Silvio Berlusconi ya es historia. El Senado italiano decidió el miércoles la retirada del escaño en la Cámara Alta al exprimer ministro por su condena en firme a cuatro años de prisión por fraude fiscal impuesta el 1 de agosto por el Tribunal Supremo de Italia en el caso Mediaset.
El pleno de la Cámara Alta rechazó las nueve propuestas presentadas por varios senadores para que no se le aplicara a Berlusconi la llamada “ley Severino” del Gobierno de Mario Monti, que establece la expulsión del Parlamento de los condenados a penas superiores a dos años de cárcel.
Berlusconi, tras dos décadas de carrera política, no podrá presentarse en seis años a los comicios. El empresario tiene en la actualidad 77 años y su regreso a la cámara se produciría con 83.
Siempre confusa y caótica, la política italiana ofrece otro ejemplo poco habitual en otros países. El político más importante de Italia en los últimos 15 años ha sido expulsado del Parlamento, pero al mismo la coalición que dirigió en las últimas elecciones encabeza ahora todos los sondeos de opinión. Sin embargo, un nutrido de grupo de los diputados que fueron elegidos en sus listas han abandonado el grupo parlamentario, encabezados por Angelo Alfano, ministro del Gobierno de Enrico Letta y hasta hace sólo unas semanas el número dos del partido.
Berlusconi amenazó con hacer caer al Gobierno si el Parlamento se atrevía a aplicar la ley y le imponía la sanción. Alfaro se negó a seguir sus pasos, abortó una moción de censura contra Letta y finalmente abandonó las filas de Forza Italia.
“Un día de luto” para la democracia
Durante la votación, el exprimer ministro ha congregado a sus seguidores ante su céntrica residencia romana, el Palacio Grazioli. Entre vítores de sus partidarios, Berlusconi ha afirmado que hoy es un día “amargo”, de “luto” para la democracia.
“Más allá de la conmoción, que creo no es solo mía, sino por vuestras miradas, creo que es también vuestra, estamos aquí en un día amargo, un día de luto para la democracia”, ha dicho el político y empresario en la multitudinaria concentración. Berlusconi ha asegurado que su salida del Senado no implica un abandono de la política y se ha comparado con el líder del Movimiento 5 Estrellas, Beppe Grillo, que no es parlamentario.
Hablando de sí mismo en primera persona del plural, Berlusconi prometió seguir en la pelea: “No nos retiraremos a un convento. Estamos aquí y vamos a quedarnos”.
Sus fieles enarbolaban banderas de Forza Italia y pancartas de apoyo, algunas con mensajes tan inauditos como una en la que se le definía como “preso político” con las palabras “Brigadas Rojas”, una imagen que recordaba a la que el grupo terrorista difundió durante el secuestro de Aldo Moro.
Il Giornale, el diario propiedad de Berlusconi, abre a esta hora su web con un banner anunciando el fin de la libertad en Italia, cuya imagen ha tuiteado en su cuenta oficial. Su titular de apertura tras conocerse la expulsión de Berlusconi del Senado, “la destrucción de la democracia”, incluye una advertencia “pero no termina así”.