisión. Según su versión, dentro había pedido sin éxito a Arrimadas que la formación se una al PP para concurrir juntos a las elecciones de Madrid, en una iniciativa como 'España Suma', la coalición que Pablo Casado les había ofrecido en anteriores comicios.
“La Comunidad de Madrid no puede perderla el centro derecha, es el eje de la libertad y la prosperidad económica, primero hay que mantener la CAM y luego ganar la Moncloa”, aseguró, y lamentó que la dirección de Ciudadanos parece “no estar en eso”. Además, Cantó se mostró muy duro con el exvicepresidente madrileño, que acaba de ser cesado por Ayuso: “Con quien no podemos ir [a las elecciones] es con Ignacio Aguado, que es una de las razones por las que se ha roto ese gobierno de la Comunidad de Madrid”. La figura de Aguado sigue siendo muy cuestionada también por otros dirigentes pero todo apunta a que Arrimadas no va a querer arriesgarse a levantar otro polvorín y menos a un mes y medio de la cita con las urnas en Madrid. Además, se han anunciado primarias para las que ya se ha postulado el militante de Las Rozas, Juan Carlos Bermejo. La incógnita es si habrá algún otro u otra aspirante.
El exdirigente valenciano pretendía que después de todo lo ocurrido la Ejecutiva dimitiera en bloque, “había que asumir responsabilidades y ellos no lo están haciendo”, se ha quejado. En su opinión, no era cuestión de apartar de sus cargos solo a Espejo Saavedra y a Cuadrado, con el que siempre ha mantenido unas pésimas relaciones, sino que toda la actual dirección del partido presentara su dimisión, propuesta que, según ha lamentado, se ha rechazado y que tampoco se le ha permitido que se votara.
Cantó, a quien un sector de los críticos quería impulsar como alternativa a Arrimadas y él mismo se estaba postulando para ser el nuevo portavoz del partido, se marchó visiblemente enfadado reconociendo que estaba “cabreado, triste, jodido”. Y se fue sin llegar siquiera a votar las dos propuestas que al inicio de la reunión había planteado Edmundo Bal. Por un lado, “rechazar la puesta en marcha de la operación del PP y condenar sus oscuras prácticas, el transfuguismo y la atracción de cargos a través de múltiples ofrecimientos contrarios a toda ética y que no se limitan solo a la región de Murcia. Prácticas que pretenden conseguir que personas que hoy están en Ciudadanos dentro de unas semanas estén trabajando en otro partido”, según explicó. Y, en segunda lugar, “mostrar un compromiso unitario para reafirmar no solo la vigencia y autonomía del proyecto, sino la voluntad de relanzarlo en este momento en que el centro político en España es más necesario que nunca”.
“Ahora voy a llamar a mi representante para volver a trabajar en lo mío dentro de poco”, zanjó el actor antes de marcharse. Un plantón que luego criticó Edmundo Bal. “No ha querido debatir, no ha querido escuchar, se ha ido sin más”. El portavoz del partido consideró que el portavoz de Cs en Les Corts Valencianas había acudido a la reunión con la idea preconcebida de rechazar su integración en el Comité Permanente y que su siquiente paso será entrar en el PP siguiendo los pasos de Fran Hervías.
La fuga de Hervías, la primera gran una brecha en Ciudadanos
El todopoderoso exsecretario de Organización de la etapa de Rivera había anunciado este sábado en Twitter, a través de una carta, que dejaba la militancia en Ciudadanos acusando a Arrimadas de “ser la muleta del sanchismo”. Poco después desvelaba en una entrevista en El Mundo que lo hacía para fichar por el PP en el equipo del murciano Teodoro García Egea, mientras el diario El Español destapaba las conversaciones del exdirigente de Ciudadanos para que fracasara la moción de Murcia.
Su decisión ya había provocado que algunos dirigentes del que ya es su antiguo partido señalaran a Hervías y al secretario general del PP como los verdareros artífices del fracaso de esa iniciativa que los de Arrimadas habían pactado con el PSOE dirigida contra el presidente de Murcia, Fernando López Miras, del PP, para acabar con “décadas de corrupción” en la región. Después llegó la sorpresa al conocer la fuga de los tres diputados de Ciudadanos a los que la dirección acusa de “haberse vendido por un sueldo para tapar la corrupción del PP”. Ahora el éxito de esa moción pende curiosamente de la voluntad de tres diputados regionales escindidos de Vox.
Precisamente, durante la Ejecutiva de esta tarde, según fuentes del partido, han tomado la palabra los dos dirigentes murcianos, Ana Martínez Vidal, que será la candidata en esa moción, y el portavoz municipal, Mario Gómez, para explicar a sus compañeros “los episodios vividos en primera persona en sus gobiernos con el PP” y “los duros meses de denuncia de presunta corrupción e irregularidades, así como las situaciones de acoso vividas por levantar la voz”. Esas fuentes subrayan que “esas prácticas” fueron las que motivaron la presentación de las mociones de censura “para poner fin a la corrupción y demás prácticas deleznables”. Tanto Martínez Vidal como Mario Gómez fueron muy aplaudidos.
Tras más de siete horas de reunión la presidenta de Ciudadanos escenificaba por la noche un cierre de filas compareciendo arropada por la nueva cúpula del partido y se dirigía a toda la militancia y a la opinión pública para reconocer que “ha sido un año complicado en el que Ciudadanos ha tenido que tomar decisiones difíciles”. “Hemos cometido errores pero siempre pensando en hacer lo correcto para España”. Pero ahora cree que tras la reunión y los cambios introducidos en la formación “hemos reforzado nuestra Ejecutiva de unidad”.
Arrimadas aseguró que todos dan el paso al frente “porque en los momentos difíciles hay que dar un paso al frente”. “No hay ni un solo día en el que me arrepienta de haberme metido en Ciudadanos. Tengo el honor y la responsabilidad de presidir este partido en el que creo”, añadió
Después hizo referencia a lo ocurrido en Murcia y a la moción de censura. “Lo que ha pasado en las últimas semanas es grave pero me siento orgullosa de que hoy hayamos tenido un debate amplio y sincero”. “Hemos escuchado a nuestros compañeros explicar la terrible situación que han vivido y relatar los casos espeluznantes de acoso y de amenazas que han estado sufriendo y sufren a día de hoy”. “Se ha destapado una operación para intentar destruir y acabar con Ciudadanos”, se quejó Arrimadas, aunque también lamentó no haber sabido “explicarles bien a los españoles el por qué de esta moción ante la grave corrupción de Murcia”.
“Sabemos que somos un partido incómodo” porque “somos el único partido de centro, liberal y decente de España”, mientras otros “solo quieren repartirse el Estado”. Arrimadas se marcaba como reto en las proximas elecciones del 4 de mayo “impedir que el populismo entre en el Gobierno de Madrid”.