Norte y sur, este y oeste, centro y periferia o costa e interior pueden marcar las fronteras invisibles de una ciudad. Muchas veces, esos límites no solo señalan las desigualdades económicas sino también políticas. Vivir en un barrio rico o pobre influye de manera determinante en las probabilidades de que una persona acuda a votar a su colegio electoral o se quede en casa en unas elecciones generales.
Por ejemplo, una brecha de casi 90.000 euros de ingresos por hogar separa al barrio de 'las 3.000 Viviendas' en Sevilla, el segundo más empobrecido de España, y El Viso en Madrid, el más rico. La desigualdad económica también se convierte en desigualdad electoral: en el primero, el 55% de los residentes no acudieron a votar en las elecciones generales de 2016; en el segundo, el 18%.
¿Una casualidad? Los datos analizados por eldiario.es muestran que los barrios con menos renta se abstuvieron el doble en las elecciones generales de 2016 que las zonas más acomodadas en las 16 mayores ciudades españolas. Mientras que la abstención alcanzó el 42% en los barrios con una renta media por debajo de los 20.000 euros, solo el 20% de los residentes de las zonas con ingresos superiores a los 50.000 euros renunciaron a votar.
Este es el resultado del análisis de eldiario.es de los datos del proyecto estadístico Urban Audit, publicados por el Instituto Nacional de Estadística, y los resultados electorales de las elecciones generales del 26J. Ver metodología
“Esto no es nuevo, siempre ha habido agujeros negros electorales que han sido los barrios más pobres”, explica Braulio Gómez, doctor en Ciencia Política de la Universidad de Deusto y autor de varios trabajos sobre la relación entre abstención y renta. “Si en tu casa no tienes la nevera en condiciones para mantener tu vida cotidiana, es más difícil que tengas ese tiempo para buscar información política”, comenta Gómez.
La tendencia se repite en los 16 municipios más poblados de España: cuanto más pobre es el barrio, más se abstuvieron sus residentes en las elecciones generales de 2016. Sin embargo, este fenómeno se agrava en las ciudades con mayor brecha entre barrios humildes y zonas acomodadas. Es decir, áreas metropolitanas más desiguales.
Pero, ¿por qué los residentes de barrios como El Raval (Barcelona), San Cristóbal (Madrid), Los Pajaritos (Sevilla) o Palma-Palmilla (Málaga) acuden menos a votar? Los expertos lo achacan a un alejamiento total de la política y una sensación de exclusión por su situación económica.
“Es un tipo de cultura que es lejana a ellos, que no les representa no participan porque no es su juego político”, argumenta Miguel Alhambra, sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid y autor de un estudio académico sobre desigualdad social y abstención electoral en Madrid y Barcelona. “Es un efecto de la propia desigualdad: si para tener voz y voto tienes que tener capital cultural, al final te callas”, comenta.
'Las 3.000 Viviendas' y la zona de Juan XXIII en Alicante son los barrios que más se callaron en las elecciones del 26J. Alrededor de la mitad de los residentes decidieron no ejercer su derecho al voto en 2016. “Aunque realmente digamos que no hace falta gran cosa (para votar), coger tu DNI y acercarte al colegio electoral, algo que nos parece sencillo, no lo es para muchas personas”, explica la doctora en psicología social Cristina Cuenca.
Para Cuenca, es complicado decir “que vaya a votar” a una persona que esté en “una situación de desempleo cronificado, una familia afectada porque el padre o la madre tenga un problema de adicción o una persona sin hogar”.
Pero, ¿cómo y a qué partidos votan los barrios de renta más bajas y mayores problemas derivados de esta desigualdad? Para comprobarlo, analizamos los datos de 509 barrios de las mayores ciudades españolas.
Los investigadores alertan de las consecuencias políticas de la segregación entre barrios humildes de baja participación y zonas acomodadas con alta participación. “Es un pez que se muerde la cola: como no votan, los políticos no se interesan por ellos, ellos no se sienten escuchados y vuelven a abstenerse en las siguientes elecciones”, argumenta Manuel Trujillo, investigador del Instituto de Estudios Sociales del CSIC.
