A finales del año pasado, Toyota anunciaba un movimiento inédito entre la industria del automóvil: escindir una importante porción de la compañía para dedicarla a desarrollar ideas, conceptos y tecnologías de vanguardia con aplicaciones en el automóvil, pero no solo en el automóvil. Nacía TRI y lo hacía con un acuerdo de 50 millones de inversión en el Instituto Tecnológico de Massachussets y la Universidad de Stanford, liderados por el director de la carrera anual para coches autónomos DARPA, más otros 1.000 millones (sí, mil millones de dólares) como dotación para 2016.
Con la cartera bien llena, se quedaban a principios de año con Jaybridge, una pequeña firma especializada en inteligencia artificial aplicada a tareas de conducción y trabajo de maquinaria especializada en obras públicas, canteras y agricultura, y antes del verano prácticamente quedará cerrado el acuerdo con el más impactante desarrollador de robots humanoides especializados, Boston Dynamics. ¿Hacia dónde va esta operación? Pues como seguramente hayas juntado en tu cabeza, aquí de lo que se trata es de poner a Toyota a la cabeza no sólo de la conducción autónoma, sino de otras aplicaciones para la vida diaria que, a día de hoy, no parece ver ninguna marca a excepción de Honda que hace la guerra por su cuenta alrededor del programa Asimo.
¿Acaso quieren dominar el mundo con esas máquinas de aspecto inquietante? No, al menos como primera idea. Bromas aparte, Japón se dirige inexorablemente hacia una pirámide poblacional completamente invertida, en la que no va a haber manos suficientes para atender la ingente necesidad de asistencia de las personas mayores. Y no solo aquella referida a los cuidados personales o médicos, que también: por mor de su incremento de calidad y cantidad de años en vida, la conducción asistida, al igual que la carga en el maletero de la compra, el mantenimiento y la reparación, la obra pública o las tareas del campo, pasarán a estar en el país nipón en manos de brazos no humanos en un par de décadas.
¿Todo lo anterior te suena a ciencia ficción? Pues mira al robot ganador de la úlima DARPA Challenge del año pasado, y empieza a sudar...