El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha vuelto este miércoles a presentarse como la víctima del “proceder prevaricador” del juez Elpidio José Silva, durante el juicio que se sigue contra éste en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Blesa ha denunciado un “perjuicio difícilmente reparable” causado presuntamente por Silva, que le envió en dos ocasiones a prisión por la ruinosa adquisición de un banco de Florida por Caja Madrid en 2008, cuando él estaba al frente de la entidad.
“Hay un perjuicio económico evaluable, consecuencia de la fianza. Pero hay uno mayor, que es el perjuicio moral, por ese proceder prevaricador que ha tenido el juez, a mí y a mi familia, dífícilmente reparable. Espero que esa deuda se salde en justicia”, ha afirmado Blesa.
El exbanquero ha declarado como testigo en el juicio que se sigue contra el magistrado por prevaricación, entre otros delitos por los que la Fiscalía solicita 40 años de inhabilitación. Los hechos habrían sido cometidos por Silva durante la instrucción del denominado caso Blesa, entre ellos la decisión de enviarlo a prisión.
Según ha declarado este miércoles a preguntas del fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, Silva mantuvo una “decidida intención” de enviarlo a la cárcel desde el mismo momento en el que reabrió la investigación por el préstamo de 26,6 millones que Caja Madrid concedió al Grupo Marsans, de Gerardo Díaz Ferrán, cuando ya estaba en quiebra. El, ha defendido, es inocente y para describir el intento de Silva por criminalizarlo ha recurrido a un “viejo proverbio chino: es muy difícil encontrar un gato negro en una habitación oscura, sobre todo si no hay gato negro”.
“Pues ahora me atrevo”
El abogado de la defensa, Gonzalo Boyé, ha recuperado la declaración de Blesa en el juicio celebrado en abril -este es repetición de aquel por la recusación de un miembro del tribunal- para recordar al testigo que en aquel momento dijo no atreverse a atribuir esa intención decidida a Silva. “Pues ahora me atrevo”, ha contestado altivo el expresidente de Caja Madrid.
Ese tono altanero ha sido mantenido por Blesa durante buena parte de su declaración. Por ejemplo, cuando Boyé le ha preguntado si tenía constancia de que entre la primera citación de diciembre de 2012 y la del mes de mayo siguiente, cuando el juez dicta por primera vez prisión, se han acumulado los indicios en su contra. “Me hace gracia la forma en que formula esa pregunta”, ha contestado Blesa.
O cuando se le ha preguntado por los poderes “especialísimos” que le otorgó durante su estancia en la cárcel a su abogado para que se personara en cualquier causa que se abriera contra Silva en el futuro. “¿Por qué tiene que sorprenderme? ¿Cómo me va a sorprender eso?”, ha respondido. Blesa llegó a decir en la Audiencia Nacional que los preferentistas que han perdido sus ahorros no son “ignorantes financieros”.
El abogado le ha dado la réplica en el instante final del interrogatorio. Le ha preguntado si detectó que Silva tuviera conocimientos financieros durante la instrucción del caso Blesa. El exbanquero ha contestado que no lo creía. “Y a la vista de los resultados, ¿usted los tenía?”, ha dicho Boyé.
Durante hora y media se han sucedido las preguntas de las distintas partes. Las de la Fiscalía y el abogado de Blesa, basadas en intentar demostrar que Silva adoptó decisiones a sabiendas de que eran injustas y de forma irregular. Por ejemplo, cuando envió al expresidente de Caja Madrid a la cárcel a petición de Manos Limpias, sin que el sindicato ultra estuviera personado en la causa.
Las preguntas del abogado del juez han ido destinadas a lo contrario: enmarcar esas decisiones en la necesidades de la instrucción. Y también en evidenciar que los ataques de Blesa son en realidad una estrategia de defensa para las causas que aún tiene pendientes con la Justicia. En este sentido, Boyé le ha preguntado por qué no ha reclamado aún una indemnización por los 15 días que pasó en la cárcel, según él y la Audiencia Provincial, de forma injustificada.
Denuncia por falso testimonio
A la salida del tribunal, Boyé ha adelantado que pedirá al tribunal que deduzca testimonio contra Blesa por un posible delito de falso testimonio por las “mentiras” que habría vertido durante su declaración.
Un sargento y un agente de la Guardia Civil habían admitido antes ante el tribunal que partió de ellos y no de Silva la idea de la interceptación de las comunicaciones de Blesa. Asimismo, han dicho haber advertido al juez del riesgo de destrucción de pruebas y riesgo de fuga, los motivos que esgrimió el magistrado para enviar al exbanquero a prisión.
Un fuerte dispositivo policial ha restringido el tránsito en la calle General Castaños, sede del TSJM. Blesa ha optado por llegar a las 9.20 de la mañana, aunque su declaración estaba fijada a las 12. Una quincena de afectados por las preferentes ha seguido su declaración desde la sala, en silencio, a diferencia de la vista de abril, donde fueron expulsados. Solo al término del interrogatorio, y mientras Blesa abandonaba la sala, uno de ellos le ha gritado “golfo”.