La crisis de Vox se extiende al grupo parlamentario tras la dimisión de Espinosa de los Monteros

Carmen Moraga

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La crisis abierta de Vox tras la renuncia de Iván Espinosa de los Monteros ha dejado a todo el partido noqueado, pero el golpe se ha hecho notar especialmente en el nuevo grupo parlamentario, muy mermado tras el resultado de las elecciones generales del 23 de julio. La marcha del que hasta ahora ha sido portavoz en el Congreso no solo ha destapado la lucha interna por el poder en la formación de extrema derecha, sino que se ha extendido al nuevo equipo con el que Santiago Abascal tiene que encarar la próxima legislatura.

Para empezar, el médico Juan Luis Steegmann ha anunciado que no recogerá el acta de diputado que deja libre Espinosa y que también renuncia a sus cargos en la dirección nacional de Vox. Steegmann fue de los pocos dirigentes de Vox que defendió públicamente las vacunas contra la Covid, en contra de la postura negacionista de la formación –incluido Abascal que se negó a desvelar si se había vacunado–, siendo atacado por algunos de sus compañeros. Al médico se le encuadra en ese sector del partido “difícil de manejar” y de ideas menos “integristas”.

La siguiente en la lista por Madrid es Carla Toscano, que iba como número 6 en la candidatura de Abascal por Madrid y destacó en la anterior legislatura por sus furibundos ataques a la ministra de Igualdad, Irene Montero, y por sus encendidos discursos antifeministas. Toscano incendió el Congreso afirmando que el “único mérito” de Montero era “haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias” y se mofó de ella cuando se emocionó en un acto con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Si recoge su acta, Toscano tendrá que compaginar su trabajo en el Congreso con su cargo de portavoz adjunta del Grupo Municipal del Ayuntamiento de Madrid, que estrenó tras las elecciones del 28M.

El asturiano Figaredo gana fuerza en la batalla como portavoz

El portazo dado por Espinosa ha creado un nuevo problema a Abascal: el de designar nuevo portavoz en la Cámara Baja para afrontar la próxima legislatura en la que Vox jugará un papel irrelevante, dado que en el caso de que Pedro Sánchez logre ser investido presidente, el protagonismo como jefe de la oposición se lo llevará Alberto Núñez Feijóo. Además, tras perder 19 diputados, la capacidad de acción de Vox se ha visto seriamente afectada. Ni podrá presentar recursos ante el Tribunal Constitucional, ni tampoco promover una nueva moción de censura, como las dos –fracasadas– que ha presentado en la pasada legislatura, la última con Ramón Tamames como candidato. Por si fuera poco, la formación no tiene asegurado un puesto en la Mesa del Congreso como ha logrado tener hasta ahora con Ignacio Gil Lázaro. Su permanencia en este órgano depende de la generosidad del PP.

En estas circunstancias, el nombre del nuevo portavoz va a ser clave para saber la estrategia que va a seguir Abascal. De momento, el que tenía hasta ahora muchas papeletas para ocupar ese cargo era Ignacio de Hoces, el diputado por Badajoz que acaba de conseguir entrar en el Congreso aupado por Jorge Buxadé. Hoces, que era asesor del grupo parlamentario, logró encabezar la candidatura por esa circunscripción en sustitución a Víctor Sánchez del Real, uno de los diputados de ese ala considerada más “liberal” que ahora está siendo laminada en Vox.

Quienes conocen los entresijos de lo que está pasando internamente en la formación aseguran que Hoces lleva tiempo postulándose para el cargo y que Espinosa, al que Abascal había apartado del núcleo duro que toma las decisiones –formado por Buxadé y su brazo derecho, Ignacio Garriga; Kiko Méndez Monasterio; Gabriel Ariza; Enrique Cabanas y el propio Hoces– estaba al tanto de sus maniobras. Esas fuentes mantienen que la posibilidad de ser sustituido por Hoces ha sido uno de los muchos motivos que empujó a Espinosa a tomar una determinación que llevaba ya meditando hace tiempo “harto de intrigas y de puenteos”.

Pero las ansias de Hoces por ocupar ese cargo parece que le han terminado quemando y otro de los nombres que entran en la liza ahora es el de José María Figaredo, diputado por Asturias, que fue secretario general del grupo parlamentario cuando Macarena Olona saltó a la candidatura del partido en Andalucía para acabar dando la espantada. Figaredo es abogado y ha destacado por su negacionismo contra el cambio climático. “La piedra angular de la política energética de este Gobierno, la ley del cambio climático, es una ley suicida para los españoles”, llegó a sostener en una intervención en la comisión del Congreso.

No obstante, tampoco se descarta que Abascal se decante por que sea una mujer la que ostente la portavocía del grupo aunque algunas dirigentes que conocen al líder creen que preferirá a un hombre mientras se quejan del “escaso peso e influencia” que ellas tienen dentro de la formación.

Las 15 diputadas que tenía Vox se han reducido a la mitad

De hecho, entre los 33 diputados electos que ha sacado Vox el 23J apenas hay mujeres: ocho frente a 25 hombres. Mientras el resto de partidos cumplía con la paridad en sus candidaturas, la formación de extrema retrocedía en esta materia. En estas elecciones solo un 29% de mujeres iban en primeros puestos de las circunscripciones frente al 46% de los anteriores comicios. La cúpula que dirige Santiago Abascal apostó por colocar a hombres como cabezas de cartel en la mayoría de las provincias, lo que a muchos les ha garantizado su elección.

