Ciudadanos se enfrenta este fin de semana a la elección interna más importante de sus 14 años de historia. Las bases de la formación están llamadas a las urnas para decidir quien tratará de levantar el partido del batacazo al que lo llevó Albert Rivera, su fundador y primer presidente que observa el proceso desde su nuevo puesto trabajo en un despacho de abogados.
Los 20.713 afiliados del censo con derecho a voto están convocados para decidir si quieren el continuismo que se le atribuye a la candidatura oficialista, Unidos y Adelante, de la portavoz parlamentaria y diputada por Barcelona, Inés Arrimadas; o el cambio que asegura encarnar el vicepresidente de la Junta de Castilla León y líder del sector crítico CsEresTu, Francisco Igea.
Al proceso concurre una tercera candidatura, Centra2, del valenciano Ximo Aparici, militante de Tavernes de la Valldigna, que ha pedido la suspensión de las primarias por considerar que se vulneraron sus derechos al ser excluido del debate que se celebró el miércoles por la noche entre Arrimadas e Igea en la sede del partido. De Aparici, que no ha ofrecido ninguna rueda de prensa en la sede del partido -como la gestora asegura que se le ofreció- lo poco que se sabe es que está en contra de los pactos con el PP para presentar candidaturas conjuntas en Galicia, País Vasco y Catalunya, pero poco más.
Precisamente el debate de este miércoles entre Arrimadas e Igea, o “coloquio” como lo prefirieron llamar sus protagonistas, ha servido para espolear a una desanimada y alicaída militancia que entró en shock tras la debacle que sufrió el partido el 10N, pasando de golpe de 57 a 10 diputados en el Congreso. La misma militancia que ha estado reclamando desde entonces mayor implicación en las decisiones del partido, más democracia interna y más transparencia en los procesos de primarias, tres reclamaciones que venía planteando tiempo atrás a la antigua dirección del partido, en la que estaban tanto Arrimadas como Igea.
De este “coloquio” los dos contendientes salieron satisfechos a partes iguales. Arrimadas aseguró que se iba “con muy buenas sensaciones” porque consideró que todo había transcurrido de forma “amigable, entre dos compañeros de partido que confrontan modelos pero defienden las mismas ideas”. También el equipo de Igea valoró de forma positiva el duelo porque cree que servirá para aumentar la participación de la militancia en estas reñidas primarias.
Desde la candidatura de Arrimadas, en la que hay muchos miembros del antiguo aparato riverista, que contrastan con las caras nuevas de la de Igea, no dejan de resaltar que han ganado el primer round, al haber logrado el 78% de los compromisarios, es decir, 277 de los 355 que acudirán el 14 y 15 de este mes de marzo a la Asamblea General y que serán los que voten las enmiendas a las ponencias de Estatutos, de Estrategia Política y modelo de partido.
Los críticos -que han cuestionado la forma de ofrecer los datos de ese proceso- solo consiguieron 21, siendo incluso superados en número por los delegados independientes. Con esos resultados la catalana da por derrotada la enmienda a la totalidad que han presentado los igeistas que reclaman, entre otras cosas, que las bases puedan elegir a los dirigentes autonómicos, algo a lo que se opone radicalmente los oficialistas.
Arrimadas gana la batalla de los compromisarios
Otro de los tantos que se ha apuntado la portavoz en el Congreso ha sido el espaldarazo que le dio el miércoles pasado Albert Rivera al reaparecer por sorpresa con la excusa de anunciar que había sido fichado por un despacho de abogado y volvía a la “vida civil”. En esa rueda de prensa el exlíder de Ciudadanos dijo que “no hay que ser un lince para saber lo que pienso de Arrimadas” y a quien va a votar. El propio Igea, en una entrevista con eldiario.es, aseguró que era “evidente” a quien apoya Rivera.
Con estos mimbres, y tras todo un maratón de actos de campaña por casi toda España, llegan ambos rivales a las primarias de este fin de semana, en las que no todo está escrito. Sobre todo si aumenta la participación, que es en lo que confían los críticos. En las elecciones a compromisarios fue del 51,67%. Y en las anteriores para la presidencia del partido, que ganó sin problemas Rivera, tan solo participó el 34,25% del censo que al final fue rebajado a 20.065 afiliados. El exlíder no tuvo problemas y arrasó, ganando por el 87,3% de los votos frente a un 6,2% logrado por el madrileño Juan Carlos Bermejo y un 6,5% del aspirante sevillano, Diego de los Santos.
El proceso de votación comenzará sábado por la mañana para todos los afiliados que opten o no tengan más remedio que votar telemáticamente, un sistema que está bajo sospecha desde el pucherazo en Castilla y León -que dio la victoria a Igea frente a Silvia Clemente- y las irregularidad en otras comunidades, como en Murcia, que se siguen investigando en los tribunales. Esta desconfianza se ha incrementado por el falló que sufrió este sistema hace dos semanas nada más comenzar las elecciones para compromisorios y que asumió como un “error humano” la empresa proveedora, Scytl.
El domingo se reserva para que aquellos afiliados que lo hayan solicitado previamente, y cumplan además con una serie de requisitos, puedan votar en urna y presencialmente en sus agrupaciones. La proclamación del ganador se espera que se haga pública el lunes, día 9, por la mañana. Pero no será hasta el 11 cuando se oficialice dado que el partido da ese margen para poder presentar impugnaciones. Aunque con los antecedentes que hay no se puede descartar nada ambos candidatos no ponen en duda que el proceso esta vez será “limpio” y sin sombra de pucherazo.
El propio Igea aseguró en la entrevista con eldiario.es: “Nos jugamos mucho, creo que nadie cometería la estupidez de repetir un error que daría al traste con el partido. Si alguien hiciera eso, pondría en juego la supervivencia misma del Ciudadanos y nadie quiere eso. Todo el mundo que está gestionando este proceso quiere que el partido continúe, que ofrezca soluciones a los españoles y tengo confianza absoluta en que nadie va a hacer lo que hemos visto hasta ahora”.