La cuerda se tensa pero no se rompe. Ciudadanos da ya por imposible que el PP vaya a cumplir el acuerdo en materia anticorrupción, un pacto que dan por roto, pero Albert Rivera está dispuesto a seguir negociando con Mariano Rajoy las medidas sociales y económicas que cerraron los dos partidos para garantizar la investidura del líder conservador.
Desde ambas partes reconocen que las tensiones surgidas son cada día más insoportables pero coinciden en señalar que se podían haber evitado si hubiese existido un canal de diálogo. Sin embargo, no ocultan que hace tiempo que ese canal está muy deteriorado.
En el PP acusan a Ciudadanos de “precipitarse” por haber registrado en el Congreso la comisión de investigación sobre su supuesta financiación ilegal con el PSOE y Podemos. Una amenaza que pensaban que iba de farol y que no iban a llegar a materializar habida cuenta la “alergia” que los de Rivera tienen a los de Pablo Iglesias. Pero la actitud “arrogante” de Rajoy hacia el líder naranja en la sesión de control al Gobierno encendió la mecha.
Los dirigentes de Ciudadanos salieron indignados después al pasillo. El propio Rivera, que desde su escaño había tildado al presidente de caradura con un gesto de la mano, calificó luego de “tomadura de pelo” la respuesta del jefe del Ejecutivo rebajando la comisión de investigación al Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta.
Desde Ciudadanos replican que las advertencias estaban hechas tiempo atrás pero “no se las tomaron en serio”. “Rajoy estaba avisado de que si no cumplía su palabra se podía encontrar con que íbamos a cerrar el acuerdo con los socialistas y Podemos. La pregunta de Albert estaba registrada desde la semana anterior, pero nadie movió un dedo para frenarla”, aseguran fuentes de Ciudadanos.
Los de Rivera afirman que les sorprendió la actitud “displicente” del líder del PP habida cuenta de que sabía que iban a dar una tregua hasta el próximo 27 de marzo al presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, imputado en el caso Auditorio.“Deben de seguir creyendo que tienen mayoría absoluta, pero ya no la tienen”, señalan.
En Ciudadanos tampoco ha gustado nada la respuesta del PP impulsando a su vez dos comisiones sobre la financiación de todos los partidos, una en el Congreso y otra en el Senado. En este terreno, las espadas se mantienen en alto, dado que Rajoy les ha amenazado con investigar también sus finanzas.
Sin embargo, los dos partidos coinciden en que eso no debe afectar al acuerdo en su conjunto, en concreto, a lo que se refiere a las medidas sociales y económicas, que deberán tener reflejo en los Presupuestos Generales del Estado. Un acuerdo que pasa por que el Gobierno les garantice una inversión de 3.800 millones para partidas sociales.
Voluntad de rebajar la tensión
La voluntad de rebajar la tensión por parte del PP se vio plasmada el jueves en el Congreso. El coordinador general, Fernando Martínez-Maillo, aseguraba que “seguimos manteniendo la importancia de ese acuerdo de investidura ya que en España es muy importante la estabilidad”. “El pacto sigue vigente”, remarcó. Dicho esto, manifestó su deseo de que las relaciones “se encarrilen y volvamos otra vez al acuerdo y a la negociación”.
El propio Rajoy, desde Bruselas, pidió tranquilidad y diálogo al considerar que “esta situación no conduce a nada”.
Por su parte Rivera consideró “insólito” que el PP no se sumara a la petición de creación de una comisión de investigación sobre su financiación porque “lo había firmado”. Pero el líder de Ciudadanos también recordó que los populares se están resistiendo a impulsar la limitación de mandatos del presidente del Gobierno y la eliminación de aforamientos políticos, por lo que volvió a advertir que su partido buscará de nuevo una mayoría alternativa con el PSOE y Podemos si el PP se niega definitivamente a sacar adelante ambas medidas. “Nadie va a poner freno a los cambios que pide España”, alertó.
De hecho, este viernes han quedado en el Congreso con Podemos para iniciar el diálogo de cara a negociar ambas medidas y después lo harán con los socialistas.
Aun así, Rivera cree que el balance general del pacto con el PP no es tan malo.