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La oposición califica de “temeraria” la ley de Patrimonio Cultural de Ayuso aprobada con una década de retraso

Centro Canalejas, en Madrid.

Peio H. Riaño

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Con una década de retraso, el PP ha conseguido aprobar una reforma de la Ley de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid para ajustarla a la legalidad. El Tribunal Constitucional anuló ocho artículos de la repentina actualización de 1998, pero los sucesivos consejeros de Cultura de los gobiernos del PP han ignorado hasta hoy la responsabilidad de redactarla de nuevo. Ahora, la Asamblea regional ha dado luz verde a la reforma de los populares gracias a los votos de Vox. PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos se han opuesto al nuevo articulado porque se ha tramitado en el último minuto y de manera “temeraria”, según han sostenido los socialistas durante el debate.

Esta reforma repara la ley que impulsó Esperanza Aguirre durante su etapa al frente de la Comunidad de Madrid. Aquella modificación no estaba incluida en el programa del PP, pero se puso en marcha a los dos meses de que el marido de la expresidenta vendiera un cuadro de Goya al constructor Juan Miguel Villar Mir por cinco millones de euros. Incluía un significativo cambio en uno de los artículos que favorecía el futuro que Villar Mir había ideado para el conjunto urbanístico de Canalejas, en pleno centro de Madrid. 

El mencionado artículo prohibía la agrupación de los bloques. Con la nueva redacción de 2013, Villar Mir tuvo luz verde para agruparlos y convertir en uno aquellos seis edificios históricos que se desprotegieron. El responsable de la nueva redacción técnica de la norma fue Luis Lafuente, actual director de Patrimonio del Ayuntamiento de Madrid, tras ocupar el cargo de director general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura con Íñigo Méndez de Vigo (PP). Un año después, el Tribunal Constitucional declaró este artículo y otros siete, inconstitucionales. Pero ya era demasiado tarde para la protección del patrimonio porque la destrucción del complejo Canalejas había comenzado, al poco de adquirir Villar Mir los edificios desprotegidos. La Justicia ha confirmado que el marido de Aguirre “inventó” la donación del Goya para librarse de la ruina pero ha descartado el delito.

Falta de consenso

Manuela Villa, en nombre del grupo socialista, ha criticado que los expertos de la sociedad civil no han podido analizar lo suficiente esta Ley de Patrimonio Cultural. El dictamen de casi 140 páginas fue distribuido en la medianoche anterior a ser votada, recuerda. “Mi grupo no pone la mano en el fuego por esta ley”, ha dicho, y ha advertido de la invasión de competencias en varios de los 111 artículos que componen la nueva norma. “Han presentado una ley poco actual, que ha dejado fuera a la participación ciudadana, la digitalización, el turismo cultural o el riesgo del cambio climático. Han dejado pasar la oportunidad”, ha añadido. “Han hecho una Ley de Patrimonio Cultural que no podemos asegurar que sea correcta, con informes negativos e invadiendo competencias, al menos, en siete artículos”.  

La diputada de Más Madrid Alicia Torija también ha sido contundente con la polémica ley. “En esta ley se ha dejado fuera a las personas que hacen posible la protección del patrimonio”, ha indicado. Torija asegura que el texto del PP incumple la Declaración de Davos porque desde 2014 han sorteado su obligación legal de invertir en Patrimonio el 1% de cada obra pública. “Es una chapuza de ley. Han roto el reloj porque el patrimonio no les importa nada. Una ley aprobada sin consenso no es una ley. Esto no acaba con esta votación”, ha advertido Torija. 

Por el PP, Pedro Corral se ha felicitado por su aprobación. “Veo a los grupos de la izquierda un poco enfadados”, ha apreciado. “Esta ley protege y conserva el patrimonio”, ha dicho Corral. El PP ha aceptado las enmiendas propuestas por Vox en su totalidad, pero no las del resto de los grupos. Entre otros argumentos, ha acusado de exceso de “patrimonialismo” a la diputada del Unidas Podemos.

Carolina Alonso, diputada también de Unidas Podemos, ha repasado los edificios históricos que están en peligro de destrucción por presiones inmobiliarias. “La ley está plagada de deficiencias y no establece criterios claros para distinguir los Bienes de Interés Cultural, no recoge la arqueología preventiva, ha borrado a la ciudadanía, confunde el patrimonio inmaterial con el etnográfico y un largo etcétera. Es una ley inasumible. No es serio cómo se ha tramitado esta ley y sin tiempo para poder ser estudiado y debatido por los grupos. Una vergüenza teniendo en cuenta que venimos de una ley declarada inconstitucional”, ha declarado Alonso. 

El diputado Gonzalo Babé, de Vox, ha aclarado: “Esta no es nuestra ley”. El partido de ultraderecha prefiere que solo exista una sola norma y no 17 regulaciones distintas porque “es ineficiente para la mejor protección del patrimonio en España”. Gracias a sus votos, el texto ha salido adelante. De paso, ha reclamado a la Consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, que declare el Valle de Cuelgamuros como Bien de Interés Cultural. 

Tres leyes de última hora

La oposición ha denunciado la falta de compromiso del PP con el rigor que merece una ley tan delicada y decisiva para el legado histórico y artístico de la Comunidad de Madrid. El trámite se ha acelerado y las escasas dos comparecencias de expertos que ha recibido la Comisión de Cultura se realizaron después del turno de las enmiendas, dejando estas intervenciones en anécdota, a pesar de que se denunciaron las graves intromisiones en competencias estatales que se incluyen en el nuevo articulado. Esta urgencia se ha repetido con el trámite de otras dos leyes culturales, la de Archivos y la del Libro, que también se han aprobado de una tacada este jueves.

Serigne Mbaye Diouf, diputado de Unidas Podemos, lamenta que el PP haya forzado los plazos. “Nos han traído tres leyes al final de la legislatura para compensar el tiempo perdido. Son propuestas electoralistas”, ha dicho. Como el resto de la oposición, el diputado de Unidas Podemos ha lamentado la falta de consenso y de dedicación a estas leyes. 

El diputado Babé de Vox también ha criticado la maniobra. “Le dije a la Consejera de Cultura que había que tener más respeto con los ciudadanos ante las prisas y para cerrar las ponencias a tiempo”, ha dicho. “Pero hemos abordado el proceso con lealtad”, ha añadido el diputado de Vox. 

Torija ha calificado la forma de tramitar las tres leyes de “furor legislativo descabezado”. Y ha destacado la ausencia de trabajo común entre los grupos políticos y la falta de escucha a la sociedad civil. “Ha sido una carrera de autos locos, en la que se ha practicado el acoso, una palabra dura”, ha dicho Torija, que ha aclarado que el PP no ha buscado el consenso porque no era necesario para aprobar estas leyes. 

Ante un hemiciclo vacío, María Isabel Redondo, diputada del PP, ha felicitado el apoyo de Isabel Díaz Ayuso a la cultura. “Aquí está la apuesta legislativa cultural del PP”, ha explicado Redondo. Ha recordado que en el trámite de la Ley de Archivos el PP ha admitido un tercio de las enmiendas presentadas, pero manteniendo en todo momento “la acera ideológica” del PP, ha puntualizado. El diputado Juan Soler-Espiauba, también del PP, ha calificado de “infantiles” las críticas de la oposición por haber tramitado de urgencia en el último Pleno de la legislatura las tres leyes. 

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