Pedro Sánchez aceptó finalmente reunirse con Isabel Díaz Ayuso ante la alarmante expansión del coronavirus en la Comunidad de Madrid. Moncloa había descartado intervenir en línea con la decisión política de dejar toda la gestión de la pandemia en manos de las comunidades adoptada tras levantarse el estado de alarma –antes de tiempo a juicio del Ejecutivo, que quería mantenerlo unas semanas más, pero que chocó con la negativa del PP y de otros partidos que pusieron cuesta arriba la aprobación de las últimas prórrogas y casi imposible, la definitiva–. Pero el descontrol en la región ha obligado a Sánchez a modificar ligeramente su posición y a sentarse con la presidenta madrileña –es el único encuentro bilateral que ha tenido– con el afán de “colaborar” con el Gobierno regional. El presidente tendió la mano al Ejecutivo regional, pero en sus mensajes se cuidó mucho de aclarar que solo pretende “ayudar” y en ningún caso “juzgar” la gestión de Ayuso. La respuesta de la líder madrileña fue una retahíla de reproches al Gobierno central, al que ha acusado de abandono tan solo unos meses después de haber reclamado el levantamiento del estado de alarma y la asunción plena de las competencias relacionadas con la pandemia.
Moncloa siempre ha sostenido que hay que aparcar la lucha partidista en plena crisis sanitaria y optó como estrategia por dejar en manos de las comunidades la gestión más allá de la coordinación entre administraciones. Pero la preocupación en el Gobierno por el descontrol en la expansión del virus en la Comunidad de Madrid, acrecentada por la incertidumbre provocada la semana pasada por la falta de rumbo a la hora de atajar la situación, obligó a modificar el plan. Fuentes socialistas consultadas por elDiario.es admiten el temor a una pérdida de control y que esta además acabe afectando al Gobierno por mucho que la responsabilidad sea de Ayuso. El propio Sánchez no ocultó a principios de septiembre que las capacidades estratégicas en la región necesitaban mejorar, pero el tono ahora ha cambiado.
El presidente evitó pronunciarse sobre la idoneidad de las medidas adoptadas por el Ejecutivo madrileño –que han criticado los expertos y también los partidos que componen la coalición, PSOE y Unidas Podemos– y tampoco entró en la falta de medios que tiene en este momento la región más rica del país, fruto de años de dejadez de las administraciones del PP en el mantenimiento de los servicios públicos más allá de una tibia alusión: “Para revertir la situación es indudable que tenemos que reforzar todo el esfuerzo que podamos hacer sanitario, que hay que reforzar también los efectivos de rastreo y que tenemos que robustecer la asistencia primaria, que debe ser el primer y gran dique de contención”.
Sánchez se limitó a ofrecer “todos los recursos que sean necesarios para doblegar la curva” a disposición de la Comunidad de Madrid: jurídicos (la posibilidad de decretar el estado de alarma está ahí), rastreadores militares (Ayuso solo reclamó 150 militares, pese a que Defensa podría haber enviado más a la región). El presidente también enumeró los millones que el Gobierno ha conferido a las autonomías a fondo perdido. El acuerdo sellado por Sánchez y Ayuso –que estaba prepactado por sus correspondientes equipos– incluye, además, involucrar a los ayuntamientos de la región, que han denunciado la falta de coordinación con el Ejecutivo regional.
Ayuso denuncia falta de medios en la región más rica mientras anuncia bajadas de impuestos
La falta de recursos fue uno de los argumentos de Ayuso este lunes para justificar la falta de medios en la región. La presidenta madrileña insistió frente a Sánchez –al igual que hizo el pasado viernes– en que es una administración con “recursos limitados” y pedía más fondos al presidente, pese a que hace tan solo una semana que prometió la “mayor rebaja fiscal de la historia” con una bajada del IRPF generalizada que beneficiará a las rentas más altas. Madrid es también una de las regiones que bonifica al 100% el impuesto de Patrimonio por el que deja de recaudar más de 1.000 millones al año, además de otros impuestos como el de sucesiones, que para muchas comunidades supone un dumping fiscal y denuncian competencia “desleal”.
