PP, PSOE y Ciudadanos no han sumado sus firmas a una declaración institucional sobre el activista argentino desaparecido Santiago Maldonado. En consecuencia, la declaración, impulsada por Unidos Podemos-En Comú-En Marea, no ha sido aprobada por el Congreso.
El grupo confederal ha aprovechado que este miércoles se celebra el Día Internacional del Detenido Desaparecido “para mostrar su preocupación por el caso del argentino Santiago Maldonado, que se encuentra desaparecido desde el pasado 1 de agosto”.
El texto ha recibido el apoyo de EH Bildu, Compromís, Esquerra Republicana de Catalunya y Nueva Canarias.
“El caso de Santiago Maldonado es extremadamente grave porque resucita lo peor de la Historia argentina. El Gobierno de Macri debe mostrar su absoluta determinación por esclarecer lo ocurrido y exigir las responsabilidades oportunas si quiere colocarse del lado de la democracia y no del lado de la impunidad”, ha afirmado la portavoz adjunta de Unidos Podemos en el Congreso, Ione Belarra.
La palabra desparecido tiene un peso particular en Argentina. Quizá porque resume el capítulo más negro y trágico de su historia; en el que una dictadura militar asesinó a miles de personas sin piedad y sin tumbas. Pero ahora, a más de tres décadas de aquel horror, esa palabra vuelve a los titulares de los periódicos. El Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas ha instado a las autoridades del país a adoptar “inmediatamente” las “medidas urgentes que sean necesarias para buscar y localizar” a Santiago Maldonado, un hombre de 28 años del que no se sabe nada desde el 1 de agosto, tras un operativo de la gendarmería en un poblado indígena de la Patagonia.
Aquel día, efectivos de esta fuerza militar –que depende del Ministerio de Seguridad– entraron en la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, que ocupa un sector de la inmensa Estancia Leleque, propiedad de la familia Benetton. Los mapuches están en conflicto con los Benetton porque reclaman su derecho ancestral sobre parte de esas 900.000 hectáreas de la provincia de Chubut que los italianos compraron en 1991 y en la que crían 100.000 ovejas. Desde 2015 un grupo llamado Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) se ha instalado allí en una precaria caseta de vigilancia y un puñado de tiendas de campaña.