Catalunya ha vuelto a convertirse en el epicentro de todos los actos de la precampaña de Albert Rivera. La escalada de violencia que tras la sentencia del procés se está viviendo en toda la autonomía, especialmente en Barcelona, ha dado munición de sobra al líder de Ciudadanos para intensificar su ofensiva contra los independentistas y contra Pedro Sánchez, convencido de que con esa estrategia logrará dar la vuelta a todas las encuestas que, a día de hoy, pronostican una hecatombe para su partido el 10N.
Algunos de estos sondeos les colocan incluso por detrás de Vox, lo que ha encendido todas las alarmas en la dirección de Ciudadanos, en donde ven con no menos preocupación que empiezan a sonar 'tambores de guerra' contra el liderazgo de Rivera.
Para conjurar esos malos pronósticos, el candidato de Ciudadanos ha decidido aparcar cualquier otro asunto relevante -como la exhumación de Franco, sobre lo que no quiere ni oír hablar- y ahora todos sus discursos giran en torno a algo que tantos réditos electorales le ha dado en el pasado: el “conflicto” de Catalunya y la “falta de reacción” de Sánchez ante la virulencia de los “comandos separatistas radicales encabezados por Torra”.
En ese afán por demostrar firmeza contra Quim Torra, Rivera se olvidó el domingo pasado de la separación de poderes y llegó a afirmar que si es presidente del Gobierno “meterá en la cárcel” a todos los que “intenten romper España”. No como Sánchez que “ni siquiera le coge el teléfono”, añadió.
“Yo no quiero ser presidente para tener un helicóptero o dormir en La Moncloa. Yo quiero ser presidente del Gobierno para defenderos a todos, proteger a las familias españolas y meter en la cárcel a los que intenten romper este país”, señaló, en el mitin celebrado en la plaza de Sant Jaume de Barcelona.
Conocida la sentencia, tanto Rivera como el líder del PP, Pablo Casado, han entrado en una nueva competición para ver quién de los dos mantiene un discurso más firme en defensa de la unidad de España y más duro contra los independentistas y, por ende, contra Sánchez, con el que se reunieron la semana pasada -por separado- en la Moncloa.
De aquel encuentro ambos salieron anunciado su incondicional apoyo al presidente del Gobierno en funciones. Cada uno mantuvo su línea argumental: Casado insistió en pedirle que aplique primero la Ley de Seguridad Nacional, y Rivera que active cuanto antes el 155 para tomar el control del Govern porque esa ley no evita que Torra continúe a su frente. Sánchez les replicó que en este momento no tiene previsto tomar “ninguna medida excepcional”.
Poco duró esos propósitos de estar “al lado del Gobierno”. Horas después, tanto uno como otro elevaron el tono y se lanzaron sin cuartel a criticar al presidente en funciones. Casado trata de situarse como la única garantía para la cohesión de España frente a Ciudadanos. Y Rivera, por su parte, insiste en que solo la unidad de los partidos “constitucionalistas” podrá restablecer “la ley y el orden” de nuevo en Catalunya.
Una estrategia que le dio buenos frutos en 2017
Esta estrategia de confrontación con los “separatistas” le dio al dirigente de Ciudadanos muy buenos resultados en las últimas autonómicas celebradas en diciembre de 2017, cuando Inés Arrimadas logró situarse como primera fuerza política por delante de los partidos independentistas tras unas elecciones convocadas por el Gobierno central que presidía entonces Mariano Rajoy.
La campaña de aquellos comicios se desarrolló también en un clima de fuerte tensión después de que el Senado aprobara por mayoría absoluta la aplicación del artículo 155 de la Constitución tras la declaración unilateral de independencia realizada por el Parlament de Catalunya. Tras la entrada en vigor del 155, fueron cesados el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont -que huyó a Bélgica cuando le citó la Audiencia Nacional- , el vicepresidente, Oriol Junqueras, y el resto de miembros del Gobierno autonómico, que en su mayoría acabaron en la cárcel, procesados y han sido ahora condenados por sedición por el Tribunal Supremo.
Dos años después de aquellos históricos comicios, el panorama, sin embargo, no es ni parecido para Ciudadanos. El salto de Arrimadas a Madrid para encabezar el 28A la candidatura por Barcelona dejó al partido huérfano y su sustitución por Lorena Roldán no ha logrado el efecto deseado. Desde entonces el partido ha ido perdiendo fuelle y se ha visto además seriamente tocado por la crisis abierta en las municipales con el que fuera su candidato, Manuel Valls, con el que Rivera terminó rompiendo relaciones.