“Madrid sabe lo que tiene que hacer pero le faltan recursos”, afirmó la presidenta madrileña, que aseguró que la escasez de rastreadores –fundamentales para actuar como cortafuegos en la expansión de la COVID-19– o la precaria situación de la atención primaria son “mantras” que se han utilizado como “dardos” contra la región.
El Gobierno central ha transferido ya a la Comunidad de Madrid 1.787,5 millones de euros del fondo estatal de 16.000 millones que el Gobierno repartirá entre las comunidades autónomas para hacer frente a la pandemia y que es a fondo perdido, es decir, ni computa como deuda ni tendrá que devolverse. En total, el Ejecutivo de Díaz Ayuso recibirá de este fondo unos 3.600 millones, reconocen desde la Comunidad de Madrid. Será la región más beneficiada por Hacienda. “Gracias al primer fondo del Gobierno, junto con los recursos de la Comunidad de Madrid, hemos podido hacer contrataciones extraordinarias, pero durante 2021 vamos a seguir teniendo este problema”, anunció Ayuso.
También se descargó de cualquier tipo de responsabilidad sobre la situación de la sanidad pública tras años de recortes y aseguró que el problema es que “en España no hay médicos ni enfermeros”. Lo cierto, es que hay una parte de la afirmación de Díaz Ayuso que es verdad: en España hay déficit de sanitarios, especialmente de médicos de Familia –hace dos años los colegios de médicos de Familia cifraron ese déficit en 2.700 facultativos en todo el país–. Pero también es cierto que la situación en Madrid es particularmente crítica por las condiciones precarias que el Gobierno regional ofrece a los médicos de Familia que terminan su residencia.
En junio, 225 médicos MIR terminaron su residencia en Atención Primaria en Madrid, pero el Ejecutivo de Ayuso solo logró retener a cerca de un centenar, según los datos del sindicato Amyts, el mayoritario de los sanitarios en la región. Del total de especialidades fueron 1.190 médicos, pero la Comunidad de Madrid solo ha contratado a la mitad. La causa de la dificultad del Gobierno regional son las condiciones que los residentes han denunciado como “precarias” con contratos temporales.
Ayuso también reiteró su exigencia de un plan para el aeropuerto de Madrid-Barajas para controlar con PCR a los viajeros en su entrada. Sánchez, que asistió impertérrito, a la retahíla de reproches de la presidenta madrileña, que se ha convertido en su principal ariete durante la pandemia, lo rechazó aduciendo que solo el 0,2% de los casos habían sido importados.
La presidenta madrileña también desechó la invitación a solicitar el estado de alarma con el argumento de que “las alarmas y el confinamiento son la muerte para Madrid”. Lo que sí reclamó fue un plan jurídico para que se puedan cumplir las medidas restrictivas que por el momento ha impuesto en 37 distritos madrileños y que han levantado una ola de protestas por los años de abandono a los servicios públicos en esas zonas, algunas de las más humildes de la región.
Moncloa evita la polémica, pero los partidos llaman a la movilización
En el Gobierno se han tomado al pie de la letra la directriz de no entrar en la confrontación. “Nunca defrauda”, es lo máximo que responde uno de los altos cargos consultados por esta redacción sobre las palabras de Ayuso. “Aquellos que quieran ver confrontación se van ir con las manos vacías, porque aquí estamos para ayudar, para colaborar, porque tenemos un único objetivo que es defender la salud pública de los madrileños y madrileñas, que es también defender la salud pública del conjunto del país”, expresó Sánchez.
Las fuentes consultadas coinciden en que el Gobierno no podía hacer otra cosa más allá de colaborar con la Puerta del Sol, a pesar de los ataques, dada la situación de emergencia que atraviesa la región. También los ministros de Unidas Podemos han mostrado esta vez un silencio que no comparten los partidos que sustentan a la coalición, que sí han culpado directamente a Ayuso y al PP de la situación que atraviesa la Comunidad de Madrid.
