Una sentencia del Tribunal Constitucional alemán, que derribó el umbral mínimo para obtener escaños en los comicios europeos, ha abierto la puerta a que pequeñas formaciones de ese país tengan en la Eurocámara la tribuna que nunca lograron en el Bundestag (Parlamento federal).
Hasta ahora, el sistema parlamentario alemán se había mostrado inmune al avance de la ultraderecha observado en Francia, Holanda o países escandinavos, en virtud de la cláusula del 5 % de los votos como mínimo para acceder a una Cámara.
Ello ha venido actuando en detrimento no solo de extremistas, sino también de partidos de nuevo cuño -como los Piratas, defensores de la libertad en la red y aglutinantes del voto joven-, para los que el Parlamento federal era un bastión casi inexpugnable.
El Bundestag estuvo durante décadas formado por cinco grupos -conservadores, socialdemócratas, verdes, La Izquierda y el Partido Liberal-, que se vieron incluso reducidos en la presente legislatura a cuatro, al quedar los liberales por debajo del 5%.
La Cámara Baja alemana accedió en 2013 a rebajar ese umbral mínimo hasta el 3%, aunque sólo de cara a los comicios europeos y atendiendo a una sentencia del Constitucional de 2011, favorable a los derechos de las formaciones minoritarias.
A esa concesión del Bundestag siguió una segunda sentencia del TC, en febrero de este año, que derribó incluso el mínimo del 3%, por considerar que daña la igualdad de oportunidades entre los partidos.
La sentencia respondía a una demanda presentada por una veintena de minoritarios de amplio radio -de los Piratas a los euroescépticos de Freie Wähler y el ultraderechista Partido Nacional Democrático (NPD)-, aunados por el propósito de acceder a la Eurocámara.
El umbral del 5% es el puntal de un sistema electoral que favorece a las fuerzas establecidas y que pone las vallas muy altas para los nuevos. Es un reflejo de la obsesión por blindarse ante los extremismos, tras las lecciones asestadas por la historia del país.
La sentencia del TC no afecta a las legislativas, regionales y municipales alemanas, sino sólo a las europeas, con el argumento de que en Estrasburgo están representados partidos pequeños de otros países y por tanto también puede haberlos alemanes.
La desaparición práctica de todo umbral abre la incógnita de cuántas de las 25 formaciones admitidas por la Comisión Electoral alemana para los comicios del 25 de mayo entrarán en Estrasburgo.
Alemania es el país con mayor población -más de 80 millones de habitantes- entre los 28 socios de la Unión Europea (UE) y le corresponden 96 puestos del total de 751 eurodiputados.
“Todo depende de la abstención”, apuntaba el presidente de la Comisión Electoral, Roderich Egeler, en una reunión mantenida esta semana con medios extranjeros, respecto a cuáles de esas formaciones accederían a escaños sin ese listón de mínimos.
Según las cuentas de Egeler, si en las europeas de 2009 -con una participación del 43,3%- no hubiera habido esa cláusula de mínimos, habrían entrado siete formaciones más por Alemania -con entre uno y siete escaños- que quedaron por encima del 0,5%.
Se trata de formaciones como Freie Wähler, los Republicanos -el menos radical de la ultraderecha alemana-, los Piratas y otros marginales, como Los Jubilados o los Defensores de los Animales.
Egeler declinó hacer estimaciones acerca de las posibilidades del NPD -el principal aglutinante de los neonazis alemanas, pendiente de una demanda de ilegalización ante el TC-, ya que no concurrieron en las anteriores europeas de 2009.
En las últimas legislativas alemanas, con una participación del 71,3%, el NPD obtuvo un 1,3% y quedó por tanto lejos de acceder al Bundestag, donde nunca tuvo representación la ultraderecha.
Incluso sin la desaparición de la cláusula porcentual quien sí parece tener asegurados sus escaños en Estrasburgo es la Alternativa para Alemana (AfD), la mayor entre las formaciones euroescépticas del país, que en las generales quedó fuera del Bundestag (con un 4,7%), pero a la que ahora se pronostica un 6%.