El discurso de José María Aznar se ha convertido en el plato fuerte de la primera jornada de la convención que el PP celebra en Madrid desde hoy y hasta el domingo. Ante Mariano Rajoy y toda la dirección del partido, el expresidente ha conseguido poner en pie varias veces a los asistentes, cosechar los aplausos más largos y calurosos y ahuyentar el fantasma de la división interna. “Yo no vuelvo de ninguna parte porque nunca me he ido a ninguna parte”, ha clamado ante un auditorio entregado.
Aznar ha bromeado con las lecturas sobre su participación en esta convención, a diferencia de lo que ocurrió hace ahora un año en la celebrada en Valladolid. “Muchos escribieron 'Aznar vuelve' y yo me preguntaba '¿De dónde? ¿A dónde me había ido yo?”, ha bromeado. Su respuesta de que no puede volver porque nunca se ha ido ha sido recibida con sonrisas de tranquilidad y vítores: “Estoy aquí, con vosotros”.
El expresidente ha conseguido además poner en el centro de su discurso a las víctimas del terrorismo, un día antes de que una parte se concentre contra “las traiciones” que achacan al Gobierno de Rajoy. Con un emocionado recuerdo a Gregorio Ordóñez “y a los otros muchos que siguieron”, incluyéndose él mismo, ha llamado a la condena de “cómplices y asesinos que sobraban en el pasado y siguen sobrando ahora”.
Como suele suceder siempre que habla, ha reservado varios recados para Rajoy. Entre ellos, que se necesita “más PP y no menos” y que es vital “que se note” su presencia para demostrar que la crisis institucional y económica va a superarse “con el PP y no a costa del PP”. “¿Aspira realmente el PP a ganar las elecciones?” ha preguntado a un auditorio en el que se oyeron algunos síes. “Pues para empezar no despreciemos el desánimo de algunos o los enfados de otros. Vamos a decir con claridad que queremos ganar”.
“Yo respondo de mis actos”
Como si la corrupción del PP le fuera completamente ajena, Aznar ha definido el problema como “un cáncer que no podemos tolerar”. A salvo de cualquier acusación de las que Luis Bárcenas dispara contra la actual dirección del PP y del Gobierno, el responsable de FAES ha llamado a que cada uno responda de sus actos. “Yo respondo de los míos, desde el primero hasta el último”.
No ha habido más concreción que el llamamiento genérico a “lamentar decepciones y asumir errores”. El peligro, ha señalado, es que otros partidos saquen ventaja, en clara referencia a Podemos: “Tenemos que separar a los que quieren acabar con la corrupción de los que, con esa coartada, quieren acabar con el sistema democrático”. El expresidente ha asegurado que el populismo “es hijo de la antipolítica” y hay que luchar contra él sin caer en el uso de una estrategia del miedo.
“No se trata de apelar al miedo, nunca lo hemos hecho, se trata de apelar a la confianza de los españoles”, ha aconsejado. Para ello, ha llamado a “sumar” y a volcarse en las calles para convencer a los ciudadanos de que solo el PP tiene “un proyecto creíble” para España“. Al otro lado, una izquierda ”dividida en tres: los que han decidido hundir su barco, los que están en la inopia y los populistas a los que se les cayó el muro de Berlín y a algunos les van a caer ahora los cascotes del muro del chavismo“.