Casado y Abascal anticipan otra legislatura de bronca en la calle y recursos en los tribunales

ETA, Venezuela, un supuesto “anticlericalismo” y, sobre todo, el insistente 'España se rompe'. Los líderes de Partido Popular y Vox, Pablo Casado y Santiago Abascal, respectivamente, aprovechaban este sábado la primera sesión del debate de investidura en el Congreso de los Diputados para desplegar sus habituales mantras y toda la artillería que ha solido utilizar históricamente la derecha más extrema contra la izquierda para deslegitimar al próximo Gobierno progresista.

En una suerte de batalla por quién pronunciaba el discurso más radical y extremista, los dos líderes que mantienen desde hace meses una pugna por el electorado más conservador anticipan con sus intervenciones en el hemiciclo una legislatura que será bronca y en la que no pretenden dar tregua al Ejecutivo que surja del acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos.

Entre sus amenazas está mantener su estrategia de judicialización de la política, advirtiendo al nuevo Gobierno de que acudirán a los tribunales a recurrir todas aquellas leyes o medidas que no les gusten. Pero también han asegurado estar dispuestos a tomar las calles, en un plan muy similar al que caracterizó a la derecha en la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero y que tuvo que rectificar en la segunda por no conseguir los réditos esperados, tras revalidar el PSOE su gobierno.

Los populares respaldaron de hecho la manifestación contra la izquierda que tuvo lugar este sábado en la plaza de Colón, en la que enviaron representantes, y que concluyó a las puertas del propio Congreso mientras se celebraba el debate de investidura. Por su parte, los de Abascal optaban por realizar una convocatoria propia. Este domingo organizarán una concentración bajo el lema España Existe, con la que llaman a la ciudadanía a asistir para decir “no al pacto de los traidores”.

Esta concentración se celebrará en varias ciudades, los organizadores han convocado a la sociedad civil en cada uno de los ayuntamientos y han asegurado la presencia de los 52 diputados de Vox en la capital de provincia de su circunscripción. Durante su discurso, el presidente de la formación de extrema derecha ha realizado varios guiños sobre su vuelta a la calle, donde su partido ha conseguido exhibir músculo en los últimos meses.

La sesión de este sábado servía a Casado para escenificar un nuevo viraje ideológico y dialéctico, el enésimo desde que en julio de 2018 ganó las primarias del PP. Si bien durante la campaña del 10N trató de presentarse como un líder moderado y centrado intentando distanciarse del perfil que mantuvo meses antes, cuando insultó a Pedro Sánchez llamándole “traidor” o “felón”, el líder del PP ha vuelto a recurrir ahora a la descalificación constante contra el presidente socialista.

Los insultos de Casado

El presidente de los populares acusaba a Sánchez durante su intervención en el Congreso de haber perdido “la dignidad” por sus acuerdos con las fuerzas nacionalistas y le decía que al líder socialista le “gusta mirarse en el espejo”. Entre otros insultos, Casado dedicó al candidato a la investidura los de “sociópata”, “presidente fake”, “retrógrado”, “anticlericalista guerracivilista”, “dolencia que hoy se puede cronificar”, “excéntrico” o “caprichoso”.

Echando mano del tradicional 'España se rompe', Casado aseguraba que Sánchez podrá “dañar” la nación pero no conseguirá acabar con ella, gracias al PP que se enfrentará a “esta operación de derribo constitucional”. “Estaremos aquí, en el Parlamento, en los tribunales, en los gobiernos autonómicos y provinciales, en los centros de trabajo y de estudio; con los jóvenes, los mayores; en las ciudades y en los pueblos, en las calles y en las plazas. No habrá recurso que no utilicemos para combatir la pretensión de acabar con España. Y no le quepa la menor duda, ganaremos, y ustedes perderán, los separatistas, los batasunos y los populistas liderados por el PSOE”, manifestaba, dejando clara su intención de no dar tregua al nuevo Ejecutivo.

En su discurso el líder del PP resaltaba que el Gobierno resultante del “bestiario” de pactos es “el más radical” de la historia democrática “con comunistas, asesores de dictadores bananeros y blanqueadores de batasunos y separatistas”. Tratando de infundir aún más miedo hacia el Ejecutivo, Casado denunciaba que Sánchez “amenaza con nombrar jueces a dedo” y con “recuperar la agenda internacional bolivariana en favor de las narcodictaduras”. “Retoman la ingeniería social de Zapatero, con el colectivismo identitario como bandera, dividiendo a la sociedad por el género, la religión , la renta la ideología o hasta los hábitos de vida”, denunciaba.

