Venezuela, última arma electoral en la continua campaña de Pablo Casado

El pasado miércoles por la tarde Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y dirigente opositor, se autoproclamaba presidente del país durante una gran manifestación contra el gobierno de Nicolás Maduro, en Caracas. Mientras todo el planeta estaba pendiente del país caribeño y cuando la Unión Europea intentaba pactar una posición conjunta, el líder del PP, Pablo Casado, decidía utilizar la crisis venezolana para hacer campaña electoral.

El presidente de los populares se desplazaba hasta la Puerta del Sol de Madrid donde un grupo de simpatizantes de la oposición venezolana celebraba una concentración en apoyo del autoproclamado presidente y en contra de Maduro. Casado no dudaba en convertir su intervención improvisada en un mitin de partido: “En la ciudad de Madrid nos gobierna un partido que ha asesorado en la represión del chavismo y en la miseria de lo que pasa en Venezuela”, exclamaba en alusión a Ahora Madrid y a la alcaldesa, Manuela Carmena.

“Por eso, nuestro candidato al Ayuntamiento será el alcalde que acabe con Podemos y los amigos de Maduro en Madrid”, continuaba Casado, que daba así paso a José Luis Martínez-Almeida, el cabeza de lista del PP para la capital, que estaba a su lado. “Se acabó la tiranía, se acabó la dictadura”, comenzaba diciendo Martínez-Almeida, que insistía en la misma idea que el líder de su partido: “Dentro de poco, no va a quedar un solo cómplice de Maduro. Los vamos a echar a todos”.

La venezolana es la última crisis política aprovechada por Casado y el nuevo PP para la permanente campaña electoral en la que se encuentra desde su triunfo en las primarias de julio. La dirección de los populares lleva meses explicando que su líder está “preparado” ante el ciclo electoral que se abrirá en mayo con los comicios autonómicos, municipales y europeos y que considera que podría prolongarse “en cualquier momento” con la convocatoria de elecciones generales por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El PP pone los 'warning'

Génova ha insistido en las últimas semanas en que la hiperactividad y la utilización por parte de Casado de cualquier asunto para hacer campaña se debe precisamente a que desde su victoria en las primarias el líder de los populares ha puesto “los warning” –la situación de alerta– ante un posible adelanto de esas elecciones por parte de Sánchez.

La dirección del PP no cree ahora, sin embargo, que se vaya a producir ese adelanto a pesar de que se haya pasado “del Gobierno Frankenstein al Gobierno zombi, porque está muerto”. “Esta legislatura va a ser larga”, reconocía el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, el pasado martes en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso, insinuando que las generales podrían no llegar hasta diciembre o incluso en 2020.

Casado ha intentado sacar partido y lograr votos con prácticamente todos los conflictos políticos surgidos desde su elección como presidente del PP, llegando incluso a generar crisis que hasta entonces no habían logrado la atención política o mediática. El líder de los populares difundió una serie de bulos sobre las cifras de inmigración apenas una semana después del congreso que le ganó a Soraya Sáenz de Santamaría para asegurar que “solo el PP garantiza una inmigración ordenada”. 

Fotos saludando a los migrantes

“No es posible que haya papeles para todos y que España pueda absorber millones de africanos que quieren venir a Europa buscando un futuro mejor”, decía el 29 de julio, a pesar de que el Gobierno nunca ha prometido esos “papeles para todos” a los que se refería el líder del PP. “Hubo un efecto llamada con la visita del presidente del Gobierno para recibir a los inmigrantes del barco Aquarius”, añadió, pese a que las cifras desmintieron semejante afirmación.

El líder de los conservadores puso en marcha desde entonces toda una campaña para acusar al Ejecutivo de favorecer la inmigración ilegal y de generar una “crisis migratoria”. Su estrategia le ha llevado a realizar distintas visitas a Algeciras, Ceuta y Melilla donde se ha fotografiado en las zonas fronterizas e incluso con los propios migrantes para pedir votos para su partido.

En un intento de lograr recuperar los apoyos que haya podido perder el PP y que se hayan podido marchar a Vox, Casado también ha llegado a abrazar el discurso de la extrema derecha al asegurar que “o los inmigrantes respetan las costumbres occidentales o se han equivocado de país”.

El presidente del Partido Popular también ha intentado rascar votos ante la crisis en Catalunya prácticamente desde el mismo día en el que fue elegido presidente del PP. El líder de los populares decidía iniciar en esa comunidad autónoma su ofensiva para recuperar los apoyos que se marcharon a Ciudadanos en todo el país. Allí, en Barcelona, celebró su primer Comité Ejecutivo Nacional seis días después de tomar el poder para “mandar un mensaje inequívoco” de que “el PP va a dar la batalla por el constitucionalismo y por las libertades públicas”.

Cualquier altercado o problema surgido en Catalunya ha sido utilizado por el líder del PP para hacer campaña por su partido, contra el Gobierno e incluso frente a sus posibles aliados de Ciudadanos.

“Recuperar la ilusión”

La petición de la aplicación del artículo 155 de la Constitución de forma indefinida ha sido una constante por parte del presidente de los populares –ante declaraciones polémicas del president, Quim Torra, o frente a las huelgas que hubo en la comunidad en noviembre–, que incluso ha asegurado que la intervención de la administración catalana será la primera iniciativa que pondrá en marcha si llega a la Moncloa y sea cual sea entonces la situación en Catalunya.

Con su estrategia de campaña permanente Casado busca lanzar un mensaje nítido: que el Partido Popular está “preparado para volver a recuperar la ilusión de los españoles y gobernar”. Así lo transmitió el pasado fin de semana en la clausura de la Convención Nacional del PP.