Precisamente, el estudio Urnas Vacías en los suburbios de las ciudades, realizado por Trujillo y Braulio Gómez para el Observatorio Social de La Caixa, identificó una correlación “altísima” entre vivir en una zona caracterizada por la carencia de todo tipo de recursos y la abstención electoral en las municipales de 2015.
“A nivel electoral, cuando se agudiza este fenómeno, la izquierda pierde muchísimos votos”, afirma Trujillo, que pone como ejemplo las pasadas elecciones autonómicas en Andalucía. Tal y como publicó eldiario.es, la abstención se disparó el 2D en los barrios más pobres de Sevilla, Málaga y Córdoba, donde Podemos y sobre todo el PSOE tenían más poder electoral.
Los datos de las generales del 26J, en 2016, también señalan esta tendencia: los partidos de izquierda son mucho más fuertes en los suburbios de las grandes ciudades y las candidaturas de derecha consiguen más votos en las zonas más ricas. Un voto de clase que se agudiza en los extremos: la izquierda promedia el 67% de las papeletas en los barrios que ingresan menos de 20.000 euros y la derecha se lleva el 74% de los sufragios en las zonas con una renta media superior a los 50.000 euros por hogar.
Manuel Buñuel, politólogo e investigador de la relación entre abstención y renta en la ciudad de Sevilla, asegura que existe una sensación en las zonas más marginadas de que la clase política solo va a esos barrios durante la campaña electoral y que después están “cuatro años sin aparecer”. “Se ha luchado tanto tiempo para que el voto se ampliara a más capas de la población y los que más lucharon por ampliarlo son los que más se abstienen actualmente”, reflexiona Buñuel.
Un fenómeno que apenas ha variado con el surgimiento de formaciones políticas como Podemos o Ciudadanos, según concluye el estudio Urnas Vacías. “Esto genera una concentración de poder político: si los ricos siempre votan, tendrán más poder en sus manos para que se tengan en cuenta sus intereses”, explica el investigador Braulio Gómez.
La renta media de los diez barrios que más se abstuvieron en las generales de 2016 era de 19.000 euros por hogar. Entre los diez que más participaron, la cifra sube hasta los 68.000. Para Manuel Trujillo, “esto se acaba convirtiendo en un déficit democrático porque hay cierta población que no se siente representada y que no acaba siendo escuchada”.
Más de una treintena de barrios de las grandes áreas urbanas registraron porcentajes de abstención por encima del 40% de los residentes en 2016. Si resides en alguna de las 16 mayores ciudades españolas, puedes buscar tu barrio.
Para contextualizar la desigualdad política de las ciudades españolas, analizamos los datos de abstención y renta media en los barrios que representan el 20% más rico y el 20% más pobre de diez de las mayores áreas urbanas en España. Haz click en alguna de las siguientes ciudades para leer cada apartado.
1. La segregación económica de Barcelona
Tres factores unen a los barrios de El Raval, El Besòs, el Maresme y Nou Barris. Son los barrios que más se abstienen, más empobrecidos y con mayor población extranjera de Barcelona. Frente a ellos, el distrito de Sarrià-Sant Gervasi agrupa las zonas de mayor renta, menor abstención y más población nativa.
Una segregación económica, racial y social que divide a Barcelona entre la ciudad de Convergencia y PP frente a la de En Comú y el PSOE.
2. Las Mil Quinientas viviendas de Gijón
En 1953, el Instituto Nacional de la Vivienda recibe el encargo de realizar un proyecto para alojar a los obreros que procedían del ámbito rural de Gijón en el Pumarín. Así es como se desarrollaron las Mil Quinientas viviendas que transformaron el barrio en una zona obrera. Todavía hoy, el Pumarín es la segunda zona más pobre de Gijón (23.591€) y en la que más se abstuvieron sus votantes (33,7%).
La zona residencial de urbanizaciones de Las Mestas es la más rica y también la que más participación registró en las elecciones del 26J.
3. Vivir al lado del Guggenheim en Bilbao
Más de 20.000 euros conforman la brecha entre Abando, el distrito más rico y que más participa de la ciudad de Bilbao, y el resto de zonas de la ciudad. “En Bilbao hay una alta desigualdad pero no llega a los niveles que se llegan en Sevilla, Málaga o Badajoz aunque dentro de Euskadi sí que llama la atención”, afirma Braulio Gómez, doctor en Ciencia Política de la Universidad de Deusto.