Gran parte de estos argumentos han sido refrendados también por Abascal que además de insultar a Sánchez, llegando a asegurar que “ha cometido el mayor fraude electoral de la democracia” por llegar a un acuerdo “con quien dijo que no iba a pactar”, ha agitado su discurso en contra del feminismo, la Memoria Histórica o la inmigración para criticar el programa del Gobierno de coalición. Sus embestidas contra el candidato han ido aumentado conforme evolucionaba el debate, llegando a asegurar en su segunda réplica que los miembros del PSOE son “los responsables de la tragedia en el Mediterráneo”.

El líder de la formación de extrema derecha también ha alentado su populismo culpado al Gobierno socialista de la “violencia sexual contra muchas mujeres” por oponerse a la prisión permanente revisable. De esta forma, ha insistido en su agenda social, repitiendo la misma estrategia de la que se ha valido durante este último año y que le ha servido para cosechar buenos resultados electorales.

La judicialización de la política

Utilizando el terrorismo de ETA y a las víctimas de la banda como arma política, Casado recordaba que en el PP han militado cuatro padres de la Constitución, uno de ellos, Gabriel Cisneros quien recibió un tiro de ETA en el abdómen y aún, afirmaba, no se ha dilucidado si fue el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, el que disparó. “Usted ha pactado con él”, le espetaba a Sánchez después de que este defendiera sus acuerdos con la formación independentista vasca y recordara al PP que ETA ya ha desaparecido gracias al Ejecutivo de Zapatero y al trabajo del ya fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba.

En su intención de mantener la estrategia de judicialización que ya inició en el primer minuto de la legislatura –cuando tanto PP como Ciudadanos y Vox anunciaron sendos recursos ante el Tribunal Constitucional por las fórmulas de acatamiento de los diputados independentistas– Casado llegaba a amenazar también con llevar a Sánchez ante los tribunales si el Gobierno no interviene Catalunya después de que la Junta Electoral Central, a instancias del PP, decidiera el viernes inhabilitar al president de la Generalitat, Quim Torra, y al líder de ERC, Oriol Junqueras.

“Si Torra no cesa de su cargo en las próximas horas, usted debería iniciar el requerimiento de cumplimiento de sus obligaciones constitucionales. Y si no las acata, debe activar de inmediato el artículo 155. Para ello, cuenta con el apoyo de los senadores del Partido Popular pase lo que pase en esta sesión de investidura. Pero si no lo hace, le recuerdo que podría estar incurriendo en la prevaricación por hacer resoluciones injustas por rédito electoral y partidista. En ese caso, le aseguro que actuaremos con usted con la misma firmeza que hemos hecho con Torra”, advertía Casado.

“Demoledor de principio a fin”

Tras un durísimo debate cara a cara con el propio Sánchez, Casado presentaba al PP como único partido que defiende el país. “España es una única nación y la defenderemos desde el PP en las antípodas de la ignominia que usted representa”. Finalmente, en la dúplica, le decía a Sánchez: “Ojalá usted fuera la mitad de patriota que el señor Albert Rivera. No le llega ni a la suela del zapato”.

La mayoría de la bancada popular se mostraba en los pasillos del Congreso satisfecha con la intervención de su líder. Fuentes de la dirección del PP explicaban después que Casado hizo una “defensa de España” y una réplica en la que, según ellos, han dejado “KO a Sánchez”. “Demoledor de principio a fin, sin papeles, Casado ha noqueado a Sánchez. Sánchez o reía o agachaba la cabeza, pero no ha respondido a las cuestiones que Casado le ha planteado. Ni una palabra a la petición del PP de que aplique la ley ante el desacato de Torra”, apuntaban desde Génova 13.

Vox se erige como “dique de contención” del PSOE

En la pugna por liderar la oposición, Abascal comenzaba su intervención citando al president de la Generalitat. “Quim Torra debe ser detenido”. Estas fueron sus primeras palabras, en una intervención en la que ha proclamado a su formación y a sus 52 diputados como el “dique de contención” que hará frente al Gobierno de coalición. Un día antes, la secretaria general del grupo parlamentario, Macarena Olona, también reivindicaba que constituían “la única alternativa patriótica” al Ejecutivo.

En esa alocución ya adelantaba que su partido no realizará una “oposición leal” con el equipo de Sánchez, sino una “oposición frontal y total ante este proyecto antiespañol y anticonstitucional que hoy quieren poner en marcha”. Para ello se valdrán de “todas las herramientas legales, judiciales y cívicas” que tienen a su disposición en el Congreso, en los tribunales y en las calles. Nada nuevo para Vox, que se valió de las acciones judiciales y las manifestaciones para crecer electoralmente en los dos últimos años.

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