Casado pone las instituciones que gobierna el PP al servicio de Guaidó para confrontar con el Gobierno

El líder del Partido Popular, Pablo Casado, convirtió este sábado la visita del autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, a Madrid en una campaña contra el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha incluido reuniones, actos protocolarios en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid e incluso una concentración en la Puerta del Sol, que reunió a unas 5.500 personas. En las dos instituciones, que gestiona el PP en coalición con Ciudadanos, no hubo representantes de la oposición.

El Ayuntamiento, que preside José Luis Martínez Almeida, y la Comunidad de Madrid, en manos de Isabel Díaz Ayuso, decidieron rendir los más altos honores institucionales, con Pablo Casado como testigo, al dirigente venezolano que ha sido reconocido como presidente interino -hasta la convocatoria de elecciones- por el Gobierno español y otros 50 países, pero no por Naciones Unidas. El espíritu de la jornada lo resumió el propio Casado con una frase ante los medios: “Pedro Sánchez no está haciendo lo que debe como presidente del Gobierno; nosotros donde gobernamos, sí”.

Tanto el PP como Ciudadanos han cargado contra el presidente del Gobierno, que dejó la recepción de Guaidó en manos de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, quien se entrevistó este sábado con el líder venezolano en la Casa de América en Madrid. González Laya insistió en que la postura española es la de defender “unas elecciones libres, transparentes y democráticas”. La decisión de Sánchez se produce en plena gira del dirigente venezolano por Europa y después de que otros presidentes como Macron o Boris Johnson, y Josep Borrell como jefe de la diplomacia europea, sí hayan recibido al dirigente venezolano.

Casado sí se había sentado a primera hora de la tarde con Guaidó, al que recibió en calidad de “líder de la oposición” en la Casa de América, poco después de su encuentro con la ministra. Tras esa cita, el dirigente popular salió a cargar contra Pedro Sánchez. “Se ha negado a recibir al presidente legítimo de Venezuela. No ha estado a la altura de otros países, que están liderando el esfuerzo para que la dictadura de Maduro deje de cometer crímenes contra la humanidad. Sánchez no está haciendo lo que debe como presidente del Gobierno”, ha criticado al presidente del Gobierno.

La portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se apresuró a decir que la decisión de que no fuese Sánchez, quien hace un año lo reconoció como presidente interino, “es un pago a Podemos”. “Vamos a tener un Gobierno más pendiente de defender a Maduro que de defender la democracia”, añadió.

Eso fue antes de que arrancasen los fastos institucionales. Hubo dos, uno en el Ayuntamiento y otro en la Comunidad. Y a ellos acudieron como testigos el expresidente del Gobierno, José María Aznar; la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Inés Arrimadas; y el líder de Vox, Santiago Abascal; junto a dos exalcaldes de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón y Ana Botella. No hubo representantes del resto de partidos políticos. El primer acto se celebró en el Ayuntamiento de Madrid.

La Llave de Oro de la Ciudad es un reconocimiento que entrega desde hace 16 años el Ayuntamiento de Madrid a los jefes de Estado que visitan la capital. Tienen derecho a ella los mandatarios internacionales que pasan por la ciudad la primera vez representando a sus países y se entrega en un acto protocolario donde el alcalde ejerce de anfitrión y agradece la visita.

La distinción simula una llave antigua y, a pesar de su nombre, el material es de plata y recibe un baño de oro por encima. Importantes personalidades la han recibido durante los últimos años: desde los presidentes de Perú Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala a Benedicto XVI o Mauricio Macri, que la recibió de manos de Manuela Carmena, en una lista que supera ya la veintena de dirigentes extranjeros.

Que el recibimiento a Juan Guaidó, a quien España y 50 países reconocen como presidente interino de Venezuela, no iba a ser un acto protocolario más lo había dejado claro el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, la víspera. Al anunciar su decisión, el regidor del PP hizo ver que esta vez la entrega de la llave era también un acto contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Lo dijo con estas palabras: “Nosotros no nos escondemos, no tenemos que estar en salas secretas del aeropuerto reuniéndonos con personas que no pueden pisar suelo europeo como ha hecho el ministro Ábalos, que además de intentar tomar el pelo a los españoles y decir que fue a saludar a un amigo íntimo, algo tendrá que decir de cómo es posible que el Gobierno español se reúna con una persona que no puede pisar territorio europeo, qué cotas está alcanzando este Gobierno. A las cinco de la tarde, con todos los honores que corresponden a un jefe de Estado, desde el Ayuntamiento le haremos a Juan Guaidó y al heroico pueblo venezolano que lucha por sus derechos, por sus libertades, por su democracia, el homenaje que verdaderamente se merece desde la ciudad de Madrid. Nadie encarna mejor que esa vicepresidenta que no puede pisar suelo europeo lo que es la falta de democracia, el pisoteo de derechos y libertades, y nadie encarna mejor que José Luis Abalos, ministro de Sánchez, el desprecio que se ha hecho a la lucha que el pueblo venezolano ha hecho durante tantos años para librarse de la tiranía primero chavista y ahora de Maduro”.

