Isabel Díaz Ayuso colocó a Toni Cantó al frente de la entonces flamante Oficina del Español en junio de 2021. Lo hizo tras su frustrado intento de ir en las listas del PP en la Comunidad de Madrid en las últimas autonómicas y a pesar de que no tenía ninguna formación específica en la materia. Cantó es actor y lleva más de una década en política vinculado a tres partidos diferentes. El puesto en ese organismo creado ad hoc para él y sin unas funciones claras le ha procurado un salario anual de 75.000 euros. Esta semana, catorce meses después de su nombramiento, anunció su dimisión con un mensaje en el que omitía su fichaje por la cadena de televisión 7NN, próxima a la extrema derecha. La experiencia en la Oficina del Español había sido “inolvidable”, según sus palabras.
El organismo se estrenó con polémica y no ha dejado de estar en el punto de mira de la oposición de Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid. Estas formaciones han cuestionado su carácter “superfluo” y lo han calificado unánimemente de “chiringuito”. Han cuestionado, además, que compita en la promoción de la lengua con otros organismos de ámbito estatal ya existentes y de gran trayectoria como la Real Academia Española o el Instituto Cervantes, o que busque el “enfrentamiento” con otros territorios por el empeño de la presidenta regional en la cruzada contra el “indigenismo”.
“El chiringuito es lo que ves, soy yo. No hay otra estructura que yo”, ironizó el propio Cantó en una entrevista tras la polvareda levantada por su nombramiento. Lo cierto es que el organismo mantiene únicamente a dos funcionarios en plantilla, según publicó El País, y carece de presupuesto propio. Las cuentas autonómicas únicamente recogen el presupuesto global de la Dirección General de Patrimonio de la que depende. Los fondos de los que dispone realmente son, por tanto, una incógnita. Antes de recalar en el PP, cuando ocupaba cargos en UPyD y Ciudadanos, el exactor no escatimaba en críticas a supuestos gastos superfluos que generan, a su juicio, entidades como el Instituto de la Mujer, el Ministerio de Igualdad, el Servicio Andaluz de Empleo, TV3 o la Dirección General de Derechos de los Animales.
La oposición ha llegado a decir que la Oficina del Español era un “premio de consolación” para Cantó que, tras abandonar Ciudadanos, fue expulsado de las listas electorales de los conservadores por el Tribunal Constitucional por no haber estado empadronado en Madrid antes de la convocatoria electoral. La llegada del actor al PP había sido abrupta, pues fue una imposición del entonces secretario general del partido, Teodoro García Egea, a la presidenta madrileña. Tras las elecciones, Ayuso le encontró un destino fuera de la primera línea, pero nada mal remunerado.
Hasta que haya un nuevo nombramiento será la consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, la que asuma las funciones de la Oficina del Español. Este viernes, Más Madrid registró una batería de preguntas en la Asamblea de Madrid para conocer si habrá continuidad en el ente, así como los planes previstos para el próximo curso. Además, el principal grupo de la oposición pidió las comparecencias de Cantó y Rivera. Unidas Podemos, por su parte, solicitó directamente a Ayuso el cierre de lo que califican como un “sumidero de dinero público”.
Hispanidad y turismo idiomático
Cuando, hace un año, fue llamado a comparecer en la Asamblea de Madrid para que diera cuenta de su labor al frente de esta entidad, Cantó centró su intervención en defender sus dos grandes objetivos: la glorificación de la Hispanidad y la promoción de Madrid como destino para aprender español a través del llamado turismo idiomático.
La importancia de dar la batalla cultural en defensa del legado español de hace cinco siglos en contra de los movimientos revisionistas es un planteamiento que Ayuso ha desplegado en otras ocasiones y que, según la izquierda autonómica, es la expresión de una “ideología beligerante” que propicia el enfrentamiento con algunas regiones de España y América Latina.
Sobre esta cuestión, Cantó llegó a decir en sede parlamentaria que la conquista de América liberó a miles de personas de un poder “salvaje y caníbal”. De hecho, en el Ejecutivo regional citan el festival “Hispanidad”, que coincide con la Festividad del 12 de Octubre, como la “gran acción” que ha desarrollado hasta el momento la Oficina del Español. Su primera edición, celebrada el año pasado, tuvo un presupuesto de 850.000 euros. Y la propia Comunidad destacó como sus eventos más significativos el concierto de Ana Mena, Omar Montes y Yotuel y una corrida de toros. En casi un centenar de actividades entre conciertos, conferencias o exposiciones no hubo ni rastro de las culturas indígenas. El Ejecutivo regional está ultimando ahora la celebración de este año para el próximo octubre.
En esa primera comparecencia parlamentaria, Cantó explicó también que entre el 80 y el 90% de su trabajo iba a estar encaminado a situar Madrid como un destino preferente para estudiantes extranjeros. El pasado mayo, en otra intervención en la Asamblea reconoció que detrás de ese interés había sobre todo “una razón económica” porque los estudiantes de español que acuden a Madrid suelen permanecer “durante más tiempo que el turismo habitual y, además, se gastan casi el doble de sus recursos”, aseguró.
Esa voluntad se ha sustanciado en un convenio con la Federación Española de Escuelas de Español como Lengua Extranjera (FEDELE), la patronal de las academias. Cantó dejó caer en la Asamblea que la Oficina del Español había recibido dinero público para financiar su asistencia a ferias educativas internacionales. No especificó la cantidad de fondos recibidos. Con este mismo objetivo la Comunidad invitó el pasado abril a más de veinte agentes turísticos de más de una decena de países. “Estos agentes son los que deciden a qué países van a ir los estudiantes de español, y nosotros pudimos mostrarles durante un fin de semana que no hay mejor destino que Madrid”, detalló Cantó. Visitaron las academias de FEDELE, pasearon por el Prado y “comprobaron que tenemos la mejor gastronomía del mundo”, añadió.
Detrás de estas iniciativas está el objetivo de relanzar la enseñanza del español, un suculento negocio que, antes de la pandemia, dejaba 30 millones de euros anuales en la Comunidad. De hecho, la agenda pública de Cantó recoge abundantes citas con representantes de universidades, editoriales y empresarios de este sector fijadas bajo el asunto “tratar temas sobre economía e idioma español”.