En las anteriores generales celebradas en 2019 el grupo parlamentario contaba con 15 mujeres de las cuales tan solo unas pocas despuntaron. Una de ellas fue Macarena Olona que fue nombrada secretaria general del grupo parlamentario. Pero la estela de la diputada por Granada duró poco en el Congreso. Después de ser designada en junio de 2022 candidata a la Junta de Andalucía y al no lograr convertirse, como aspiraba, en vicepresidenta del Gobierno del popular Juan Manuel Moreno Bonilla, que obtuvo mayoría absoluta, Olona dejó el partido entre duras críticas a Abascal y a la cúpula. Su aventura como líder de la nueva formación “Caminando Juntos”, con la que se presentó al 23J, también ha terminado fracasando.

En el lugar de Olona encabezando la lista por Granada, Vox situó a un hombre, Jacobo González-Robatto, que ejerció como secretario financiero del Grupo Parlamentario en Andalucía y entre 2019 y 2022 fue senador del partido por designación de esta autonomía, yendo a parar al Grupo Mixto de la Cámara Alta. González-Robatto, conocido en Vox como Coco, es hijo del expresidente de la empresa de congelados Pescanova, y es ahora uno de los 33 miembros de Vox que ha logrado escaño en el Congreso mientras su compañera, Paloma Gómez Enríquez, que iba segunda en esa candidatura, se ha quedado fuera.

María Ruíz y Pepa Millán, dos figuras en alza

De las ocho diputadas electas de Vox destaca María Ruíz Solás, que ya estuvo en la bancada de Vox en la pasada legislatura pero que en la que va a comenzar tendrá un gran protagonismo, como lo ha tenido en la campaña junto a Santiago Abascal. Ruíz Solá, que iba como segunda en la candidatura del líder, fue portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón desde mayo de 2015, antes de la eclosión del partido en las andaluzas de 2018. Junto a ella está Pepa Millán, que fue asesora en el Grupo Parlamentario de Vox en Andalucía, concretamente en las áreas de Empleo, Igualdad, Fomento y Presidencia y ha sido senadora por designación autonómica por es comunidad. Las dos han entrado en la baraja para sustituir a Espinosa, aunque con menos fuerza que Figaredo.

Otra de las parlamentarias que repite como diputada por Almería es Rocío de Meer, que fue portavoz de la comisión de Trabajo, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en la anterior legislatura y también portavoz de la comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de la Discapacidad. Coprotagonizó en El Ejido un mitin con Abascal y con el que compartió el duro discurso del partido contra la inmigración, afirmando que “no es racismo querer que los parques y las plazas en las que hemos crecido no se conviertan en Francia”.

La sorpresa ha sido la entrada de Carina Mejías, ex de PP y Ciudadanos, a la que el partido fichó como número dos por Barcelona detrás del veterano Juan José Aizcorbe, conocido por su pasado ultra. Mejías fue diputada en Parlament de Catalunya y portavoz en el Ayuntamiento de Barcelona con Ciudadanos, partido que abandonó tras reconocer que no se sentía ya identificada con el proyecto de Arrimadas

También sigue Patricia Rueda en su escaño por Málaga. Rueda ya estuvo en el Congreso en las Legislaturas XIII y XIV siendo portavoz adjunta y portavoz del grupo de extrema derecha en la Comisión de Industria. Además es vicesecretaria de la portavocía del partido, lo que le ha dado visibilidad mediática en las ruedas de prensa que convoca Jorge Buxadé los lunes.

En la lista de las mujeres electas figura también Lourdes Méndez-Monasterio, que ha logrado revalidar su escaño por Murcia. La parlamentaria es hermana de uno de los principales asesores de Abascal, Kiko Méndez-Monasterio. Lourdes Méndez fue diputada del PP durante varias legislaturas hasta que inició su andadura con Vox en donde ha destacado por sus ideas contrarias al aborto y a la eutanasia. En su currículo se destaca que es madre de seis hijos aunque no se menciona que es del Opus Dei. También ha sido primera teniente de alcalde y diputada en la Asamblea Regional de Murcia. Además, ha ostentado el cargo de consejera de Trabajo y Política Social en la misma Comunidad cuando formaba parte de las filas del PP.

El elenco de mujeres de Vox en la Cámara Baja lo completan Reyes Romero Vilches, electa por Sevilla, que fue diputada en las legislaturas XIII y XIV, siendo portavoz en la Comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de la Discapacidad; y Blanca Armario González, que ocupará un escaño por Cádiz tras dar el salto al Congreso desde el Parlamento de Andalucía, donde era portavoz adjunta. Armario preside además el Comité Ejecutivo de Vox por esa provincia.

Entre las 'caídas' figura Mireia Borrás, a la que Vox relegó al puesto once de la lista madrileña y no ha logrado revalidar acta. La exdiputada fue fichada por Vox para las elecciones de 2019, pero se destapó como defensora de la existencia del cambio climático, en contra de las teorías negacionistas de su partido.

Otra de las veteranas que no ha conseguido repetir es Inés Cañizares, que figuraba como número dos por Toledo y era considerada cercana a Espinosa y a ese ala más ultraliberal del partido. Pero allí la formación solo ha sacado un escaño, el de Manuel Mariscal, un dirigente que ha llevado el área de comunicación con mano férrea vetando la entrada de varios medios a la sede de la formación, entre ellos elDiario.es.

En la lista de diputadas que se han quedado fuera están, además, Georgina Trías que encabezaba Ávila; Teresa López, que iba de uno por Ceuta; Magdalena Nevado, que no ha logrado escaño por Cáceres, y Patricia de las Heras, que tampoco ha salido electa por Baleares.

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