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Un comisario de Kitchen declara en el Congreso que Rajoy, Cospedal y Fernández Díaz conocían la operación

Pedro Águeda

22 de abril de 2021 17:27 h

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El comisario Enrique García Castaño ha dicho en el Congreso que su compañero José Manuel Villarejo entró a participar en la operación de espionaje a Bárcenas por orden del ministro del Interior Jorge Fernández Díaz y su segundo, Francisco Martínez. “Por supuesto que el secretario de Estado y el ministro conocían la operación”, ha dicho el comisario, antiguo jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO).

Según ha avanzado su comparecencia ante la comisión de Kitchen, García Castaño ha ampliado la nómina de políticos que conocían el operativo hasta llegar al presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Tanto él como el comisario Villarejo mantenían informado al director adjunto operativo Eugenio Pino y que éste, por “disciplina”, debió informar al director de la Policía Ignacio Cosidó, que no está imputado.

Fuera de Interior, el comisario Andrés Gómez Gordo, que trabajaba al principio de la operación en excedencia para María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, también informaba a la secretaria general del PP, según ha dicho García Castaño. Rajoy, ha añadido, era puesto al corriente por Villarejo a través de terceras personas, mencionando al presidente de 'La Razón' y consejero de Atresmedia, Mauricio Casals. “Yo no lo puedo demostrar. Es una suposición de comentarios”, ha dicho sobre el contacto por terceros de Villarejo con Rajoy, si bien ha añadido que esos comentarios no solo se los escuchó a Villarejo sino también “a otras personas”. “Villarejo siempre ha actuado con cobertura política”, ha afirmado.  

García Castaño ha hablado ante la comisión de investigación de Kitchen de una “Operación Bárcenas” porque, según él, nunca hubo una operación Kitchen, simplemente una orden del director adjunto operativo, Eugenio Pino, para recuperar el dinero escondido por el tesorero. Sobre esto ha dicho que informaba semanalmente al entonces jefe de la UDEF, el comisario hoy jubilado Manuel Vázquez; al DAO Pino y en ocasiones al secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez. Estos dos últimos están imputados en la pieza 7 del caso Villarejo, no así el comisario Vázquez. Fernández Díaz también permanece como investigado.

“Así se trabaja en la Policía”

El comisario Enrique García Castaño ha participado durante cuarenta años en las operaciones más delicadas de la Policía. Esta tarde, en la sede de la soberanía popular, ha confesado que en ocasiones no respetó la legalidad y que siempre lo hizo para “salvar vidas”. Así, ha explicado cómo llegó a los terroristas del 11-M en Leganés con “rastreo de móvil” sin orden judicial y que con eso evitó que volaran un centro comercial.

También ha confirmado sus declaraciones en sede judicial sobre el volcado de tres teléfonos móviles de Luis Bárcenas que le facilitó su chófer y que actuó sin orden judicial porque “una oportunidad como esa no se puede perder: así se trabaja en la Policía”.

El portavoz socialista, Felipe Sicilia, le ha preguntado con qué orden judicial actuó y García Castaño, hoy jubilado, ha contestado: “Se llama oportunidad. Si una persona te dice que tiene unos dispositivos electrónicos y que al día siguiente te los puede dejar media hora… esa inmediatez esa oportunidad no se puede perder, es como se trabaja en la Policía”.

Ante la incredulidad del portavoz socialista, García Castaño, hoy jubilado, ha matizado que eran terminales sin batería, en desuso, y que su obligación era comprobar qué había en ellos. Según ha declarado ante el juez del caos Kitchen, sus subordinados copiaron en una cafetería el contenido de esos terminales en unos pocos minutos y se los devolvieron al chófer que tenían infiltrado en la familia. 

García Castaño también ha confesado, como hizo en el juzgado, que entró sin autorización judicial, “engañando a una señora de la limpieza”, en un estudio de Rosalía Iglesias y que allí, en contra de lo que dicen otros implicados en grabaciones, no había nada. En este sentido ha negado la existencia de un pendrive con grabaciones de Bárcenas a Rajoy y Arenas.

Cuando los portavoces de los grupos le han preguntado por las actuaciones de su trayectoria sin control judicial, el veterano comisario ha reiterado que lo hizo para salvar vidas, en operaciones antiterroristas, y que cualquier servicio de Información hace lo propio. Cuando ha sido Rafael Mayoral, de Podemos, quien ha mostrado su perplejidad ante tales confesiones, el comisario jubilado le ha dicho: “¿Sabe cuántas vidas he salvado por actuar de esa forma inmediata? Confíe en la Policía, señor Mayoral”.

García Castaño ha explicado que su unidad, la UCAO, era a la que recurrían otras estructuras policiales cuando se atascaban sus investigaciones. “Recurrían a nosotros porque somos buena gente, trabajamos bien o hacemos cosas que no debemos”, ha dicho para incredulidad de los diputados, que reiteradamente le han agradecido que fuera tan explícito en sus declaraciones.

El comisario también ha admitido que fue a poner los micrófonos en la reunión entre Fernández Díaz y director de Antifrau Daniel de Alfonso en la que ambos confiesan los métodos de la Operación Catalunya. García Castaño dice que le llamó el director adjunto operativo para evitar que el ministro fuera grabado por su invitado sin tener otro audio con el que poder defenderse. Ha descrito que acudió con uno de sus técnicos, colocaron el micro, se fueron “a tomar una caña” y regresaron cuando les avisaron de Interior de que la reunión había acabado para retirar el sistema de grabación y volcar en un dispositivo el audio que le entregaron al comisario Pino.