Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Crecen las críticas contra la solemnidad del funeral de Thatcher

EFE

Londres —

El funeral de Margaret Thatcher recibe cada vez más críticas por los honores que recibirá mañana una ex primera ministra que aún divide profundamente al Reino Unido, además del alto coste del servicio en momentos de crisis.

El funeral se celebrará mañana a las 10.00 GMT en la catedral de San Pablo y a él asistirá la reina Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo, además del primer ministro británico, David Cameron, y destacadas personalidades del Reino Unido.

Más de 700 miliares británicos tomarán parte de la procesión fúnebre que recorrerá las calles de Londres hasta llegar a San Pablo, en lo que será un funeral similar a uno de Estado.

Sin embargo, son cada vez más los religiosos y políticos que cuestionan la solemnidad que tendrá el servicio fúnebre teniendo en cuenta que Thatcher, fallecida el 8 de abril, es aún una figura controvertida que ha dividido al país en vez de haberlo unido.

El deán de la catedral de San Pablo, el reverendo David Ison, se ha unido a las críticas al afirmar que el Reino Unido aún no se ha recuperado del dolor que provocaron las políticas de Thatcher.

“Uno tiene que preguntarse por qué es que, después de haber dejado el Gobierno hace 23 años, Margaret Thatcher es aún una figura controvertida y creo que parte de la respuesta es que aún no se ha superado el dolor y el enfado que parte de la sociedad ha sentido debido al legado de sus políticas”, dijo Ison, en unas declaraciones que publica hoy el periódico británico “The Times”.

El reverendo anglicano, que ha manifestado en el pasado su apoyo al matrimonio gay, fue nombrado deán de San Pablo en marzo del año pasado al sustituir al reverendo Graeme Knowles, que dimitió en octubre de 2011 a raíz de la protesta anticapitalista ante la catedral organizada por el grupo “Ocupad Londres”.

A las críticas del deán se han sumado las de algunos diputados laboristas e incluso conservadores.

El diputado laborista John Mann dijo a los medios británicos que la misma Thatcher no estaría contenta con la solemnidad que tendrá su funeral y manifestó su preocupación por el coste económico.

“Mi preocupación es todo este dinero que se gastará en el funeral. Ningún político debería recibir un funeral de Estado o casi de Estado ahora o en el futuro”, dijo Mann.

Por su parte, la portavoz laborista de Sanidad, Diane Abbott, también se mostró en contra de la pompa que rodeará el servicio.

“Esto va en contra de todo protocolo, Winston Churchill era distinto, él encabezó un Gobierno nacional”, dijo Abbott sobre el ex primer ministro que recibió un solemne funeral en 1965 por ser considerado una figura unificadora durante la Segunda Guerra Mundial.

Asimismo, el diputado laborista John Healey, cuestionó el gasto que el servicio supondrá para el contribuyente británico.

“La gente tiene derecho de ver todas las cuentas del coste del funeral. Cualquier intento de ocultar parte del coste de este funeral no puede ser defendido”, señaló Healey.

“Churchill, que fue el único primer ministro en los últimos 100 años en recibir un funeral de Estado, unió al país, mientras que Margaret Thatcher lo dividió”, agregó.

Incluso el diputado conservador Ben Wallace cuestionó la solemnidad del acto y dijo que su mayor parte fue planificado en 2008 cuando el laborista Gordon Brown era primer ministro.

El diario “The Guardian” afirma hoy que funcionarios de la Casa Real estarían preocupados por asociar a las fuerzas armadas con una política conservadora que dividió al país.

El féretro de Thatcher será llevado hoy -a las 15.00 GMT- a la capilla de Santa María, en el Palacio de Westminter, donde habrá un servicio religioso para la familia y miembros del Parlamento.

Al mismo tiempo, los diputados tienen previsto debatir esta tarde si se decide cancelar o retrasar mañana la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, pues coincide con el servicio religioso en San Pablo.

Se espera que mañana haya protestas en varias ciudades del país, como Liverpool o Glasgow, mientras que en Durham, norte de Inglaterra, varios mineros tienen previsto organizar una fiesta por la muerte de Thatcher y recordar su decisión de cerrar minas.