INVESTIGACIÓN

La Audiencia Nacional investiga una segunda Kitchen para espiar a Bárcenas dentro de la cárcel

Pedro Águeda

18 de junio de 2021 22:21 h

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Los investigadores del caso Kitchen investigan en secreto, desde hace meses, una operación de espionaje paralela a la que vivió la familia de Luis Bárcenas cuando éste entró en prisión en el verano de 2013. El objetivo de esta segunda Kitchen fue el propio Bárcenas, al que los servicios de Información habrían espiado en la misma cárcel, sin control judicial, para recuperar la información de la caja B en poder del extesorero que pudiera perjudicar a los dirigentes del Partido Popular, la formación entonces en el Gobierno.

Fue el propio Bárcenas quien reveló a los investigadores las extrañas circunstancias que rodearon su primera estancia en la cárcel, durante las declaraciones que ha prestado en secreto ante el juez, los fiscales y los agentes de Asuntos Internos en los últimos meses. 

Luis Bárcenas descubrió a un preso que no era quien decía ser y que, sorprendentemente, estuvo en prisión con una identidad falsa antes de desaparecer repentinamente. El extesorero vincula los seguimientos que le realizó durante un mes y medio este misterioso interno a la incautación por parte de los funcionarios de la nota manuscrita que reveló elDiario.es este viernes, en la que Bárcenas daba instrucciones a un tercer recluso para que destruyera el audio que implicaba a Mariano Rajoy en la caja B del PP cuando saliera de permiso. 

Por su parte, los agentes de Asuntos Internos han cotejado las afirmaciones de Bárcenas con las agendas incautadas a Villarejo el pasado mes de octubre. Junto a los alias utilizados para designar al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y a otros mandos policiales implicados aparecen anotaciones de Villarejo que aluden a los presos y la operación de borrado de los archivos de audio mencionados por Bárcenas en su denuncia de espionaje. Los miembros de la brigada política, según estas anotaciones, contactaron con el preso encargado de borrar la grabación a Rajoy cuando éste salió de la cárcel.  

Y una tercera pata de la investigación sobre esta nueva presunta operación ilegal de espionaje: el director de la prisión de Soto del Real en esa época negó en su declaración ante los agentes de Asuntos Internos que recibiera ninguna instrucción del Ministerio del Interior o de la autoridad judicial para cualquier actividad de seguimiento o control sobre el interno Luis Bárcenas Gutiérrez. El 20 de abril pasado, los agentes escriben: “Dice que en este caso concreto no le llegó ningún requerimiento por ninguna de las dos vías”.

Un preso espía español con carnet de dominicano

Así comienza el relato de Bárcenas: “Yo detecté una persona que infiltraron en el módulo en el que yo estaba para hacerme labores de seguimiento”. “Me seguía y tomaba notas”, afirmó el extesorero del Partido Popular. La coartada de ese supuesto preso entre los reclusos del módulo de Bárcenas es que había sido detenido intentando introducir droga en España con un velero. Pero un buen día desapareció del módulo. Bárcenas y otros presos pensaron que había cambiado a otro, pero luego supieron que ya no estaba en la cárcel. 

Bárcenas describe ante el juez y los fiscales gráficamente el episodio del espía en prisión: “La foto del individuo que se correspondía con el carnet de la persona que estaba haciendo el seguimiento era un dominicano, pero el señor que estaba haciendo el seguimiento era un señor español, blanco, blanquísimo. Y no de color café con leche, como era el dominicano, no. O sea, que habían infiltrado a una persona con tal nivel de torpeza que en lograr de fabricar un NIS [Número de Identificación de Seguridad, una suerte de carnet de recluso], no sé si se puede hacer, le habían asignado el NIS de otra persona, que habría estado ya en el Centro Penitenciario y que era un dominicano”.

Luis Bárcenas le dice al juez y a los fiscales que cree que detrás del espionaje en prisión está el Centro Nacional de Inteligencia y el interés de la entonces vicepresidenta del Gobierno, de la que dependía el servicio de espionaje español, en que el caso de la caja B no salpicara a Mariano Rajoy. 