Apenas 24 horas antes de la cita de Sánchez y Ayuso, la número dos del PSOE, Adriana Lastra, acusaba a la presidenta madrileña de “incompetencia, falta de coherencia, claridad y seriedad”. En un acto del partido en Alcalá de Henares, se mostraba convencida de que la actitud del PP responde a una estrategia planificada para “trocear, destrozar, depredar la sanidad pública para que al final los ciudadanos tengan que derivarse a la privada”, informaba la Agencia Efe. Y tras la foto de unidad de su jefe de filas con Ayuso, Lastra aludía en un acto en Ferraz a la polémica suscitada en la Comunidad de Madrid al referirse a los “los de los barrios del sur y los de los barrios del norte”: “La derecha dice que tener sueldos más bajos, vivir en casas más pequeñas, padecer el cierre de ambulatorios en plena pandemia, los recortes sanitarios o ir en vagones hacinados, es una forma de vida. Para nosotros se llama discriminación, explotación, irresponsabilidad e injusticia”.
Sánchez evitó en todo momento pronunciarse sobre esas palabras e insistió en la necesidad de abandonar la confrontación –“es una batalla epidemiológica y no ideológica”, afirmó– mientras los socialistas no esconden su indignación en el ámbito del partido. El PSOE, junto con Más Madrid, Podemos, IU y los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, ha llamado a la movilización el próximo domingo 27 de septiembre en contra de las medidas restrictivas aprobadas por el Gobierno madrileño, que consideran “inútiles” y de “claro tinte segregador”. Esas formaciones reclaman un plan que pase por incrementar los rastreadores hasta llegar a los 2.000 que recomiendan los expertos, el refuerzo del transporte público para garantizar que solo viaje una persona por metro cuadrado o reforzar la atención primaria, entre otras. “Madrid es España, cuando uno ve manifestaciones en Tel Aviv piensa en Israel, en su presidente, cuando uno ve manifestaciones en París piensa en Francia, en su Gobierno”, expresó Ayuso a modo de aviso a navegantes.
Los mensajes lanzados por las cuentas oficiales de Podemos y del portavoz parlamentario del grupo confederal, Pablo Echenique, dejan entrever cuanto menos incomodidad en el socio del Ejecutivo por la estrategia trazada por Sánchez cuando la pandemia vuelve a arreciar con fuerza no solo en Madrid, sino en buena parte de España. Fuentes de IU aseguran a elDiario.es que hay malestar en la dirección de la coalición con lo ocurrido este lunes en la sede del Gobierno de Madrid.
El partido que dirige el vicepresidente Pablo Iglesias señalaba en Twitter este lunes por la tarde que “lo más eficaz para enfrentar el virus es el refuerzo de la sanidad, de la educación y del transporte público” y criticaba al “Gobierno Ayuso-Aguado”, al que acusaba de “indecente e irresponsable” al apostar por “la criminalización de la pobreza y la segregación”. Echenique, por su parte, acusaba al Ejecutivo de PP y Ciudadanos de “regalar el dinero de los rastreadores y la atención primaria a sus amigos millonarios”, para pedir ahora “más policía para criminalizar a la gente trabajadora y a las personas migrantes”. Y concluía: “gobiernan gracias a la ultraderecha y eso se nota”.
Otra de las quejas de la presidenta madrileña fue precisamente el déficit de Guardia Civil y Policía Nacional en la comunidad y reclamó agentes para controlar el cumplimiento de las normas además de para hacer frente a lo que considera que son complicaciones asociadas a la pandemia. “El COVID trae necesidades aparejadas, como los problemas de delincuencia, de ocupación, los de los menores no acompañados”, afirmó la líder conservadora, que en la Asamblea de Madrid atribuyó la semana pasada parte de la expansión del coronavirus “entre otras cosas, al modo de vida de nuestra inmigración”.