Pero Rivera ha pasado página de toda esa etapa y ha vuelto a volcarse en Catalunya, su tierra, en donde no deja de recordar los “ataques” que sufre su familia, él mismo y los dirigentes de su partido por parte de los “radicales”.
Edmundo Bal y sus advertencias de que habrá indultos
Antes de conocerse la resolución del Tribunal Supremo, el líder de Ciudadanos ya había iniciado su ofensiva contra Pedro Sánchez, al que ha estado reclamando insistentemente que aplicase 'preventivamente' el artículo 155 de la Constitución ante el llamamiento de Quim Torra al desacato a la sentencia y “para evitar otro golpe de Estado a la democracia”.
Para intensificar su estrategia, además de contar con la ayuda de Arrimada y Roldán, ha contado también con la de Edmundo Bal, el abogado del Estado cesado por Sánchez, que se ha volcado con él en la campaña contra los supuestos planes del Gobierno en funciones de indultar tarde o temprano a los condenados del procés.
Ahora cuando la tensión crece en Catalunya, Rivera no deja de denunciar en un solo acto electoral que todo lo que está ocurriendo ya se lo advirtió a Sánchez, al que acusa de “mirar para otro lado” y de tener “miedo” de actuar contra Torra. Los ataques los ha extendido contra el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, por “minimizar” lo que está pasando en las calles y dejar que continúen “el pillaje” y los “sabotajes”.
En menos de una semana, Rivera y varios dirigentes de su partido han acudido a Barcelona en varias ocasiones. Su “preocupación” por lo que ocurre en su tierra es tal que disculpó el viernes pasado su asistencia a los Premios Princesa de Asturias para “seguir el desarrollo de la crisis catalana”.
El jueves 17, subió a su cuenta de Twitter un vídeo de varios coches calcinados con un polémico comentario comparando Barcelona con Alepo y Bagdad, dos ciudades en guerra y numerosos muertos.
Al día siguiente grabó un vídeo, que también subió a las redes, en el que salía denunciando el agravamiento de la situación.
“40 años de cesiones al nacionalismo”
El líder de Ciudadanos ha adelantado cuál va a ser el “principal eje” de todos sus mitines durante la semana de campaña: saber “si el PSOE y el PP se han enterado de que 40 años de cesiones al nacionalismo ha sido suficientes”.
Además del acto en la Plaza de Sant Jaume de Barcelona, celebrado este domingo, el día anterior, sábado, Rivera participó en Madrid en una marcha de apoyo y “gratitud” a la Policía Nacional, muchos de cuyos efectivos han acudido a reforzar a los Mossos en Catalunya sufriendo diversas heridas, algunas de gravedad. En esa concentración reiteró que se le saltaron “las lágrimas” al ver los violentos disturbios que se produjeron por el centro de la ciudad.
Este lunes, durante un acto en Toledo junto a Juan Carlos Girauta, cabeza de lista al Congreso por esta provincia el 10N, ha criticado que Sánchez -que estaba en ese momento en Barcelona visitando a los policías heridos-, “haya tardado ocho días en aparecer por Catalunya” y le ha instado a cesar ya al presidente de la Generalitat, algo que no puede hacer si no se aplica antes el 155.
Rivera una vez más le ha pedido que “salga del camino equivocado” y revoque sus “pactos” con las fuerzas independentistas en ayuntamientos y diputaciones catalanas, el mismo mensaje que le lanzaba también Casado en su visita a la capital catalana.
La presencia del líder conservador en el epicentro de los hechos ha sido de inmediato respondida con otro viaje de Rivera y de Lorena Roldán a Barcelona este martes para conocer “de primera mano” los daños causado a los comerciantes tras los actos vandálicos.
Un acto en Madrid con la presencia estelar de Boadella
El jueves, a las siete de la tarde, hay convocado otro acto en Madrid en el que, según ha podido confirmar eldiario.es, estarán presentes por primera vez junto a Rivera el filosofo Fernando Savater y el dramaturgo Albert Boadella, dos de los intelectuales que apoyaron y participaron en los inicios de la formación naranja. Savater cierra ahora de forma simbólica la lista al Congreso por Madrid. En ese mitin participará también la consejera madrileña de Cultura, Marta Rivera de la Cruz.
Ante este acto y otro programado para el sábado, aún por determinar, el partido ha hecho un nuevo comunicado interno haciendo llamamiento urgente a todas las agrupaciones para que acudan sin excusas ante el temor a la desmovilización de la militancia.
El texto, al que ha tenido acceso esta redacción, refleja la gran preocupación que tienen a escasos días de que empiece oficialmente la campaña.