La historia del falso dominicano se cruza con el episodio del informático colombiano al que Bárcenas pide que, de permiso, acceda a la 'nube' y borre las grabaciones que el extesorero había realizado a Mariano Rajoy y Javier Arenas. Se trata de un experto informático que se ofrece a hacer el trabajo durante un permiso de seis días. Bárcenas pacta darle una cantidad de dinero, que oscilaría entre los 1.500 y los 3.000 euros, que el recluso le requiere para comprar material informático. Él acepta y pacta que se lo entregaría su mujer, a través del chófer infiiltrado, Sergio Ríos. La cita del chófer con este preso aparecen reflejadas en la agenda de Villarejo. 

El ciudadano colombiano contó a Bárcenas que no pudo hacer el trabajo porque fue detenido en la habitación del hotel que ocupaba de permiso por una reclamación de un juzgado por otra causa pendiente. Antes o después de salir de permiso, los funcionarios hicieron un cacheo sorpresa en la celda del colombiano y le encontraron la anotación de Bárcenas: “Alex, hay que destruir todos los audios de M.R cuando yo te dé la orden. No debe quedar nada. Es mi compromiso. Haz el favor de ir recuperándolos. Abrazo”.  Cuando Bárcenas salió de la cárcel acudió a la 'nube' y comprobó que los archivos ya no estaban. El extesorero asegura que otra copia le fue sustraida por la brigada política del estudio de su mujer y que no hay una tercera. 

La agenda de Villarejo: “Datos de colombiano colaborador de maco”

Hace apenas tres semanas, los agentes de Asuntos Internos elaboraron un informe, al que ha tenido acceso elDiario.es, en el que recogen las declaraciones de Bárcenas y añaden las notas incautadas a Villarejo en las agendas. El 13 de agosto de 2013, el comisario escribe en su diario, junto al apelativo “Andi” (Andrés Gómez Gordo, comisario imputado y exasesor de Cospedal): “Datos de colombiano colaborador de MACO”, en posible alusión a la cárcel. El 3 de septiembre de 2013, junto al nombre “Chisco” (Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguuridad), Villarejo apunta: “Coche de (ininteligible). Ayuda Prisiones. Tema ordenadores, copia en teléfono”. El 3 de octubre, el aludido es BIG (comisario Enrique García Castaño, también imputado en Kitchen): “2 paquetes con notas a un preso tercer grado”.

Otras anotaciones demuestran que los responsables de Interior y los policías de la brigada política están al tanto de los incidentes que Bárcenas protagoniza con los funcionarios y guardias civiles de la prisión. El 13 de enero de 2014, Villarejo alude a una conversación esta vez con el abogado relacionado con Mariano Rajoy y varios de los imputados Javier Iglesias: “Hakers. Óscar Jiménez es el abogado que lo lleva. Está en Soto”. 

Ese mismo día, junto al nombre del chófer, “Sergi”, Vilarejo apunta un móvil del “informático” y añade: “Entrega de dinero el miércoles a cambio de un trabajo”. El móvil, según comprueban los agentes, corresponde a la hermana de Isidro Sánchez Suárez, la identidad del colombiano que se compromete con Bárcenas a borrar las grabaciones a Rajoy y Bárcenas. 

El número dos de Interior ordenó activar “Plan contra LB”, según las notas

En contra de la declaración como testigo del director de Soto asegurando que no recibió instrucciones de Interior sobre Bárcenas, Villarejo escribió el 11 de julio de 2013 lo que habría hablado con el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, al que apoda 'Chisco': “Plan contra LB. Intervención comunicaciones, registros y citación de mujer e hijo”.

Otros dos reclusos que tienen contacto aquellos días con Bárcenas son los rumanos Dragos Luican Osanu y Lucatus Gabor. Sus nombres aparecen en las agendas de Villarejo. El comisario atribuye al secretario de Estado de Seguridad la información que obtiene el 15 de enero de 2014 de Drago (“Haker de Iglesias”) y de Lukatos Gabor (“dice que a LB se le acerca un rumano muy fuerte. Su abogado se llama Oskar Zein”). 

Los agentes de Asuntos Internos han reclamado hasta ahora notas internas de los funcionarios de la prisión, datos sobre los dominicanos que estuvieron en el módulo de Bárcenas con él y han buscado antecedentes y conexiones de los reclusos que más contacto tuvieron con el extesorero.