El servicio de alquiler de bicicletas públicas de Madrid funciona mal. Escasez de bicicletas, anclajes averiados, pantallas pirateadas y sistemas de GPS inservibles son los principales defectos que denuncian los usuarios. El Ayuntamiento de Madrid se reunió, por un lado, con la empresa concesionaria de este servicio, Bonopark, y, por otro, con miembros del activismo ciclista para evaluar las principales trabas que tienen los ciudadanos al utilizar el servicio y reparar BiciMAD. En el primer encuentro, la concesionaria reconoció no cumplir con los indicadores establecidos en el pliego de contratación de uno de los contratos integrales que selló la anterior alcaldesa, Ana Botella.
Bonopark reconoció durante el encuentro que los GPS que tienen las bicicletas no funcionan, por lo que son ilocalizables para el sistema, y que las cámaras de seguridad para prevenir el vandalismo no están en uso porque no cumplen la normativa legal de la videovigilancia. Por su parte, el Ayuntamiento ha asegurado que en septiembre se pondrán en funcionamiento 1.000 bicicletas más con nuevos GPS y que la concesionaria mejorará la calidad y cantidad de datos públicos en tiempo real para los usuarios a través de su aplicación.
En estos momentos, BiciMAD pone al servicio de los ciudadanos unas 1.600 bicicletas (aunque la mitad están averiadas), 3.126 anclajes y 154 estaciones dispersas por la ciudad. Según los usuarios, encontrar este verano una bicicleta disponible en Madrid es casi misión imposible y, además, la aplicación que indica qué disponibilidad hay de las mismas no siempre acierta con sus predicciones.
Pese a los fallos del sistema de alquiler, la demanda no deja de crecer. Por eso, el Ayuntamiento de Madrid y Bonopark se han comprometido a mejorar el servicio al añadir 1.000 vehículos más a la flota maltrecha y reparar los sistemas de anclaje y de software. Los detalles de estas nuevas mejoras técnicas no los conocemos. eldiario.es se ha dirigido a la empresa concesionaria pero esta le ha remitido a lo anunciado por el Consistorio de la capital y a esperar hasta que se generen nuevas informaciones “quizá más adelante”.
Hasta que llegue ese momento, estos son algunos de los consejos que circulan por las redes sociales para conseguir una bicicleta en pleno verano: no intentar ir a una base que tenga solo dos o tres bicicletas en verde porque posiblemente tengan algún problema; no hacer operaciones que impliquen introducir la tarjeta en el tótem (el dispositivo físico que controla cada estación y permite interactuar con el sistema) ya es probable que te quedes sin ella; evitar llamar para solicitar desbloquear una bicicleta en hora punta, pues pocas veces atienden al momento; y, finalmente, tirar de la bicicleta hacia arriba para lograr que deje de estar desbloqueada (luz roja) y pase a estar disponible (luz verde).
Los indicadores de calidad no se cumplen
La empresa concesionaria del servicio de bicicletas de alquiler de Madrid, Bonopark, aceptó el pliego de prescripciones técnicas que redactó el anterior Consistorio. En él se definen siete indicadores de calidad que determinan el buen funcionamiento del servicio. La mayoría de ellos no se cumplen.
El primer indicador que no cumple Bonopark es el de la presencia de bicicletas en el sistema. Una plataforma en la que faltan el 50% de bicicletas difícilmente va a garantizar la disponibilidad de vehículos para todos los usuarios. Según datos aportados por el portal enbicipormadrid.es, se calcula que se realizan 12.000 viajes diarios con tan solo 1.000 bicicletas. Esto significa que cada bici tiene una media de 12 usos diarios cuando en las plataformas de Sevilla o Barcelona la media es de 7 viajes por bicicleta y día.
El segundo indicador, el del funcionamiento de los puntos de origen, calcula la posibilidad que tienen los usuarios de coger una bici cuando llegan a una de las estaciones. Una de las quejas principales de todos los consumidores es que tienen que ir de unas estaciones a otras en busca de un vehículo libre.
El funcionamiento de las estaciones de destino es el tercer indicador de calidad. Encontrar aparcamiento para los vehículos suele ser menos costoso si se tiene en cuenta que la mitad de la flota está en talleres y muchas bicicletas están perdidas.
El número de incidencias detectadas y denunciadas por los usuarios definen el cuarto indicador de calidad. Según el portal enbicipormadrid.es, solo en el mes de julio se registraron 17.000 quejas por el servicio de BiciMAD. Por primera vez en mucho tiempo, las incidencias por el servicio de limpieza pasaron a ocupar el segundo lugar.
Uno de los obstáculos a los que se enfrenta este cuarto indicador es que la gente ha dejado de notificar los fallos mecánicos de las bicicletas por miedo a que el tótem se trague sus tarjetas de usuario. De esta manera, es muy complicado obtener datos reales sobre el medidor de calidad y también saber qué bicis necesitan ser reparadas.
El quinto indicador es el de la calidad de los elementos del sistema. Este punto se calcula dividiendo los elementos en buen estado (bicis, anclajes y tótems) entre el número de elementos inspeccionados y multiplicando más tarde el resultado obtenido por 100. Si se tiene en cuenta que más de la mitad de las bicicletas no están funcionando y que muchos anclajes funcionan mal desde el principio, parece lógico pensar que este indicador tampoco se cumple de manera óptima.
La calidad en los servicios de mantenimiento de la plataforma de información y comunicación y la disponibilidad de la plataforma integral de información son el sexto y séptimo indicador. Ya sabemos que Bonopark pretende mejorar los sistemas de GPS, software y anclaje pero desconocemos los detalles técnicos que manejan para mejorar el servicio y para conocerlos habrá que esperar, al menos, hasta septiembre.
De estos indicadores también depende el importe que paga el Ayuntamiento a Bonopark cada trimestre. Los pagos trimestrales que recibe Bonopark se componen de una base fija de 500.000 euros, el 40% de lo que pagan los usuarios y un variable de 150.000 euros si se cumplen todos los indicadores. El Ayuntamiento ha reconocido que la empresa nunca ha obtenido el pago variable al completo y que siempre ha rondado un pago del 50%.