Las colas que se han ido formando estos días en las oficinas de Correos para enviar el voto son monumentales. Los electores se agolpan en la puerta durante horas a la espera de su turno con más de 100 números por delante, lo que está provocando la crispación de algunas personas. “Alucináis con la cola”, dice una mujer.
La larga espera, en algunos casos de dos horas, está provocando muchas molestias. Algunas personas han perdido los nervios por la mala organización y han puesto numerosas reclamaciones. “En mi oficina se montó un motín”, cuenta una votante. “Está todo el mundo que trina. La gente gritando”, explica.
La cosa puede empeorar esta tarde, último momento para para enviar el voto. Los retrasos en el envío de los sobres con las papeletas y el gran número de personas que no han podido recibir el sobre en su domiclio domicilio han causado que muchos votantes tengan que dejar el trámite para el último momento.
Tampoco ayuda el sistema organizado en las oficinas, que lleva a doblar las esperas. Quienes no han recibido el sobre con las papeletas en casa tienen que solicitar un primer turno para obtenerlo y después solicitar un segundo para depositar su voto.
Las oficinas de Correos están abarrotadas de personas que desean enviar el voto. En concreto, en la de Palos de la Frontera en el centro de la capital, la cola se prolonga durante horas. El horario de apertura es de 8.30 a 20.30, pero parece insuficiente porque este lunes a diez minutos de que cerrase todavía quedaban muchas personas sin votar.
Algunas personas han decidido no votar, conforme han visto la cola y la larga espera que supone enviar el voto por correo. “No puedo perder medio día en votar porque tengo que ir a trabajar”, dice otra usuaria.
Las pasadas elecciones del 20D ocurrió lo mismo en esa oficina, similares colas para votar. Los votantes se preguntan por qué si ya se sabía lo que iba a ocurrir “no han contratado más personal” y no han mejorado la organización para evitar esta situación.