El primer ministro australiano, Scott Morrison, reiteró este martes la importancia de que se realice una investigación “transparente” sobre el origen de la COVID-19, que según los expertos brotó en la ciudad china de Wuhan.
“Es importante que la OMS (Organización Mundial de la Salud) actúe y que todos los miembros de la organización actúen con gran transparencia (...) no buscamos criticas, sino que es un asunto importante para la salud pública”, aclaró Morrison.
El mandatario australiano también reconoció durante una rueda de prensa en Camberra que existirán “puntos de vista distintos”, en alusión a la “grave preocupación y firme oposición” que ha mostrado china frente a la solicitud.
Australia se suma así a las recientes reclamaciones de Estados Unidos y otros países para esclarecer el origen de la pandemia, que según Pekín se originó en un mercado de la ciudad de Wuhan.
La declaración de Morrison se da tras la reclamación de la ministra de Asuntos Exteriores, Marise Payne, quien el domingo dijo en la televisión pública ABC que Australia “insistirá” en una investigación independiente de la OMS sobre el origen del virus en Wuhan, además de su gestión y el intercambio de información sobre este nuevo coronavirus.
Pekín, este lunes, rechazó el escepticismo mostrado por la ministra e insistió en que ha actuado con transparencia.
Australia y China mantienen fuertes lazos comerciales, pero chocan por asuntos vinculados a los derechos humanos y la libre navegación del Mar de China Meridional, así como por la influencia en la estratégica zona del Pacífico.
Las relaciones diplomáticas entre los dos países se han tensado más con la aprobación en 2018 en Australia de leyes contra la interferencia extranjera y el espionaje, en alusión indirecta a China, tras destaparse una serie de escándalos de donaciones a políticos, y de ataques informáticos a organismos gubernamentales y universidades vinculados con Pekín.