Desde que el pasado miércoles, pasadas las diez de la mañana, el presidente de Vox, Santiago Abascal, anunciara que su partido presentará una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en septiembre, y pidiera de forma explícita el apoyo al PP, el líder de los populares, Pablo Casado, ha evitado referirse directamente a la iniciativa de la extrema derecha. El mismo miércoles, el PP ya dijo que no apoyaría la moción, pero el encargado de anunciarlo fue el secretario general del partido, Teodoro García Egea, que acusó a Vox de perpetrar una “maniobra de distracción que refuerza al PSOE”. Este jueves, Casado también dejaba en manos de sus colaboradores los reproches al partido de Santiago Abascal.
El líder de los populares trata de evitar el choque directo con una formación política con la que lucha por el mismo electorado. Casado, además, pretende integrar a Vox –o al menos a sus votantes– en el PP en los próximos años, dentro del plan de “reconstrucción del centro derecha español” que se fijó nada más ganar las primarias de 2018, inspirado por su padrino político, el expresidente del Gobierno José María Aznar. Precisamente este escenario de la derecha fragmentada en tres –PP, Vox y Ciudadanos– le ha hecho encajar a Casado, en las sucesivas citas electorales, los peores resultados de la historia del partido.
El discurso de la “unidad” es el que trata de lanzar una y otra vez el líder del PP, y es el que marcará su estrategia incluso después del golpe que supuso el miércoles que Vox tomara la iniciativa, anunciando por sorpresa la presentación de una moción de censura contra Sánchez. Sucintamente, Casado envió este jueves un mensaje a Vox, al que no citó directamente y al que tampoco se atrevió a criticar por una propuesta que permitirá a Abascal iniciar el curso político siendo el centro del foco mediático.
“Hay una alternativa política lista para volver a gestionar una recesión y salvar a España de una crisis”, señalaba el presidente de los populares durante su intervención en el curso de verano 'Prensa y poder', organizado por el Colegio San Gabriel en Aranda de Duero (Burgos), y en el que lanzó duras críticas a los medios de comunicación. “Pero sobre todo”, añadía, el PP debe ser una alternativa “lista a hacerlo en las urnas, un partido que quiere ganar a la izquierda. Y que quiere hacerlo además como sabemos hacerlo, atrayendo la unión de todos aquellos españoles a los que no le gusta este Gobierno radical, que pacta con independentistas, con herederos de batasunos y populistas”.
“El partido de puerta ancha”
Casado defendía una vez más la centralidad del PP. “Tenemos que ser la fuerza tranquila, moderada, el partido de puerta ancha, en el que quepan liberales, conservadores, democratacristianos y también socialdemócratas, pero que apele a la unión de todos ellos entorno a un único proyecto como única alternativa de futuro, porque todo lo demás será, si no, a favor de los que nos están malgobernando”, le reprochaba, también sin citarlo, a Vox.
Quienes sí se refirieron este jueves a la formación de extrema derecha fueron algunos de los más estrechos colaboradores de Casado, como el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, la de Organización, Ana Beltrán, o la de Política Social, Cuca Gamarra, en sendas entrevistas.
“No vamos a participar en maniobras de distracción que, al final, a quien va a reforzar es al PSOE y a Pedro Sánchez. No vamos a alimentar el ruido, vamos a seguir aportando soluciones”, dijo el primero en la Cadena COPE, al ser preguntado por la moción de censura anunciada por Vox.
La moción, “un balón de oxígeno” para Sánchez
Beltrán, por su parte, consideró, en otra entrevista, en Antena 3, que la iniciativa de la extrema derecha es “una bengala para decir ‘hola, aquí estoy yo’, un balón de oxígeno a Sánchez” y que significaría “investirlo” de nuevo presidente del Gobierno dada la imposibilidad de que saliera adelante. “No va a prosperar: las cuentas no salen y solo va a conseguir fortalecer al PSOE”, concluía, en la misma línea, Cuca Gamarra, entrevistada en Onda Cero.
“España no está para mociones de censura con la situación de rebrotes que estamos viviendo. Es una maniobra de distracción porque nos descentra de lo que ahora es lo verdaderamente importante. Esa moción de censura difícilmente puede materializarse y conseguir el objetivo de cambiar un Gobierno. Si fuera posible de cambiarlo, nosotros lo promoveríamos. Ahora mismo hay cosas muy urgentes e importantes desde el punto de vista sanitario y económico”, añadía.
Casado no respondió el mismo miércoles a la oferta que le hizo Abascal, a pesar de que el líder del PP tuvo otro turno de intervención en el Pleno del Congreso en el que Vox anunció su moción, y tampoco le contestó este jueves durante el acto en Aranda, en el que se centró en presentar las propuestas de su partido para frenar la despoblación.