Durante la entrega, que protagonizaron Almeida y su número dos, Begoña Villacís, el regidor destacó “el privilegio” que supone hacerle este homenaje “máximo” que la ciudad otorga a todos los jefes de Estado. “La interinidad de su cargo no le resta ni un ápice, ni su legitimidad democrática ni sus prerrogativas. Esta es la capital del encuentro de todos los sudamericanos y no podíamos permanecer indiferentes ante la visita de un presidente”, defendió Almeida.

“Tiene usted una capital de España desde la cual alzar la voz y no vamos a dejar de apoyarles ni un momento hasta que la libertad vuelva a Venezuela. Nos va a tener de su lado siempre, le estamos abriendo nuestras puertas y reconociéndole como jefe de Estado de Venezuela”, remarcó Villacís.

La siguiente parada estaba en la Puerta del Sol, dentro de la Real Casa de Correos, donde durante este sábado ha ondeado la bandera de Venezuela junto a la española. En la sede del Gobierno madrileño, la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, también dio carácter excepcional a la llegada del dirigente venezolano, que firmó en el libro de visitantes ilustres de la institución. Después se le entregó la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid, un reconocimiento ideado en 2017 y que no había recibido ningún otro dirigente ni personalidad en los últimos dos años.

Cuando se creó se presentó como el reconocimiento de la amistad del pueblo de la Comunidad a los representantes de los países extranjeros y máximos dignatarios de organismos internacionales que visiten oficialmente la región. Y se explicó que la concesión de esta distinción tendrá exclusivamente carácter honorífico, sin derecho a prestación económica alguna.

Durante el discurso previo a la entrega de la medalla, Díaz Ayuso dejó una frase enigmática en su discurso. “Yo ya perdí un país, no quiero perder otro”, dijo sin que nadie de su equipo explicase a qué se refiere. Lo que sigue es el párrafo completo de esa parte de su intervención, recogido por Europa Press: “Juntos somos más fuertes y lo vamos a lograr juntos. Madrid es la casa de la libertad, de todos los venezolanos, es el refugio de la libertad y la libertad se defiende cada día porque yo ya perdí un país y no quiero perder otro. Presidente, esta es la casa de todos los venezolanos y, por tanto, tu casa”.

A la salida de la sede del Gobierno de Madrid, estaba programada la marcha por la libertad, según la había bautizado Díaz Ayuso la víspera, y que debía partir de la Puerta del Sol. “Va a ser muy importante no solo para las decenas de miles de exiliados venezolanos en Madrid sino para todos aquellos que huyen de los populismos, que en Iberoamérica están dividiendo a la sociedad y la están empobreciendo”, pronosticó la presidenta regional.

Sin embargo, en la calle apenas aguardaban unas pocas decenas de personas entre el trasiego habitual de la plaza de madrileña. El retraso, de unas dos horas, motivó que la gente se fuera marchando. A la hora que estaba convocada la marcha -que coincidió con la entrada de Guaidó en la Real Casa de Correos, y no con la salida como estaba prevista-, la Puerta del Sol registraba menos de media entrada, unas 5.500 personas, informa Constanza Lambertucci. A ellas se dirigió el opositor al régimen de Nicolás Maduro. Pidió “acción” al grupo de personas concentradas y recordó: “No nos dejen solos”.

La maratoniana agenda del dirigente venezolano reservó un hueco para el expresidente del Gobierno José María Aznar, que también departió unos minutos con Guaidó, según se encargó de difundir la fundación FAES, que preside. “He reiterado al presidente encargado de Venezuela mi apoyo en su compromiso con la lucha de los venezolanos por su libertad, su democracia y el restablecimiento del Estado de derecho. Juan Guaidó y todo el pueblo venezolano merecen nuestro respeto y nuestro apoyo”, aseguró Aznar, según la nota de prensa de la fundación.

Las críticas de Casado al Gobierno a propósito de Venezuela no se detuvieron en Sánchez: también exigió la dimisión del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, a quien acusó de mentir seis veces sobre el encuentro que mantuvo el pasado domingo en un avión en Barajas con la vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, quien tiene prohibida la entrada en terreno comunitario y cuyo jet hizo escala camino de Turquía.

La tesis de Ábalos, matizada varias veces desde que saltó la noticia, es que no hubo reunión alguna, que él fue a buscar al mismo avión al ministro de Turismo venezolano, Félix Plasencia, y que aprovechó para saludar a la número dos de Maduro y para advertirle por encargo del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que en ningún caso podía bajar del avión. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, salió este sábado en defensa de Ábalos y aseguró que el ministro había evitado una crisis diplomática, que se habría producido si la vicepresidenta venezolana hubiera pisado suelo español. Antes el ministro había admitido que lleva un fin de semana “un poco rarito” para advertir: “A mí no me echa nadie”.

Casado mantiene que no cree en las casualidades y que Ábalos debe abandonar el Ministerio, una petición a la que también se han sumado Ciudadanos y Vox.