Podemos celebra este sábado un Consejo Ciudadano Estatal “histórico”, en palabras de Pablo Iglesias. Un calificativo que algunos compañeros de partido rebajan. Los motivos esgrimidos son los mismos: será una reunión deliberativa. Por primera vez el máximo órgano entre asambleas podrá pasar sin tomar una decisión. Pero servirá para que el secretario general marque ante el órgano más importante del partido que lidera cuál es, en su opinión, la senda que debe transitar la organización a partir de la esperada investidura de Mariano Rajoy.
Una senda pedregosa porque en Podemos no hay unanimidad en la estrategia a seguir y el debate está servido desde hace meses. Iglesias hizo este viernes algo que no había hecho hasta ahora. En un acto con círculos de Madrid tiró de su condición para reclamar sosiego: “Pido como secretario general que nos respetemos todos a nosotros mismos. Todas las ideas tienen espacio en esta organización y ello contribuye a enriquecernos”. Una llamada a la paz interna que se suma a su participación el miércoles en un acto en La Morada del partido en Madrid, donde también bromó con que le invitaran quienes, se supone, son enemigos internos: “El hecho de que esté yo aquí es una prueba de que hay una conspiración para derrocarme”, dijo entre risas.
El golpe de mano en el PSOE ha cambiado el panorama político y ha propiciado que el máximo órgano entre asambleas de la formación pueda pasar de pantalla. El consejo ya no tendrá que decidir qué hacer ante una hipotética investidura de Pedro Sánchez porque esta ya no se producirá. La convocatoria del órgano se ha ampliado a todos los diputados nacionales y senadores del partido, contará con la participación como invitado del portavoz de En Comú, Xavi Domènech y será el escenario de un debate sobre la situación política actual.
Pero el secretario general aprovechará también para fijar un “dónde estamos” que determinará las líneas generales del “a dónde vamos” que se dirimirá en la Asamblea Ciudadana Estatal de Podemos de 2017 para la que todavía no hay fecha definida.
Posibles escenarios inmediatos
El órgano escuchará primero el informe político del secretario general y, por primera vez, también una intervención una persona ajena en principio a la formación: Xavi Domènech. Ambas serán en abierto y se podrán seguir por internet.
El portavoz catalán defenderá ante el centenar largo de personas convocadas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la necesidad de construir una alternativa al PP, según han confirmado a eldiario.es desde En Comú.
La importancia de la presencia de Domènech no será tanto su discurso como la constatación de una colaboración entre el sujeto político que se está gestando en Catalunya y Podemos. Como explican desde la Secretaría General del partido, evidenciar “la voluntad de que En Comú será nuestra organización hermana en Catalunya y nosotros su referente estatal”.
En el plano más actual el debate planteará también cuáles son las alternativas que se plantean a corto plazo. Aunque desde el partido reconocen que todo apunta a que no habrá terceras elecciones, y que “la pelota no está en nuestro tejado ni siquiera en nuestro barrio”, el máximo órgano también tendrá que analizar la posibilidad de que Mariano Rajoy quiera aumentar su poder en el Congreso forzando una nueva convocatoria.
En opinión de Iglesias, el responsable del bloqueo institucional de los últimos meses ha sido el PSOE, que ha tardado casi un año “en decidir” con quién pactaba. “El PSOE va a elegir: entregar el Gobierno de España al PP”, apuntaba este viernes. El secretario general del partido rechazaba las informaciones que apuntan a que Pedro Sánchez tenía ya un acuerdo hecho con ellos y los independentistas: “Ojalá hubiéramos tenido un acuerdo. Jamás lo buscaron. Su debate era cómo derrotarnos”.
Los debates abiertos en Podemos
La palabra clave en el nuevo diccionario de Iglesias es militancia. Lo ha indicado en las últimas semanas en varios actos, pero el más claro fue el de este viernes, celebrado en el cine Palafox de Madrid ante un nutrido grupo de miembros de círculos de la capital. “Gracias a la militancia, a quienes no tenéis sueldo del partido ni cargo institucional, pero dedicáis más horas que nadie a sacar este proyecto adelante”, arrancaba el líder del partido ante un público entregado.
La tesis la defendió el miércoles en La Morada, la reiteró el viernes y la volverá a plantear este sábado. En cada foro, con unas palabras distintas. “Las instituciones son fundamentales cuando gobiernas”, aseguraba este viernes. “Si gobernáramos, yo diría que se ha acabado el populismo”, explicaba el miércoles.
Pablo Iglesias plantea que estar en la oposición es un riesgo y que la única receta contra la asimilación con el rival es mantener “un pie en la institución y la cabeza, los dos brazos y el otro pie en la calle”. “El mayor honor para un diputado de podemos es sacar su carta de diputado en un desahucio”, apuntalaba este viernes.
El secretario general aboga por “cavar trincheras” en la sociedad civil, politizar el dolor como fórmula para que Podemos recupere la transversalidad y afianzar las relaciones con los movimientos sociales, de dónde, ha dicho, tendrá que salir los cuadros del futuro: “Como el Kichi en Cádiz, Ada Colau en Barcelona o muchos de los representantes de Ahora Madrid”.
Pero no sólo Iglesias ha avanzado su postura. Como recuerdan varios consejeros consultados por eldiario.es, el debate está abierto desde hace mucho. En realidad, desde el 27 de junio. Desde entonces el secretario general y su número dos, Íñigo Errejón, han ido construyendo en diferentes momentos el que, en su opinión, debe ser el nuevo marco político del partido. Y no coinciden.
Un proces deliberativo que se ha dado en abierto. Primero fue en los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid. Allí se certificó la defunción de la hipótesis populista que vaticinaba el asalto del poder en una guerra relámpago de año y medio. Iglesias apuntó entonces algunos de sus miedos. El principal: “Cómo pasar de partisanos a ejército regular”. Errejón, por su parte, anticipaba un “Podemos menos sexy” que “dará menos miedo a quienes miran con miedo el cambio”.
El “miedo” fue el detonante de la segunda gran pugna dialéctica desde el 26J entre los dos principales referentes del partido. Y también se produjo en público. Iglesias aprovechó un mitin en la campaña de las elecciones gallegas para justificar el tono de sus discursos y defender la necesidad de “dar miedo a los poderosos”. Casi en directo, su secretario político le respondía en Twitter lo que generó un cruce de mensajes en redes sociales y tribunas de relevantes miembros del partido.
El tercer y último debate es sobre “los que faltan”. Es decir, sobre cómo ampliar la base social del partido. Íñigo Errejón defiende la importancia fundamental del trabajo en las instituciones. En aquellas en las que gobierna Podemos, en los Ayuntamientos, pero también en las que está presente sin tener el poder, como en los parlamentos autonómicos o el Congreso de los Diputados.
Esto supone una prevalencia de los cargos institucionales sobre la militancia. O así lo ven quienes rechazan la tesis de Errejón. Uno de ellos es el propio Iglesias, quien aseguraba este viernes: “En el Podemos que tenemos que construir, los cargos públicos no mandan. Escuchan y obedecen a la militancia”.
El riesgo, en opinión del secretario general, es que Podemos acabe como otros partidos de lo que él llama “izquierda histórica”. En su memoria, sin citarlo, el papel del PCE en la Transición y, posteriormente, de IU.