Convocan un asedio al Congreso con una defensa abierta de la violencia frente a las cargas policiales

eldiario.es

Madrid —

“Próximamente anunciaremos la fecha de una nueva convocatoria a... Asediar, quemar, fumigar, ocupar... El Congreso”. Con estas palabras convocaba el pasado mes de diciembre la Plataforma ¡En Pie!, impulsora de la acción “Ocupa el Congreso” el 25 de septiembre de 2012, a la ciudadanía “directamente a una algarada o una rebelión popular”. La fecha se anunció hace unos días: el día elegido es el 25 de abril, cita en la que la Plataforma busca “asediar” y “liberar” de forma “definitiva” el Congreso de los Diputados.

Esa es la acción principal, pero también llaman a realizar otras “secundarias” y “libres de dispersión que afecten al poder establecido”. Los objevitos finales son los mismos que la plataforma planteó cuando convocó su primera acción para rodear el Congreso: “la caída del régimen (dimisión del Gobierno, disolución de las Cortes y de la Jefatura de Estado), y la apertura de un proceso de transición hacia un nuevo modelo de organización política, económica y social, verdaderamente justo y solidario”.

Como sucedió con el 25S, la convocatoria “Asedia el Congreso” el 25 de abril ha sido criticada por parte del entorno quincemayista. Si en un primer momento se les echó en cara la falta de transparencia y horizontalidad –varias personas que acudieron a la reunión para preparar la manifestación de septiembre lo definieron como “los pecados originales” del movimieno–, las cosas no han cambiado.

La Comisión Legal de la Acampada Sol, Madrid, ha anunciado, de hecho, que “no dará cobertura técnica a dicha acción”. El motivo: “No podemos compartir una convocatoria nacida de un proceso de toma de decisiones que no coincide con los principios de horizontalidad, participación y apertura que caracterizan tanto al movimiento del que somos parte como a nuestro propio funcionamiento interno. Resulta difícil asumir unos posicionamientos tan lacónicamente mencionados en un manifiesto elaborado por un grupo cerrado y que rechaza abiertamente el diálogo, salvo adhesión previa a aquellos y a la convocatoria en cuestión”.

Además de desmarcarse de la convocatoria, lo hace también “de los consejos y valoraciones de contenido jurídico que hayan sido o puedan ser emitidos por los organizadores y convocantes de la mencionada acción”.

La respuesta de la Plataforma respecto a la falta de transparencia acerca de la participación y apertura fue, siempre, “razones de seguridad y operatividad”. “No somos –explican– un grupo abierto, sino un grupo que funciona por afinidad y confianza, pero toda persona que quiera colaborar en la organización puede hacerlo por múltiples vías, diseñando carteles, vídeos, difundiendo el evento tanto dentro como fuera de las redes, organizándose... Creando pequeños grupos de afinidad y confianza que realicen acciones secundarias, compartiendo ideas en nuestros canales de difusión...”.

¿Y la Coordinadora 25S?

Poco tiempo después de anunciar la acción “Ocupa el Congreso”, y a raíz de las críticas surgidas, la Plataforma ¡En Pie! accedió a integrarse en una coordinadora que se encargaría de definir y difundir la convocatoria y adecuarla, quizás, a una mayor aprobación. La plataforma cedía así, en cierta medida, el liderazgo. No obstante, días después, volvieron a mostrarse firmes en su idea inicial y comunicaron que, “por convicción” y “respeto a las personas y colectivos que han apoyado desde un principio 'Ocupa el Congreso' como una acción contundente y rupturista”, trabajarían “de forma independiente y autónoma”, sin integrarse en ninguna plataforma o coordinadora.

En su página web, la Plataforma ¡En Pie! confirma que no tienen ninguna relación con la Coordinadora. Llegan a decir, además, que las siguientes convocatorias de la misma después del 25 de septiembre fueron “estériles” y “estaban totalmente vacías de contenido”.

En conversación telefónica con eldiario.es, un miembro de la Coordinadora 25S, si bien ha reconocido que no han participado en la convocatoria del 25 de abril, sí la difundirán y apoyarán. Próximamente, ha afirmado la misma fuente, anunciarán de qué forma tomarán parte en la misma.

“La legítima defensa”

Otro de los reproches que muchas personas hacen a la Plataforma es el uso de un lenguaje agresivo –el colectivo considera que “se ajusta a la situación que estamos viviendo”– y la defensa de la violencia para defenderse de una carga policial. Para la próxima acción, han elaborado un documento en el que presentan la estrategia y la táctica.

En él defienden el uso de la “legítima defensa”: “Se entiende por legítima defensa o defensa propia la acción por la cual una o más personas repelen la agresión de otra u otras de tal suerte que causan un daño, en principio, castigado por las normas penales, pero que en este caso se considera eximente de la falta o delito. También podría definirse como acción justificada que ejerce un individuo con el propósito de proteger su persona ante la amenaza de una agresión inminente, en este caso defensa personal. La legítima defensa puede ser propia o ajena. Se exige una defensa proporcional, es decir, bastante y suficiente para repeler la agresión”.

Si bien han reiterado que la acción es pacífica, señalan que “es factible que el 25A algunas personas decidan emplear” la “táctica de defensa activa” de los bloques negros o black block, personas que en un momento dado “estarán dispuestas a pasar a una forma de defensa activa”.

En este caso, advierten a quien no acepte esta actuación no debe cuestionarla, sino irse a “otro sitio de la manifestación”. “Recuerda que esta propuesta se basa en el respeto entre manifestantes, hay espacio para todas las personas, pero no interfieras, están ejerciendo su legítimo derecho a defenderse activamente”, afirman.

También describen qué hacer, por ejemplo, en caso de detención: “Si un policía retiene a un manifestante con el fin de detenerlo y este es vulnerable por estar solo o en inferioridad numérica [...] es su grupo de afinidad quien debe ayudarle para zafarse de la detención. Para hacerlo pueden tratar de desequilibrar al antidisturbios por medio de empujones, etc., y obstruyendo la visión de su casco”.

Uno de los puntos más conflictivos de la acción, así lo define la Plataforma, es el carácter indefinido de la misma. En principio, apuntan, tratarán de “resistir desde el jueves hasta el fin de semana”.