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El legado de la nueva jueza del Tribunal de Derechos Humanos: 20 años de conferencias y artículos homófobos

La catedrática de Filosofía del Derecho, María Elósegui, que representará a España en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo lleva dos décadas defendiendo en textos supuestamente científicos que la homosexualidad es una patología, que el preservativo no es eficaz para combatir enfermedades de transmisión sexual, además de que puede fomentar las violaciones, y que los menores en el tercer mundo no deben recibir educación sexual sin el conocimiento de sus padres.

eldiario.es ha intentando durante los últimos dos días preguntar a la futura jueza de Estrasburgo si mantendrá esas mismas ideas desde el tribunal. Elósegui ha pedido a este medio que le envíe un cuestionario con preguntas que no se compromete a responder. 

La catedrática de Historia del Derecho en la Universidad de Zaragoza fue una de las tres candidatas que, tras la criba realizada por un panel de expertos integrado por altos cargos de los ministerios de Justicia, Presidencia y Exteriores, se remitió al Consejo de Europa, donde la asamblea formada por representantes de 47 países acabó eligiéndola por 114 votos.

Algunos de quienes apoyaron su candidatura el pasado martes alegan que desconocían las posiciones ideológicas de Elósegui una vez que eldiario.es ha recopilado sus intervenciones más polémicas. La catedrática de Filosofía del Derecho era la única mujer del grupo de finalistas en el que también estaba el expresidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, el preferido del Gobierno, y el director general de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Exteriores, José Martín y Pérez de Nanclares.

Elósegui pasó el filtro del jurado que configuró el Gobierno español con altos cargos de esos tres ministerios, pese a las repetidas soflamas homófobas que lleva publicando al menos desde 1995. Y en el currículum remitido a Estrasburgo se presenta como una especialista en temas de género y glosa su experiencia como integrante del Consejo de Europa contra el racismo y la intolerancia. 

Sus artículos publicados por webs ultracatólicas y sus conferencias apuestan por ofrecer tratamientos psiquiátricos como alternativa a las operaciones de cambio de sexo para “curar la transexualidad”, que en su opinión es “una tragedia”. En el siguiente vídeo incluido en el blog unamujerunavoz.org Elósegui resume sus teorías sobre la transexualidad.

Su doctrina aparece publicada en su libro Diez temas de género: hombre y mujer ante los derechos reproductivos, publicado en 2002, y en otro volumen que también coordinó El rostro de la violencia. Más allá del dolor de las mujeres, publicado el mismo año por la editorial Icaria.

Ya en 1999 la autora escribía textos contra los métodos anticonceptivos. Este es un párrafo de uno publicado en una web vinculada al Opus Dei y que lleva por título La ONU aprueba el control de la población, con otro nombre: “No se explica que el preservativo no es eficaz frente a otras enfermedades de transmisión sexual más frecuentes que el SIDA, como gonorrea, sífilis, herpes, infecciones pelvianas, etc. Tampoco el preservativo protege de los abusos sexuales en sí; más bien, puede fomentarlos en el violador, que pone medios para evitar un embarazo en la víctima”.

En otro de sus presuntos artículos científicos que firma con la ginecóloga Ana Carmen Marcuello y que se titula Sexo, género, identidad sexual y sus patologías, Elósegui apoya teorías homófobas que cuestionan la normalidad de las personas gays e incluso que estas puedan alcanzar la felicidad.

Lo que sigue es una página literal de ese trabajo, que la catedrática y futura jueza del Tribunal Europeo de Derechos Humanos presenta como aportación a la ciencia:

Este es el texto completo:

“En lo referente al comportamiento sexual, aparece la moda 'bisexual', se incrementa la homosexualidad que se presenta como un modo de vida 'idílico' y se intenta buscar una base científica a la afirmación de que heterosexualidad y homosexualidad son aspectos igualmente normales de la naturaleza humana, que obedecen a mecanismos intrínsecos de las primeras fases del desarrollo. Conviene pues detenerse en resumir qué es lo que en realidad conocemos sobre las posibles bases biológicas de la homosexualidad, precisando antes que se trata de una preferencia sexual y no de una alteración de la identidad sexual (sería más bien éste, el caso de los transexuales) porque la mayoría de los individuos gays o lesbianas se identifican fuertemente con su sexo anatómico definido. Respecto a si la preferencia homosexual es patológica es un asunto que estaba fuera de duda para Freud quien consideraba la heterosexualidad como la condición adulta normal y la homosexualidad como un estado patológico de desarrollo interrumpido causado primordialmente por factores educativo-familiares (carácter absorbente de la madre, la hostilidad, debilidad o ausencia del padre, celos infantiles u otros factores). Posteriormente desde la psicopatología se ha definido la homosexualidad como 'un estado persistente, postadolescente, en que el objeto sexual es una persona del mismo sexo y al que acompaña una aversión o repugnancia en diversos grados, a mantener relaciones con miembros de otro sexo' (Cavanagh). Muy recientemente el psicólogo holandés Gerard van den Aardweg ofrece en su libro Homosexualidad y esperanza una reflexión sobre las causas y soluciones a este problema con la experiencia de la atención directa de 250 pacientes de este tipo a lo largo de 20 años. 'El estilo de vida homosexual' -dice en el texto mencionado- 'se presenta de modo tendencioso e idílico, algo que se debe entender como simple propaganda, pues cuando se escuchan las historias de los homosexuales se ve claro que en ese género de vida no se encuentra la felicidad. Agitación en los contactos, soledad, celos, depresiones neuróticas, y , proporcionalmente, un elevado número de suicidios (por no mencionar las enfermedades venéreas y otras enfermedades somáticas) representan la otra cara de la moneda, que los medios de comunicación no muestran'. Es conocida la vivencia de la homosexualidad como sufrimiento (Guide) y el hecho de que la conducta homosexual supone una menor relación personal y una mayor dependencia del sexo dada la tendencia a obtener una gratificación sexual inmediata: la consecuencia es que el número de compañeros sexuales se multiplica y que el intento de presentar a una pareja homosexual como el equivalente a un matrimonio feliz no pasa de ser una pretensión sencillamente imposible. El sociólogo alemán Dannecker, que se autodefine homosexual, declaró explícitamente que 'la fiel amistad homosexual es un mito”.