La desigualdad de Bilbao se manifiesta entre los que viven al lado del Guggenheim, que apenas se abstienen y votan principalmente a PP y PNV, y la zona sur de Errekalde, la más pobre donde Unidos Podemos fue el más votado en 2016.
4. Urnas vacías en 'las 3.000 Viviendas'
La abstención consiguió la mayoría absoluta en 'las 3.000 Viviendas' de Sevilla en las elecciones generales de 2016. El 55% de los votantes decidió abstenerse en un barrio en el que PSOE y UP se llevan el casi el 80% de los votos. Frente a ellos, menos del 20% de los votantes se abstuvieron en el barrio más rico de Sevilla, Santa Clara, donde PP y Cs son opciones mayoritarias.
“Si lo que se lleva al debate es lo que opina un votante de los Remedios o de Triana, no se van a tener en cuenta los problemas de las 3.000 Viviendas”, afirma el politólogo Manuel Buñuel.
5. Las barriadas de Las Palmas, carne de abstención
La brecha económica entre el barrio que más se abstuvo en las elecciones de 2016, las barriadas de la Vega de San José, y el que más participó, la céntrica zona de Arenales-Lugo, es de casi 20.000 euros por hogar. Una diferencia que señala la desigualdad entre el centro histórico construido alrededor del Puerto de Las Palmas y las barriadas periféricas del sur, asentadas en pendiente sobre la ladera de la montaña.
6. Madrid, una brecha de norte a sur
La capital madrileña presenta los mayores índices de desigualdad de las grandes ciudades españolas, una brecha que se dibuja de sur a norte. Los barrios más pobres del sur, como San Cristóbal (Villaverde) o San Diego (Puente de Vallecas), se abstienen casi el triple que las lujosas zonas más ricas del norte como El Viso (Chamartín) o Piovera (Hortaleza).
Un mapa que dibuja los feudos del PP que siempre votan en las generales frente a los dominios abstencionistas de Unidos Podemos y el PSOE.
7. Centro frente a periferia en Valencia
Los residentes del lujoso barrio de El Pla del Remei, en el centro de Valencia, fueron los más entusiastas de las elecciones del 26J. Con solo un 14% de abstención, es el barrio que más participó de las grandes ciudades españolas. Casualmente, es el más rico de la capital y la zona en la que el PP consiguió más porcentaje de voto (61%).
Los mayores índices de abstención se concentran en los barrios pobres de las zonas periféricas como En Corts, El Grau o Tres Forques - La Fontsanta.
8. El sur obrero se abstiene en Córdoba
Más de la mitad del suelo en el barrio de El Naranjo-Brillante, el más rico de Córdoba, está destinado a urbanizaciones, chalets y viviendas unifamiliares. En el Sector Sur, el más pobre de la capital de provincia, las zonas industriales y comerciales acaparan la mitad del suelo, según los datos del INE.
Casi 20 puntos separan los niveles de abstención de ambos barrios en las generales de 2016.
9. La frontera invisible de Zaragoza
Apenas 3 kilómetros separan las urbanizaciones con piscina de Casablanca, en Zaragoza, con el barrio obrero de Delicias. Aunque no tienen una frontera física, sí existe una simbólica que los separa: los hogares de Casablanca ingresan 30.000 euros más y se abstienen casi la mitad que sus vecinos de Delicias.
Una brecha que se traslada a la perspectiva de voto de los principales partidos. PP y Ciudadanos son mayoría en Casablanca, el barrio más rico de la capital aragonesa, y PSOE y Unidos Podemos son primera fuerza en el más pobre, Delicias.
10. Astilleros frente a centro histórico en Vigo
El barrio de Teis en Vigo, el más pobre de la ciudad gallega, fue el que registró el mayor porcentaje de abstención (32%) el 26J. Los principales astilleros de la ciudad y gran parte del puerto comercial señalan un barrio de marcado perfil obrero e industrial donde la candidatura de En Marea fue primera fuerza.
Una zona que se contrapone al centro histórico de Vigo, el barrio más rico de la ciudad gallega, el que más participó (un 26%). El PP fue el partido más votado.