Aznar se defiende 20 años después de las mentiras del 11M: “Ningún documento afirmó la responsabilidad yihadista”
Dos décadas después de la riada de mentiras sobre el atentado del 11 de marzo de 2004 que se llevó por delante al Gobierno del PP, el expresidente José María Aznar ha intentado defender este lunes la gestión que él, sus ministros y su partido hicieron los días posteriores al ataque que costó la vida a 192 personas. “Nunca, jamás llegó a manos del Gobierno ningún documento oficial que descartase definitivamente la autoría etarra y afirmara sin titubeos la responsabilidad yihadista”, afirma una nota de la fundación Faes remitida esta mañana a los medios.
Aznar utiliza la fundación que preside, y que recibe fondos públicos, para acusar a todos los demás de mentir. “Podemos lamentar que lo polémico prime sobre lo institucional; el espíritu de división sobre la concordia; la manipulación mendaz sobre la crítica rigurosa”, asegura la larga nota que intenta exculpar al expresidente del PP, que acusa a “ciertas terminales mediáticas de la izquierda” de buscar el “calentamiento” de la luctuosa efeméride para “tapar vergüenzas rigurosamente actuales”.
“Ni callamos hechos ciertos ni aceptamos mentiras reiteradas”, apunta Faes en la nota que intenta ocultar la gestión del Gobierno de Aznar en aquellos días. “Ni al Gobierno de entonces le constaban las evidencias que se le reprocha ocultar; ni en su actuación dejó de atender a los indicios de que disponía en cada momento”, asegura la fundación.
Aznar busca parapetarse en las reacciones políticas y mediáticas iniciales en un país acostumbrado a despertarse de forma habitual con noticias de un nuevo atentado de ETA. Faes cita las primeras noticias de la cadena Ser, o las reacciones del por entonces candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, de quien era 'lehendakari', Juan José Ibarretxe, de ERC o de IU.
Faes reconoce que desde primera hora del día del atentado, cuando ni siquiera se sabía el número de víctimas, Aznar ya convocó al líder de la oposición para la manifestación de esa misma tarde bajo el lema “Por las víctimas. Con la Constitución. Por la derrota del terrorismo”. Según la fundación del expresidente, ese mismo día “responsables de las Fuerzas de Seguridad del Estado reunidos en el Ministerio del Interior informan al ministro de que el explosivo utilizado es Titadyn y que se ha empleado cordón detonador, lo que señala el modus operandi de ETA”. Y por la tarde, “el CNI hace llegar al gobierno una nota que analiza con detalle los elementos conocidos hasta entonces, para atribuir la autoría a ETA”.
La organización que lidera Aznar asume también que ese mismo día 11 se encontró la furgoneta Kangoo en Alcalá de Henares (Madrid), con detonadores y “una cinta en árabe”. “Es cierto que abre una nueva línea de investigación”, sostiene la nota, que obvia que en todas las comparecencias de ese día y posteriores los responsables del Gobierno, desde el ministro del Interior, Ángel Acebes, al portavoz, Eduardo Zaplana, defendieron una y otra vez que la autora de la masacre era ETA. El candidato del PP a las elecciones del día 14 y secretario general del partido, Marian Rajoy, dijo en una entrevista en El Mundo en la jornada de reflexión: “Tengo la convicción moral de que fue ETA”.
Faes reconoce: “El presidente vuelve a hablar con los medios para informar acerca del descubrimiento de la furgoneta y la valoración que se daba al hecho: el de abrir una nueva línea, manteniéndose la pista de ETA como prioritaria”.
La fundación continúa con su relato, según el cual la aparición de la mochila de Vallecas [llena de explosivos y que no detonó por un fallo en el montaje], y cuyo contenido llevó a las primeras detenciones, tampoco hizo cambiar de criterio a los servicios de inteligencia del Estado: “En ese momento, el director del CNI seguía sin dar credibilidad a la reivindicación yihadista”. El día anterior, un medio británico publicó la primera nota en la que el terrorismo islamista internacional se declaraba autor de la matanza.
Faes concluye: “Veinte años después, reiteramos que aquel Gobierno no ignoró ningún informe policial o de inteligencia que contradijese su actitud o su política de comunicación durante aquellas jornadas. La dirección del CNI desmintió en su día informaciones que le atribuían, ya para el jueves 11 o el viernes 12, un conocimiento sólido de la pista islámica. Nunca, jamás llegó a manos del Gobierno ningún documento oficial que descartase definitivamente la autoría etarra y afirmara sin titubeos la responsabilidad yihadista”.
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