“Nos han expulsado. Todo esto ha sido un despropósito, un esperpento. La prepotencia con la que han actuado PP y PSOE tanto en las formas como en el fondo es inaudita”. La queja de Aitor Esteban, portavoz del PNV, resume el gran enfado que había ido acumulando desde la tarde de ayer los grupos parlamentarios del Congreso, especialmente los nacionalistas vascos y catalanes, una vez enterados de que el bipartidismo “excluyente” había funcionado a la perfección para llevar una postura común al Consejo Europeo de finales de este mes de junio.
Izquierda Plural cree que la anulación de la reunión a la que PP y PSOE habían convocado al resto de los grupos parlamentarios ha evidenciado el “estado terminal” del bipartidismo.
La crónica de los hechos no puede ser más caótica. La firma del acuerdo europeo con los principales grupos del Congreso, salvo la Izquierda Plural que ya había adelantado su desmarque, iba por buen camino hasta que sobre las cuatro de la tarde del miércoles tanto Moncloa como Alfredo Pérez Rubalcaba se apresuraron a dar el pacto por cerrado, como adelantó eldiario.es.
El texto de la proposición no de ley, ultimado por teléfono entre Rajoy y Rubalcaba, empezó a circular por las redacciones de los medios de comunicación ante la estupefacción de CiU y PNV que habían comprometido su adhesión al acuerdo “siempre y cuando se nos escuchara y pudiéramos participar con nuestras aportaciones”, afirman los nacionalistas. Según cuentan, a ellos les llegó la proposición no de ley pasadas las siete de la tarde “mientras nos insistían en que no había nada aún cerrado, que el texto solo era un borrador”, relatan sin ocultar su indignación.
La reunión del PP y PSOE con los portavoces de los grupos había sido convocada para después del pleno de este jueves. Pero para entonces la rebelión ya estaba en marcha. Duran i Lleida había avisado a ambos grupos que no asistiría a ella. El cabreo de los dirigentes de CiU era monumental. Casi del mismo calibre que el del peneuvista Aitor Esteban, que explicaba a este periódico cómo el secretario de Estado para la Unión Europea, Iñigo Méndez de Vigo, le insistía ayer mismo del “interés de Rajoy” por que estuvieran en la firma. “Hasta les habíamos hecho llegar nuestras enmiendas”, señalaba Esteban.
Un caos tremendo
A media mañana se daba definitivamente por frustrada la reunión y, por ende, la foto de familia, en la que hubieran estado PP, PSOE, CiU, PNV y UPyD, cuya portavoz, Rosa Díez, también había preparado enmiendas al texto. “El caos ha sido tremendo. Ni siquiera sabíamos dónde iba a celebrarse la reunión. Nos hemos enterado de que se suspendía por algunos compañeros”, aseguró Irene Lozano, que además lamentó que “desde las instituciones europeas van a ver ahora que el consenso en torno a Europa no existe”.
En vista del fiasco, Alfonso Alonso, portavoz del PP, y Soraya Rodríguez, su homóloga del PSOE, anunciaron su intención de propiciar una ronda de reuniones “bilaterales” para intentar atraer al final a alguno de los grupos a la proposición no de ley, apurando para ello al máximo el plazo de su presentación, las ocho del viernes. “Lo más importante ya está hecho”, comentó Alonso, en alusión a la firma PP-PSOE. “Pues si se lo han cocinado solos, que continúen solos,” apostilló Duran i Lleida.
El comentario del portavoz popular encendió aún más los ánimos y fue el detonante para que ningún grupo acudiera a esos cantos de sirena de última hora. La proposición no de ley que llevará Rajoy al próximo Consejo Europeo, consensuada únicamente por PP y PSOE, quedaba registrada en el Congreso a las dos de la tarde de este jueves. Eso sí, populares y socialistas han anunciado que se abrirá un plazo para la presentación de enmiendas, una oferta que después del ambiente que se ha creado, no parece haber entusiasmado a los demás grupos parlamentarios.
Lo más curioso de todo es que ninguno de los dos grandes partidos se siente culpable del fracaso. Creen que les avala la mayoría a la que representan en la Cámara.
La alternativa de IU
Izquierda Plural ha presentado como alternativa al pacto PP-PSOE una proposición no de ley que propone la reforma del artículo 135 de la Constitución “para eliminar la prioridad absoluta del pago de los compromisos derivados de la deuda”. Además insta a derogar el Pacto de Estabilidad, revisar objetivos de déficit y deuda pública y terminar con la política de austeridad y recortes, informa Efe.
También plantea, entre otras medidas, la adopción de un plan de emergencia que destine para su aplicación inmediata 120 millones euros para combatir el desempleo, en particular el juvenil y que se fije una estrategia para la armonización fiscal.
Izquierda Plural apuesta también por un “diálogo sur-sur” en Europa en el que se cuente con la complicidad de los estados del sur para reforzar sus posiciones en la UE y frente a la troika.